tag:blogger.com,1999:blog-36119884090756222432024-03-05T09:11:33.982-08:00arathosRuy Alfonso Francohttp://www.blogger.com/profile/17553394675943902907noreply@blogger.comBlogger37125tag:blogger.com,1999:blog-3611988409075622243.post-63018778246685591702009-01-27T08:33:00.000-08:002009-01-28T10:07:32.081-08:00Una sociedad de brutos<div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:180%;color:#000066;"><strong>Qué ondas <em>bato</em></strong></span></div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"><div align="right"><br /><em><strong><span style="color:#000066;">Ruy Alfonso Franco</span></strong></em></div><div align="right"><br /><span style="font-family:times new roman;font-size:100%;color:#000066;">“La confianza con las palabras, las ideas, las imágenes y las arriesgadas acrobacias verbales asumen el control de la personalidad, de modo que el ejercicio de la habilidad se convierte en una necesidad cotidiana” (Paul Johnson, <em>Los creadores</em>, p. 32).</span></div><br /><span style="color:#000066;">Contra lo que uno pudiera imaginar la nueva y sofisticada tecnología digital está generando una sociedad cada vez más bruta. Basta leer en los <em>chats</em>, <em>blogs</em> y mensajes en celulares para darse cuenta.</span><br /><br /><span style="color:#000066;">Relata Paul Johnson en su libro <em>Creadores</em> que el escritor inglés Geoffrey Chaucer (autor del inmortal <em>Los cuentos de Canterbury</em>), hacia 1400, año en que murió, dominaba ocho mil palabras y fue tan importante su aportación al idioma inglés, que Chaucer logró darle identidad nacional al idioma cuando éste no era más que un dialecto de palabras cortas, una mezcla de origen germánico y románico unidos al anglosajón. Y es que contra el uso común de la gente que sabía escribir, el poeta escribió en inglés cuando los nobles y la gente culta sólo hablaban francés e italiano, lenguas consideradas las apropiadas para expresarse mejor, porque el inglés era burdo.</span><br /><span style="color:#000066;"><br />Al igual que Shakespeare (que dominaba 20 mil palabras), Chaucer aportó nuevas expresiones de su cuño al inglés muchos años antes, que la gente incorporó a su léxico porque las obras del escritor —como Shakespeare— en buena parte estaban dirigidas al vulgo.</span> </span><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5296027436097258802" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 235px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgMS940UosoiambqghN-xuNfp6zjipA__ePuYKSdgYZM76ceyk69Sm7DIsTk31F6nHKOwcnos6FGbPzk49XuIcdWD1wqemglx7dMijKXWF4Z730lSALIx7SHHcPgbc2UmuGfN_Id0Klvg4/s400/Chaucer+y+Shakespeare.jpg" border="0" /><br /><span style="color:#000066;">Cinco siglos después, en México estaba muy clara la idea del desarrollo cultural como muestra del crecimiento personal y era el estudio la máxima aspiración que la sociedad tenía para destacar cuando no se era noble ni rico. Los libros, las radionovelas, pero sobre todo el cine hacían hincapié en tal cosa, aun a riesgo de acartonar sus historias, pues el lenguaje empleado siempre era esmerado y pulcro. Las barbaridades, aunque estereotipadas, eran tomadas en la narrativa, la radio y el cine como muestra de máxima ignorancia. Al menos hasta los 50 en la literatura, que cada vez era más audaz pero sin abandonar el español fino como esencia de su arte; y hasta los 60 en el cine, que fue decantándose gradualmente por un lenguaje cada vez más popular, hasta llegar a la época de las ficheras en los 70, donde lo soez fue el sello del cine nacional.</span></span><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"></span><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"><br /><span style="color:#000066;">La televisión, nueva en el escenario, estaba sujeta a múltiples limitaciones (como la radio) impuestas por Gobernación y no podía decir ni pío sin el consentimiento de los censores (la Iglesia, Gobernación y ligas de la decencia). Y la radio, impedida en un principio para expresarse más libremente, siguió empleando el idioma —si bien coloquial— exento de vulgaridades, hasta los 80, época en que las estaciones admitieron comunicadores improvisados porque al venir de la televisión —que se abrió por sus pantalones, gracias a la fuerza que asumió en las campañas políticas— traían con ellos su popularidad y eso era bueno para el negocio. De ahí en adelante, cualquiera que demostrara que podía gritar y decir mil tonterías en pocos segundos fue admitido en la radio nacional y ya no importó tener una voz educada y carismática, ahora cualquiera podía ser locutor.</span> </span><span style="font-family:verdana;"><br /></span><span style="font-family:verdana;"></span><span style="font-size:130%;"><br /></span><br /><span style="font-size:130%;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5296026907050776514" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 300px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHpAc47Rzf8i1Zq17yBrx9NvbGLRZJleHk5pf0MIYtNA2K8nsBtxsNtUGE2ZgPDYT1NI4KkVyqrvlLIkO7PY8ENWt7YxDUnJ7oQgWCVdZxX8JqUTAu9jFBKZ4wXxta_Ijc5uqpszUF4jA5/s400/DSC06288.JPG" border="0" /><br /></span><span style="font-size:130%;"><span style="font-family:verdana;"><span style="color:#000066;">Entretanto, la prensa mantuvo hasta los 70 su rígida formalidad con los atavismos acostumbrados y no fue hasta que surgieron medios como <em>Proceso</em>, <em>La Jornada</em> y <em>Unomásuno</em> que se hizo un periodismo más incisivo y profundo, con un lenguaje sin tapujos. Mientras que su competencia, la prensa más comercial, amplió las imágenes y redujo los textos para facilitar a sus lectores flojos su rápida consulta, trivializando sus contenidos.</span><br /><br /><span style="color:#000066;">Estaba claro que las audiencias aceptaban todo, especialmente las nuevas generaciones de plano educadas por los medios de comunicación, cada vez más alejadas de la idea del estudio como estímulo de superación. Por supuesto, también alejadas de la lectura. Todo lo contrario en cerca de 70 años del siglo XX, en donde el sentimiento por la educación estaba muy acendrado, incluso en las mentes más empobrecidas, pues se creía de veras en el estudio como la única manera de salir de pobres. Así lo pregonaban los distintos gobiernos desde Álvaro Obregón, que sintiéndose comprometidos con los idearios de la revolución —en sus discursos populistas—, generaban la idea de desarrollo y democracia. Y los <em>mass-media</em> estaban obligados a respaldar ese sentimiento.</span></span> </span><span style="font-family:verdana;"><span style="font-size:130%;"><br /></span><br /><span style="font-size:130%;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5296027042867498514" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 393px; CURSOR: hand; HEIGHT: 400px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjd5uadUeGVthDN21rmIng-pNGi8V7CWWp-cQ81mdEer6TH766gnJ_z8Q_dGQhTG-gTwXIOdWwhcri5QqaH2-ofvEjmosqeY2G1oag-qMhnQj4GAC_h6lQpfVUa5oeRKT6BO1TlNKqx0c2Y/s400/Copia+de+DSC06286.JPG" border="0" /><br /><span style="color:#000066;">Creo que la mayoría recordará la tremebunda historia de <em>El derecho de nacer</em>, escrita por el cubano Félix Benjamín Caignet Salomón en 1948, año en que se estrenó en la radio cubana. Obra cumbre de las radionovelas que trascendió incluso al cine y la televisión en toda Latinoamérica, sobre la trágica historia de la acaudalada heredera <em>María Elena del Junco</em> que sale embarazada sin estar casada, expuesta a la deshonra y abandonada por el novio. Cuando don <em>Rafael</em> se entera que su hija tendrá un retoño le exige que aborte, pero ella huye junto con su nana la negra <em>María Dolores</em>. El padre manda asesinar al nieto y esto provoca que <em>María Elena</em> le dé su hijo a la nana para que lo esconda muy lejos. Años después aquel niño llamado <em>Alberto Limonta</em> asciende los peldaños platinos de la sociedad, gracias a que <em>mamá Dolores</em>, aun lavando ajeno, lo impele a estudiar para convertirse en un prominente doctor. Pero el destino le depara al joven retruécanos inesperados, pues termina salvándole la vida al que ignora es su abuelo. Y don <em>Rafael </em>en agradecimiento…</span><br /><br /><span style="color:#000066;">Sin duda melodramas promedio como éste inspiraron a muchas familias que veían en la historia el implícito deseo de superación, amén del enaltecimiento moral cristiano de no permitir el aborto, acorde a los ideales de entonces.</span><br /><br /><span style="color:#000066;">Si la buena educación era la exigencia general en ¾ del siglo 20, que incluía no solamente conocimientos sino modales, ya no es así. Educarse hoy no implica refinamiento y como se ve tampoco acervo cultural, sino simples tecnicismos para manejar herramientas como operarios calificados, pero lejos de la ingeniería mental. Esto ha provocado un libertinaje asociado a la falsa idea de liberación e independencia en un conveniente sistema neoliberal que ha encontrado la clave para mantener el control, precisamente, en la nueva tecnología que tiene obnubilados a sus usuarios imaginando, como a esos conductores en carros tronantes, con poder semejante. De ahí el comportamiento grosero de las mayorías.</span> </span></span><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5296027250085800562" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 300px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjl53KaMdGR4vPpBXvYGKPJ9TTGoeUd9AQB2UAEM5RNj-MdN9cj_Z6P5dKtsuiSWasNsFzJw4vQXfuWzx3Qs4OuAnPRlQ5g9mDSSsPALR0Umhtcl35k5U3fWYeOOzJkako0q8lIgXbXh3gZ/s400/DSC06298.JPG" border="0" /><br /><span style="color:#000066;">En Navidad y Año Nuevo mis hijos y sus amigos estaban más pendientes de sus celulares —que revisaban a cada rato recibiendo, esperando o enviando mensajes—, que al convivio familiar; o en otras ocasiones no se diga de las inoportunas llamadas a la hora de la comida, de la siesta o la noche, y los que contestan apresurados interrumpiendo conversaciones o tareas debido a un tipo o tipa que habla para decir, “ey, ¿qué ondas?”, o del banco cobrando a las siete de la mañana con voz amenazadora; tanto como los que llaman para vender cosas que no necesitas y tan engorrosos como los Testigos de Jeová, tan inconscientes como los que contestan el teléfono a la mitad de la función de cine, manejando en plena avenida o hablando a gritos.</span><br /><br /><span style="color:#000066;">El viernes en la madrugada acudí a urgencias al IMSS debido a un fuerte dolor de pecho y lo que recibí fue a una recepcionista que nos tiró a <em>lucas</em> a <em>Marie</em> y a mí hasta que la señora quiso atendernos. Dentro, una doctora joven con cara larga y peores modales se molestó porque le pedimos viera mi caso y ya en ello la mujer ni siquiera se dignó a responder cuando quise saber hasta dónde llegaba mi presión arterial. Lo más jocoso fue un enfermero tratando a los pacientes (la mayoría gente adulta y varios ancianos) con expresiones como esta: “¿Qué ondas bato?, n’ombre, qué cobarde eres, le tienes miedo a la aguja”, “listo carnal, ya estuvo”, “¡Ey! No se duerma, porque aquí el que se duerme se muere”. Otros doctores o internos tuteaban sin respeto a señores de 80 años.</span><br /><br /><span style="color:#000066;">Escritores medievales como Chaucer, Shaskepeare o Cervantes revolucionaron como pocos la idea del lenguaje escrito, que llevó a la humanidad a lo largo de 500 años a hablar y pensar mejor. Sin embargo, en medio siglo ahora se ha detractado tanto al lenguaje que asombra que el desarrollo tecnológico, tan rico y sofisticado, sirva sólo para embrutecer y hacer creer que nada importa más que los aparatos, dejando a un lado hasta la simple cortesía.</span></span><br /></span><br /><div align="right">Fotografías: RAF</div><div align="right">Portada: Aramis Franco</div>Ruy Alfonso Francohttp://www.blogger.com/profile/17553394675943902907noreply@blogger.com18tag:blogger.com,1999:blog-3611988409075622243.post-84688517233063185982008-12-22T16:02:00.000-08:002008-12-22T17:14:37.960-08:00Fotografía<div><div> </div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:180%;color:#000066;"><strong>La imagen no es de quien la trabaja</strong></span></div><div align="right"><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#000066;"><em><strong>Ruy Alfonso Franco</strong></em></span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"><br /></div></span><div><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#000066;">Ni hablar, la fotografía es nuestra memoria colectiva, la preferida para dejar constancia inmediata de que aquí estamos, estuvimos y estaremos.</span><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"><br /><span style="color:#000066;">Hace días asistí al cumpleaños de un amigo y llevé, como acostumbro, mi Sony de 7.2 megas, pero rápido quedé apabullado por la cantidad de cámaras y celulares que sacó la gente disparando a la menor provocación. Es evidente que la imagen impera y que la fotografía, como adagio milenario impone su huella, qué importa que sea barata, bárbara o indiscreta, si es ahora el moderno oráculo de Delfos y Freud fue el principal <em>pitoniso</em>. Que la gente escribe menos, mal y habla peor es porque encuentra en la imagen el modo rápido y fácil de expresarse, el precio de la vulgarización de Pyto, la serpiente ladrona de la sabiduría de Apolo vuelta nuestra multimedia. </span><br /><br /></div><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5282774133034271858" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 300px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgl2nVQEXA4FfIIuI34RRep_0za5Ue3FDLgCvYw11WlGyFulkE1G-LZgzodYVVpPiHvZW7WIaNyQuNuxbkA8jwiT7OEGwCQqXhTLPI7grnblAcA8V3QvDBsGIAdHDhXJC8pdoQ5Q4quYnJ9/s400/DSC00907.JPG" border="0" /><br /><span style="color:#000066;">Si un sociólogo, comunicólogo o psicólogo, por ejemplo, puede hallar en esas imágenes producidas por millones a diario en la nueva <em>mass-media</em> visos de la realidad, el vulgo encontró el modo de reflejarse a sí mismo en videos y fotografías para subirlas a Internet y hacerse presente. Ya los griegos habían buscado en el oráculo de Delfos las respuestas a todas sus incertidumbres y hoy los especialistas, modernos <em>pitonisos</em>, encuentran en la imagen digital una insospechada realidad fragmentada de una sociedad que, sin reparar en técnicas, estética o arte, usa a la cámara como vocera omnisciente de su existencia, porque aun sin darse cuenta resume en esa fracción mucho de su personalidad —con o sin <em>photoshop</em>—, mucho de lo que es hoy la sociedad del siglo XXI.</span><br /><br /><span style="color:#000066;">Cuando el daguerrotipo hizo posible el surgimiento del cine a fines del siglo XIX, Segismundo Freud —precursor del psicoanálisis— no tardó mucho en descubrir el poderoso influjo de la imagen que reproducía la realidad, así fuera un montaje, porque la fotografía permitía ver no sólo lo evidente, sino lo que había detrás: ideas, fines, intenciones, tiempo y por lo tanto historia. Gracias al documentalismo es que sabemos con exactitud cómo era Pancho Villa o Zapata y las películas de ficción arrobaron, además, la conciencia colectiva, pues produjeron fantasías, temores, ilusiones; ayudaron, incluso, a construir personalidades, a influir mentalidades. </span><br /><span style="color:#000066;"></span><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5282775281770386834" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilWbhSPksOS0noC0_ekP4EaxrniHZ5Hc-pV3MEEeSxrS0kovFWHfBsNYGuXfJIAqBQ-uENUtEXHZqwE-26XoWrM7R7Kq_mqP_xNYv8-Yuk7HG_OrYD0zRMTizWBII-rBggM07uk9x3mJf4/s400/the-eye-wallpaper-02.jpg" border="0" /><br /><span style="color:#000066;">Quien supiera interpretar esos símbolos sería un sabio con gran poder, porque podría dirigir el uso de la imagen. De eso surgió un imperio descomunal llamado medios de comunicación. Pero cuando tales herramientas cayeron en manos del individuo, es como imaginar a millones de genios locos redefiniendo el uso e impacto de dichos medios y la preeminencia absoluta de la imagen sobre el pensamiento (el constructor de ideas), pues la humanidad cada vez se volvió más visual que verbal, más floja para pensar. ¿Para qué hacerlo, si máquinas inteligentes lo hacen por uno? Así unos cuantos dirigen el modo de pensar y el colectivo vive su nuevo sueño de opio porque aprendió a navegar en la Internet, sintiéndose dueño del mundo pues produce sus propias visiones. Qué importa si éstas en apariencia están vacías.</span><br /><br /><span style="color:#000066;">Un ejemplo de lo que la fotografía bien interpretada y mejor usada puede generar, es la película <em>Pozos de ambición</em> (<em>There will be blood</em>, 2007, EUA), de Paul Thomas Anderson, basada en una novela de Upton Sinclair, con Daniel Day-Lewis como actor principal, sobre una historia que transcurre en la frontera de California a finales del siglo XIX en pleno <em>boom</em> petrolero; la crónica es sobre Daniel Plainview (Day-Lewis), que pasa de ser un mísero minero a un magnate del petróleo. La cinta contiene una excelente ambientación lograda, gracias, a una exhaustiva investigación visual del modo de vida y lugares de la trama, según nos cuentan en detrás de cámaras: cientos de fotografías originales sirvieron de guía de la época y hoy podemos ver con inaudito realismo cómo fue aquello.</span> </span></div><div><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;"></span> </div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"></span><br /><p><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5282783878133940898" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 274px; CURSOR: hand; HEIGHT: 400px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1Wyx3Te-iSPELssjL9SlSo2RBJcrC8c4us-reAoEbdLYY7OKe0QUJwlymX77U1AZSHhC01je83uEFsqmqmBI6muI5kEmD3CgmFbMmzSHtmMP8eIfWBAlWiV9cJhfIbeR599oQWr2_FdAU/s400/Pozos+de+ambici%C3%B3n..jpg" border="0" /><br /><span style="color:#000066;">Pero de qué manera aprovechar mejor la tecnología parece no interesarle mucho a las masas, puesto que se conforman con sólo aparecer en la imagen, qué importa cómo: chueca, desenfocada o <em>pixeleada</em>. Manejar parte del <em>know-how</em> nos ha hecho creer que ya somos alguien, se nota en las desquiciadas ventas de aparatos de toda índole y en los usuarios como dementes por las calles pegados a sus aparatos, esforzándose por “estar al día”, aun cuando es imposible. “La fotografía concede al pobre, al paria una extraordinaria revancha (...) por los siglos de humillación y arrastrada existencia. El retrato es un desafío al tiempo y realiza el deseo de eternidad” (<em>La imagen en la sociedad contemporánea</em>, Anne-Marie Thibault-Lalulan).</span><br /><br /><span style="color:#000066;">La Navidad nunca se vendió mejor hasta que se digitalizó.</span><br /><br /><span style="color:#000066;">Con semejantes atributos hacemos acto de presencia en <em>Facebook</em>, <em>Flickr</em>, <em>Fotolog</em>, <em>Hi5</em>, <em>Metrolog</em>, <em>Netlog</em>, <em>Sónico</em>, <em>Space</em> y una cantidad inimaginable de sitios en la red que exhibe nuestras fotos y videos, captando la atención de millones de seres en el planeta de toda edad y condición. Es sencillamente fascinante, saca nuestros escondidos egos y un narcisismo fundamental: somos, soy y por lo tanto existo.</span> </span></p><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"><p><br /></p><p><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5282786630663894514" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 300px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKp38HeeKzh39QxuNRYPHc2xC-KeM1jfxguconISmSoa4ntcAlhCMm2r05SgTsT-HCWC8XID72ZArMJiP-H_T73LcihHe90HQ61zBZOreDdHUvsSBHcPnwlduBmJTyJ0dR_K8sVZpxUhnI/s400/Fotolog.jpg" border="0" /><br /><span style="color:#000066;">Ahora que uno de mis hijos se quedó sin novia, con la que duró años, estoy reclasificando mi archivo de fotos, pues habrá que poner a la ex en otra carpeta distinta a la familiar… Triste, pero inevitable; supongo que algún día vendrá otra chica y reclamará su sitio en el álbum de familia. Mientras tanto me solazo contemplando a mis hijos en docenas de carpetas, luego del vendaval neurótico por el que poco a poco voy saliendo, mirando a mi <em>Marie</em>, familiares, amigos, alumnos, conocidos y a mí en distintas épocas, edades, casas, trabajos y lugares. Es un recuento cronológico-gráfico de alegrías y sinsabores, un diario emotivo que consigna mi historia, la de mi familia. Las fotografías que veo cuentan mi niñez a retazos, mi adolescencia invisible, mi adultez insurgente y mi madurez accidentada; pero como protagonistas indiscutibles están mis muchachos amados y mi esposa cómplice, mi dulce amiga, mi fiel amante.</span><br /><br /><span style="color:#000066;">Encuentro que la fotografía, desde que tuve la suerte de coger una cámara en el taller de fotografía por tres años de práctica divertida en la secundaria (que el cine paralelamente impulsó mi fascinación por las imágenes y que mi carrera acentuó su naturaleza), desde entonces, desde los 14 años, hallo en la creación de imágenes esa sublime manera de decir: aquí estoy; la misma que han encontrado otros intuitiva y rudamente. Sólo que yo tengo la fortuna de pensar en la fotografía, igual que otros —pocos—, como el arte maravilloso que es.</span><br /><br /><span style="color:#000066;">Sin embargo no dejo de reconocer que los jóvenes de hoy tienen la ventaja, a diferencia de otras generaciones, de ver a la imagen con más naturalidad porque la producen con mayor facilidad y sentir que pueden adueñarse de ella aunque sea un poquito, por eso la desfachatez con que se toman fotos a sí mismos obsesivamente, siempre mirando de frente. Porque la imagen, habrá que aceptarlo, no es de quien la trabaja, sino de quien la mira…</span></span> </p><p><br /></span><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5282787011851208466" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 341px; CURSOR: hand; HEIGHT: 400px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhw83leaVq4wDDJDMD8GDuce5rpirCeXlCH2c4ip8lP5lUlocdnaQ05OYCAOXm8pW7J784p78xp2jd6XoyLbAFEVpDCk_7-khHbRn4i6sl6bZQyccAjloZ14-_uUx_xbSyC0NlAUDF6Lcm_/s400/DSC07282VH.JPG" border="0" /></p>Ruy Alfonso Francohttp://www.blogger.com/profile/17553394675943902907noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-3611988409075622243.post-90941550545583496852008-12-22T06:31:00.000-08:002008-12-22T06:34:21.100-08:00Holy shit!<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYyZD570_XThdXvh2oZqCOcN2kwhnSdsNetvbQqRoPUIZcxvvy6wbch-wfP6tYNLj3aYw-Rc0z4IDwI4zVwyX63rg-uhpuEIw2BhRGsztqjAE_fUgJI9_TvWke50kOEqDPjm-XnJWnvfyG/s1600-h/Holy+shit!.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5282622646849951890" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 300px; CURSOR: hand; HEIGHT: 400px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYyZD570_XThdXvh2oZqCOcN2kwhnSdsNetvbQqRoPUIZcxvvy6wbch-wfP6tYNLj3aYw-Rc0z4IDwI4zVwyX63rg-uhpuEIw2BhRGsztqjAE_fUgJI9_TvWke50kOEqDPjm-XnJWnvfyG/s400/Holy+shit!.jpg" border="0" /></a><br /><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:180%;color:#000066;"><strong>Ya saben, una pinche feliz Navidad, o lo que sea que signifque eso.</strong></span></div>Ruy Alfonso Francohttp://www.blogger.com/profile/17553394675943902907noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-3611988409075622243.post-65347988865106664902008-12-15T07:23:00.000-08:002008-12-15T09:33:56.717-08:00Depresión<div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:180%;color:#990000;"><strong>Amargo animal</strong></span></div><br /><div align="right"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><em>Ruy Alfonso Franco</em></span></div><br /><div align="right"><em><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span></em></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;color:#990000;">En la amorosa noche me aflijo.<br />Le pido su secreto, mi secreto,<br />La interrogo en mi sangre largamente.<br />Ella no me responde<br />Y hace como mi madre, que me cierra los ojos sin oírme.<br />(<em>De la noche</em>, Jaime Sabines</span><a title="" style="mso-endnote-id: edn1" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn1" name="_ednref1">[1]</a>)</div><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">Ahora que la constante en mis horas nubladas es desazón y angustia, porque la melancolía es invierno gris y mis lágrimas rameras de torrente fácil, como nunca escucho voces amigas que advierten me quiera más. Y pienso: “ah <em>chingao</em>, ¿<em>pos </em>cómo?”, si el <em>güey</em> que veo a diario en el espejo es mi bastardo favorito. Piensa positivo, me dicen. </span><br /><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5280038877078429314" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 361px; CURSOR: hand; HEIGHT: 400px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjaUity8-EV5o1qEsy-Kjj8Sn7SfIZh3gC21ecf6hUgV2xO_AP8wSQRDMkNap7Re0A0tPwr8nly_eLOePDejGU1lLGRIL9qgf80234RYxvbaE_LGg1cY0sPdmZ-aigc50_7N0Koi0XEj6vs/s400/Ruy..jpg" border="0" /><br /><div align="center"><em>Viñeta: Víctor Higadera</em></div><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">Un doctor en la <em>tele</em> de la madrugada, cuando repiten todo para los que como yo, que sin droga para dormir estoy a la caza de mis fantasmas a las 2 a.m., decía enfático: “Los lóbulos frontales se consideran nuestro centro y hogar emocional del control de nuestra personalidad”. Todavía más, según leo en <em>Lubrano.com</em>, la depresión está asociada a lo que se conoce en psiquiatría como el síndrome del lóbulo frontal, que a la letra explica: “Trastorno mental orgánico caracterizado por cambios marcados de personalidad”. </span><br /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"><span style="color:#990000;">Y la depresión, dice el mismo <em>Dr. Lubrano</em>, es un “estado mental caracterizado por sentimientos de tristeza, soledad, desesperación, baja autoestima y reproches a uno mismo; acompañado por retardo motor o en ocasiones agitación, alejamiento del contacto interpersonal y síntomas vegetativos tales como el insomnio y la anorexia. El término se refiere a un estado de humor o a un trastorno del humor”. El problema se vuelve serio cuando la depresión ya no puede ser controlada y pasa de ser una racha provocada por el estrés o el modo de vida que el interfecto lleva o haya llevado, y se atora en sus laberintos existenciales. La cosa es que el doctor de la tele dijo algo que me pareció curioso: que uno puede programar la felicidad, palabras más palabras menos; que sólo hay que desearla por la mañana al levantarse y listo</span><span style="color:#990000;">. </span></span><br /><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span><br /><br /><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;"></span><br /><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5280039658091412354" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 302px; CURSOR: hand; HEIGHT: 400px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi41PVIbANtNZyTwiuIhQ9zriyz3F40RX5zjCrF9nfCI_FTi8Y0ZDKYULY3-ENap2kEDFljFsvsimnBsr-n1xgF5yNC1gKnzUzH7eOL5iIgQFGI6CMzLYdXPYfAN5QJpw7OxabUXm8gKWkA/s400/Cine.jpg" border="0" /></span><br /><div align="center"><em>Viñeta: Brenda Mayorquín Cañedo (alumna de cine, en clases)</em></div><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">A ver, tengo por costumbre levantarme desde chaval muy temprano y nunca de mal humor. Tenía años madrugando a las cuatro o cinco para leer o escribir, porque esas horas son muy <em>chidas</em>: no hay quien te joda. Pero de unas muertes para acá, como que batallo más para dormir: “Con don Julio en el féretro (1996) una fusión extraña se dio en mi universo, pasó tiempo para darme cuenta de lo irremediable de ese pozo oscuro y único en el alma. Al año siguiente se fracturó mi <em>chi</em>; ver a mi abuela en esa caja miserable (1997) no tuvo madre. Y la que yo tenía habría de ser el mayor de los abandonos, cuando doña Carlota decidió que ya no tenía por qué vivir (2002). Y se fue. Nunca arreglamos nuestros vacíos. Ahora ya no importa cuántos hoyos más se abran, todos caben en el mismo. La cosa es que duele, mucho”</span><a title="" style="mso-endnote-id: edn2" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn2" name="_ednref2">[2]</a>. <span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">Hasta entonces cuanto catorrazo me llevara nomás miraba para arriba y echaba <em>pa’lante</em>, con denuedo, con tozudez, y cada vez con más sarcasmos en la faltriquera, la sonrisa <em>arsénica</em> y el hígado como blasón. Armadura al gusto. Cantaba: <em>Bueno. Me visto. Hablo. / Estoy solo —es lo mismo— / ¡pero qué alegre de algo!</em></span> <a title="" style="mso-endnote-id: edn3" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn3" name="_ednref3">[3]</a><br /><br /><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5280040668008151122" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 311px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNTaup3HHP6aTDZP_wzolphFNSRXLC1lL4Er7yurYJieMoa1vheU_evjmKTbiXIEZG1lJ-EVlZgkx7uIGBLEuc_zsA9AyeNiMkRUe9dhMUAx1KgtUhQxd9LeZzbu-Pl2Cid4eRBCRX4wJd/s400/Se+buscan.jpg" border="0" /><br /><div align="center"><em>Doña Carlota y don Julio</em></div><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">Pero hete que las abolladuras son hartas, por ello amigos insospechados me regalaron, generosos, <em>cucharaditas de luna</em> e insistieron “quiérete mucho, se positivo”… Confieso que estoy por eso en un dilema, ¿qué es ser positivo? </span><br /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">Cierta ocasión, trabajaba con mis compañeros maestros en un engorroso relleno de formularios impuestos por la SEP, para mendigar más recursos. Adryan (con "y") preguntó desde el otro lado de la mesa, seguro para matar el tedio de las tres de la tarde: “Franco, ¿con cuántas mujeres has <em>cogido</em>?”, una docena de cabezas voltearon al unísono, entre ellas tres profesoras curiosas. Como pudor no es mi amigo, contesté sin empacho: “cuatro, tres antes de mi mujer y mi mujer”. Ahora fue Adryan el sorprendido y exclamó como augusto eléctrico: “¡Maestro, por Dios, siquiera di que fue una docena! ¡Cómo que cuatro! ¿Qué te pasa?” Junto con las carcajadas del auditorio empezaron las estadísticas de uno, otro y aquél; por cierto, Víctor nos ganó con quinientas y tantas. Yo lo único que alegué a mi favor fue que, por ganas no paraba, pero <em>Marie </em>vota siempre en contra. Le he jurado que no busco aventuras, pero si sale alguna, <em>sobres</em>; pero se esponja. Eso es ser positivo, ¿no? </span><br /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">Confieso, soy medio ingenuo, algo honrado, lamentablemente puntual, directo con lo que pienso, agradecido como perro, solidario siempre que no sea <em>Teletón</em>, <em>Juguetón</em> o redondeos mañosos, curioso ante la incertidumbre, cursi respetuoso, ateo consagrado, tragón consolidado, huraño insoportable, rata hogareña, irascible por condición médica, romántico de clóset, estúpido idealista, adorable lujurioso y hedonista dispuesto. ¿No es esto positivo? Soy, lo que se puede decir, de una pieza redonda, de una sola cara. Tauro. </span><br /><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span><br /><br /><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span><br /><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#990000;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5280040550663850226" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 262px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEherlEEexPgHNjbBE6uOw_nXmFoFk3co1vPkcgaDze-1PW_WaHHVBmyBp5_3gc6TyTlOPeMSnQPJdZOpKlKjbiYhIR-Fgho-jE1FH-Qr9Hvwzga42_UTqDlEdcZDczG588SWuenIhhgFZHl/s400/El+interfecto..jpg" border="0" /></span><br /><div align="center"><em>El interfecto, echándolo a perder</em></div><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">No creo en Dios, ni brujerías, ni políticos, ni zalamerías, ni en la <em>tele</em>, ni la radio, ni la prensa, ni en ricos que dan limosna, ni en pobres que buscan lástima. No creo en algunos que se dicen mis amigos —mucho menos en los que fueron—, ni en curas, ni cardenales, menos en papas, reyes o presidentes. Detesto que me digan qué hacer cuando sé qué procede, por eso odio a los prepotentes, a los superfluos, a vanidosos, mentirosos, negligentes, irresponsables, sátrapas, egoístas, dos caras, corruptos, tacaños, vividores, asaltantes de traje, secuestradores, narcotraficantes, igual <em>buchones</em>, juniors y fanáticos del fútbol, béisbol o cualquiera que vea deportes y se apasione adorando atletas por la <em>tele</em>, cantantes por la radio, artistas de telenovela, rockeros de a mentis, adoratrices de vírgenes, santos patronos, monjitas de colegios, profetas venturosos, idiotas pegados al celular, consumidores sin recato, recatadas de oficio, madres de 10 de Mayo, padres con compadres, chiquillos chantajistas, perros de bolsillo, chicas fresa, santurrones, beatos y caprichos. </span><br /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">No ser todo eso, ¿no es positivo? </span><br /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">Pero tienen razón cuando dicen que me tengo que querer. Les juro que lo he intentado desde que veía a los demás chiquillos jugar tras mi ventana, cuando perdía en todo porque nunca fui bueno en nada, cuando pensaba las cosas mil veces porque de todo estaba inseguro, cuando tenía que dar explicaciones penosas: “¿por qué no vino tu mamá a la junta”?, “¿por qué traes pantalones de <em>brincacharcos</em>?”, ¿”por qué usas zapatos de payaso?”, “¡<em>cuatrojos</em>!”; “¿por qué no vino tu padre a tu boda?”. O cuando me tuve que hacer preguntas incómodas: “¿por qué mi papá nunca está aquí?”, “¿por qué tenemos que cambiarnos otra vez?”, “¿por qué me odian?”, “¿por qué yo no tengo novia?”. O cuando tenía que responder cosas embarazosas: “tengo hambre”, “no sé bailar”, “no soy joto nomás porque leo”, “es que no tengo ropa”. Pero lo peor fue cuando tuve que hacerme el fuerte aunque me moría de miedo: en el barrio a punta de trompadas, en las primarias a punta de trompadas, en la secundaria haciéndome invisible, en la prepa haciéndome invisible, en la universidad esforzándome por dejar de serlo y como maestro, haciéndome el duro. </span><br /><br /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"></span><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5280040363616941010" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 288px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiua4bhvPT2-OtcuKZ3PsWeUS64a3MzKQ2UNCxUBxoe0wrVoVQk87qBh_V2CVFzLkVzlVj8HY_UqoqoOPwyZgifzwIQ7crHyG60l3YDSj7wlvMRJ6HlqLLvoKpXGOJu256NJ6-4CTMEoKoX/s400/Ruy+a+rayas..JPG" border="0" /></span><br /><span style="font-family:verdana;"><div align="center"><span style="font-family:times new roman;font-size:130%;"><em>Viñeta: Víctor Higadera</em></span></div><br /></span><span style="color:#990000;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-family:verdana;">Pero eso es historia. Y usted, ¿qué haría con el del espejo? Yo me debato</span>.</span></span><br /></span><div align="center"><br /><span style="font-family:verdana;color:#990000;">Lento, amargo animal<br />que soy, que he sido<br />…<br />Amargo como esos minerales amargos<br />que en las noches de exacta soledad<br />—maldita y arruinada soledad<br />sin uno mismo—<br />trepan a la garganta<br />y, costras de silencio,<br />asfixian, matan, resucitan.</span><a title="" style="mso-endnote-id: edn4" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn4" name="_ednref4">[4]</a> </div><div align="center"></div><div align="left"><br /><a title="" style="mso-endnote-id: edn1" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref1" name="_edn1">[1]</a> Sabines, Jaime. <em>De la noche, Poesía, nuevo recuento de poemas</em>, Lecturas Mexicanas 27, p.36<br /><a title="" style="mso-endnote-id: edn2" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref2" name="_edn2">[2]</a> Franco, Ruy Alfonso. <em>Los negros hoyos de la ausencia, El Sol de Mazatlán</em>, 18 de febrero, 2007.<br /><a title="" style="mso-endnote-id: edn3" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref3" name="_edn3">[3]</a> Sabines, J. <em>Frío y viento amanecen</em>, ídem, p.50.<br /><a title="" style="mso-endnote-id: edn4" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref4" name="_edn4">[4]</a> Sabines, J. <em>Vieja la noche</em>, ídem, p.9</div>Ruy Alfonso Francohttp://www.blogger.com/profile/17553394675943902907noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-3611988409075622243.post-63095697702782740462008-12-08T10:49:00.000-08:002008-12-09T08:48:01.854-08:0024 de diciembre de 1979<div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:180%;color:#000066;"><strong>Esa soledad tan dura, tan perra, tan…</strong></span></div><div align="right"><br /><em><strong><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#000066;">Ruy Alfonso Franco</span></strong></em></div><br /><span style="font-size:130%;"><span style="font-family:verdana;color:#000066;"><strong>Para Ariel pasar hambres no era la gran cosa, si al final con tortillas duras tostadas en el comal podía mitigar la soledad con un poco de sal, en compañía de su madre doña Dora, que raras veces le hablaba. Pero pasar solo esa Navidad de 1979, sí estuvo cabrón. Si ese día no tuvo ni tortillas duras que comer, qué le importó al chamaco de 17 años malpasarse, si su madre no estuvo con él; no le hace que no le hablara.<br /><br />Hacía meses que doña Dora se había marchado detrás de Javier en busca del amor perdido, que aquél juraba en cartas mochas lo encontraría de nuevo junto a él en <em>Guanatos</em>, luego de tres años de separación. Serían tan felices como todas las promesas hechas antes sin cumplir, que siempre quería creer Dora. Poco le importó a Dora perder hasta la casa que ya tenía en el puerto, que con tanto sacrifico habían levantado entre todos: Ariel, el hijo adolescente de 14, cavando las zanjas <em>pa’</em> los cimientos y cargando con sus amigos las piedrotas que harían la base en aquel lodazal; doña <em>Cuca</em>, la abuela, enviando mes tras mes su quincena que como sirvienta ganaba, para que su hija tuviera su casita de material; Dora pidiendo fiado en todos lados para poder completar para un carro de tierra y así rellenar el patio inmundo; y Javier, el buen Javier, un día llegó con una ventana de fierro y un portón, fue todo. Jamás cargó un bote de mezcla, nunca clavó una viga para el techo de la cocina y tampoco metió la tierra a paladas como sí lo hizo Ariel sacando la lengua durante días, durante semanas, durante los meses y años que se tardaron en levantar los tres cuartos pelones, pasando hambres y penurias.<br /><br />Y es que a Javier no lo volvió a ver desde que Ariel estaba en primer año de secundaria, pues se había largado con una mujer que conoció cuando trabajaba como judicial en la extinta PGR. De todas manera nunca paraba en casa, así que Ariel ni lo extrañaba, hasta era mejor, porque tenerlo metido allí era tanto como estar aguantando sus malos modos de padrastro frustrado, que odiaba al chamaco con odio acumulado. ¿Por qué? Nunca lo supo Ariel; es más, ni siquiera sabía que no era su padre, sino hasta los 17 años cuando su madre, presintiendo que se iba morir por un tumor en la matriz, le reveló la fatal noticia. Dora finalmente no se murió ese año, sino hasta el 2002, por una tristeza mal cuidada de 65 años arrastrados, pero Ariel entendió por fin el porqué de los malos tratos de Javier, el tipo que lo encerró en casa hasta los 14, cuando huyó con aquella cincuentona y un hijo adolescente como él.<br /><br />Antes de la debacle de Dora Ariel sólo sabía, a pesar de ser hijo único, que la mejor comida era para Javier, que no podía salir a la calle a jugar, que nada se hacía en casa sin el consentimiento de Javier y que Dora sólo vivía para Javier, agradecida porque la sacó de puta de un congal de mala muerte en Coahuila.<br /><br />Ariel también sabía que Dora lo odiaba porque se lo gritó varias veces, la última, cuando éste contaba con 13 años. También sabía que Dora no se tentaba el corazón para reprenderlo duramente si ella creía que se lo merecía. Las veces que su madre lo golpeó con palos, cucharones, mangueras, guaraches, puños y desprecios, no rebasaban el más viejo recuerdo que Ariel tenía de ella, cuando le rompió la nariz de un puñetazo a los cinco años. Pero era su madre, ¿acaso no tenía derecho de reprender al chamaco como le viniera en gana?, es lo que les gritaba Dora a las vecinas cuando éstas intentaban quitarle al pequeño Ariel cubierto en sangre, en aquella desconchada vecindad de la Tusanía en Guadalajara. Así creció Ariel, pensando que vivía la vida de todos, sin reparar hasta la adolescencia que algo no coincidía con las demás familias de sus pocos amigos: allá había risas, piñatas, música a todo volumen, tíos, primos, gritos, mimos, abrazos… En casa no había nada de eso.<br /><br />Por eso se sorprendió mucho cuando Dora le dijo a Ariel, “me voy a <em>Guanatos</em>, tu papá me llamó, regreso <em>pa’l </em>domingo; aquí te dejo estos centavos. No se te olvide darle de comer a los patos y a Loreto, ¿<em>oyiste</em>?” Y se fue.<br /><br />Dora ya no volvió más que esporádicamente. Al principio una vez a la quincena, luego tres veces cada mes y al final sólo le mandaba ocasionales giros telegráficos con unos cuantos pesos que, se suponía, tenían que alcanzar para la luz, el agua, la escuela, los camiones, comer él y los animales: dos patos y <em>Loreto</em>. Las tres o cuatro veces que Ariel se comunicó con Dora por teléfono a larga distancia por cobrar, en una caseta del centro, la conversación siempre fue lacónica, protocolaria: “¿Cómo has estado?”, que Ariel sólo respondía con un inútil “bien” porque Dora rápido continuaba el interrogatorio: “¿Pagaste el agua?, ¿regaste las matas?, ¿le diste de comer a los patos? ¿Y <em>Loreto</em>, cómo está?” Pinche perico enfadoso. El día que Ariel tuvo que comunicarle a Dora, todo compungido, que <em>Loreto</em> había muerto destrozado por una rata que se metió a su jaula,<em> ‘uta</em>, no se la acabó el pobre. Dora lo puso como cochino y le colgó. No volvió a comunicarse con él en meses y tampoco le mandó dinero.<br /><br />Ariel buscó trabajo, pero a los 16 años quién lo tomaba en serio. Había terminado la secundaria y ya había lavado coches en un autobaño, pretendido vender enciclopedias por la calle y fue garrotero por 15 días en un restaurante de la Zona Dorada, hasta que su <em>cuatacho</em> Felipe le consiguió chamba de peón de albañil en una obra. Cosa curiosa, le tocó trabajar en la construcción de la biblioteca de la preparatoria Rubén Jaramillo, de la Universidad Autónoma de Sinaloa, en donde terminó inscribiéndose para el turno vespertino, porque en el nocturno ya no hubo cupo. Y adiós trabajo. Lo poco que ahorró lo destinó a la compra de libros y una despensa de frijoles, huevos, café, latas de atún y tortillas. Todo se acabó a las semanas y para irse a la escuela vendió sus revistas o de plano se iba a pie desde la Francisco I. Madero hasta la UAS, unos cinco kilómetros de distancia.<br /><br />Pero no faltaron los amigos que le pagaron varias veces los camiones y lo invitaban a comer. <em>Lupe</em> y su madre doña Paula fueron los más solidarios, no sólo lo convidaban a desayunar o a comer, sino que la señora empezó a darle pequeñas despensas cuando se enteró que Dora no le enviaba dinero. Con todo, la familia de <em>Lupe</em> era numerosa y muy pobre, así que Ariel muchas veces declinó aceptar la ayuda porque sabía lo que eso costaba a la buena señora. En la escuela fue su amigo Eliseo quien le tendió la manó al darse cuenta también por las que pasaba Ariel, quien constantemente llegaba a clases con un par de días sin comer, la ropa muy ajada y los zapatos que daban lástima.<br /><br />Eliseo se lo llevó a su casa y doña Esther, su madre, lo aceptó como a un hijo. Durante semanas Ariel estuvo yendo a comer regularmente. Por supuesto, nadie supo que durante mucho tiempo esa comida era la única que Ariel probaba en el día.<br /><br />Y esa Navidad de 1979 en casa, para variar, no había ni tortillas duras. Temprano estuvo un rato platicando en casa de <em>Lupe</em>, que lucía feliz con tantos hermanos que llegaron de otras partes y el alborozo que armaban los nietos tronando palomitas. Los mayores entraban y salían llevando cosas para la fiesta y doña Paula no paraba dando órdenes a su enorme prole. Cuando <em>Lupe</em> salió por una encomienda a la Ley, Ariel regresó a su casa, que estaba enfrente. Entró y miró la penumbra de la tarde muriendo. Nunca le había parecido tan sola, hasta extrañó los graznidos de <em>Loreto</em> y su “Arrriel” repetido hasta el copete. Sabía que <em>Lupe</em> y su familia irían más tarde a la Redonda a visitar a sus parientes, así que no esperó cena de nada.<br /><br />De una cosa estaba seguro Ariel, nunca, hasta ese día, se había sentido tan solo. Y nunca después, sino hasta que vio la cara de su madre lacrada por la muerte en el punto por donde sacan los cuerpos del IMSS, cuando el camillero pidió que un familiar certificara que la muerta era su madre, Ariel volvió a sentir esa enorme soledad, tan dura, tan perra, tan puta. De golpe, había perdido a toda su familia.<br /><br />Pero ese 24 de diciembre de 1979, antes de acostarse a las 10 de la noche, mientras afuera todo era música, buenos deseos y paz, Ariel deseó con dolor tener a su madre con él, qué importaba que lo odiara, qué importaba que no le hablara, qué importaba que no lo amara. Para él era suficiente tenerla.</strong></span></span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#000066;"><strong><br /></strong></span></span>Ruy Alfonso Francohttp://www.blogger.com/profile/17553394675943902907noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-3611988409075622243.post-50286801517042252972008-11-28T09:02:00.000-08:002008-11-28T09:10:08.335-08:00Gracias<object height="452" width="600"><param name="allowfullscreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><param name="movie" value="http://vimeo.com/moogaloop.swf?clip_id=2366004&server=vimeo.com&show_title=1&show_byline=0&show_portrait=0&color=ff9933&fullscreen=1"><embed src="http://vimeo.com/moogaloop.swf?clip_id=2366004&server=vimeo.com&show_title=1&show_byline=0&show_portrait=0&color=ff9933&fullscreen=1" type="application/x-shockwave-flash" allowfullscreen="true" allowscriptaccess="always" width="600" height="452"></embed></object><br /><a href="http://vimeo.com/2366004">Gracias</a> from <a href="http://vimeo.com/aramisfranco">aramis franco</a> on <a href="http://vimeo.com/">Vimeo</a>.<br /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:180%;color:#990000;"><strong>Gracias amigos, muchas gracias.</strong></span>Ruy Alfonso Francohttp://www.blogger.com/profile/17553394675943902907noreply@blogger.com17tag:blogger.com,1999:blog-3611988409075622243.post-91928569223262187362008-11-11T12:27:00.000-08:002008-11-11T12:43:34.155-08:00Diabetes<div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:180%;color:#990000;"><strong>El día que Barack Obama ganó</strong></span></div><div align="right"><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><em><strong>Ruy Alfonso Franco</strong></em></span></div><div align="center"><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><em>Aquí en atención a las circunstancias,</em></span></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><em>aquí la noche infinita que no duerme,</em></span></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><em>aquí olvidé lo que me desconcertaba,</em></span></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><em>aquí vuelvo a estar ausente.</em></span></div><div align="center"><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><em>Aquí seguro de hacer lo incorrecto,</em></span></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><em>aquí porque no hay suficientes pruebas,</em></span></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><em>aquí como un inválido en el desierto,</em></span></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><em>aquí me quedo,</em></span></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><em>aquí con ella.<br /></em>(<em>Aquí</em>, Enrique Búnbury)</span></div><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">Como otras muchas fechas que guardamos indelebles en nuestra memoria, así recordaré el día que un negro ganó la presidencia de los Estados Unidos. Aunque no fue solamente por eso que lo recordaré: esa noche el secretario de gobernación, Juan Camilo Mouriño, murió al desplomarse el avión en que viajaba… Ora que, la verdad, más bien lo recordaré porque con ese día llevaba ya cuatro con un asesino dolor de cabeza que me hacía odiar mi existencia.</span><br /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">Pero aun así no dejé de sonreír cuando a TV Azteca se le fue las patas al no enlazarse inmediatamente al siniestro del oscuro secretario de gobernación, el gran cuate de Felipe Calderón que en su funeral lo elevó al grado de héroe nacional (¡jajajajaja!) y Televisa materialmente se comió el mandado durante casi tres horas de crónicas en vivo desde el lugar de los hechos y entrevistas telefónicas con autoridades que daban notas minuto a minuto bajo la batuta de Carlos Loret de Mola, acompañado por Adela Micha y un inusitado “reportero” que reportó eficaz: Marcelo Ebrard, jefe del gobierno mexiquense, utilizando de plano el argot periodístico para relatar los sucesos sucintamente.</span><br /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">La cosa es que las dos televisoras tenían ya el propósito de anunciar con lujo de detalles el cotejo electoral entre John McCain y Barack Obama, por lo que habían anunciado el evento a cargo de las estrellas noticiosas de cada estación, como siempre con un despliegue espectacular y comercial de reporteros y comentaristas al calce. Pero, azotó la nave de Mouriño y Televisa, con el colmillo de casi 60 años de trasmisiones, modificó sus planes inmediatamente y cubrió efectivamente el deceso del funcionario, el segundo a bordo del gobierno mexicano. Y TV Azteca, como nunca, mostró su superficialidad y sometimiento a los designios del vecino país, más que del propio. Qué bola de asnos.</span><br /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">Echado en la cama, deseando estar borracho, escuchaba la televisión más que verla y pensaba tal vez como muchos, en las tropelías que Juan Camilo hizo contra el pueblo mexicano al aprovechar sus puestos en el gobierno de Vicente Fox y ahora de Calderón para hacer pingües negocios particulares, según denuncia de algunas publicaciones del país y que Calderón desechó en su discurso fúnebre al considerar a Mouriño como “víctima de calumnias”, para luego ensalzarlo y hacernos pensar que si el españolito era tan bueno, <em>pos</em> mejor hubiera sido presidente de la República el muerto y no Calderón.</span><br /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">En tanto yo hacía cálculos dolorosos de qué me estaba fallando en los nueve medicamentos que consumo a diario para mantenerme con vida, cinco de ellos obligatorios: </span><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><em>Glibenclamida</em> para el azúcar, cuatro al día; <em>Metformina</em> para el azúcar, dos; <em>Bezafibrato</em> para las grasas, dos; <em>Enalapril</em> para la hipertensión, cuatro; y <em>Complejo B</em> para la circulación, una; <em>Ranitidina</em> para cuando sienta que me estalla el estómago por tanto medicamento, una antes de cada comida; <em>Diclofenaco</em> para el dolor de mi quinta vértebra aplastada por un disco, una diaria y hasta dos si siento amar a Dios —pero que yo evado hasta donde puedo para evitar que esta pastilla me dañe los riñones—; y un par de aspirinas regularmente para intentar combatir este pinche dolor de cabeza que me acompaña por las mañanas al levantarme y por las tardes al anochecer.</span><br /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">Y todavía más, mi pobre <em>Marie</em> intentando paliar mis males me da a tomar recientemente ocho gotas de <em>Tronadora</em> (la hierba <em>tecoma stans</em>) y tres pastillas de <em>Magno cardio</em> (un comprimido con ajo, alpiste, Hierba de sapo, <em>Neem</em>, <em>Omega</em> 3-6, semilla de uva y <em>Cuachalalate</em>) después de cada comida, contra los efectos que provoca la insuficiencia de insulina: fatiga permanente, sueño, exceso de orina, deshidratación, dolor de huesos y mareos, que con la presión alta todo se intensifica ante la mala circulación, propensión cardiaca y la inevitable baja de defensas que te tumban a la menor gripe. Todo en paquete, más el trauma depresivo al estar luchando minuto a minuto por vivir normalmente y no conseguirlo.</span><br /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">¿A qué le sabrían sus noches si tuviera que levantarse cada hora al baño, por muy dormido que esté, con los riñones adoloridos, los huesos atropellados, calambres ocasionales, ahogos que te ponen morado y a la familia en alerta, y una maldición entre los dientes por no atinarle a la tasa porque estás apendejado y ya sólo quieres morirte de una puta vez? Al día siguiente no puedes ni levantarte, no quieres ver a nadie, no quieres mirar la vida seguir; has perdido todo aliciente, todo te da igual. Y te haces ovillo rogando dormir un par de horas —que no consigues—, mandando al cuerno lo que te sobra, que a estas alturas será todo. Cuando por fin te levantas intentas cumplir tu rol, pero ya lo haces tan mal que a todos quedas a deber y vuelves a hacerte bola, y corres a casa a meterte en tu hoyo, sin desear salir de él. Te sientes como el hombre mosca, todo te altera: un portazo, alguien hablando alto, una mala noticia, la escena aquella del comercial aquél, la canción que ahora se magnifica, una foto, un olor; si te hablan, si no; y lloras. Puta, como lloras, y haces recuentos de vida, de tus ausencias, de tus ausentes, y te sientes más solo que el abandonado, que el sentenciado frente a la horca. Y dices, <em>no, ya estuvo</em>, pero te faltan fuerzas o agallas…</span><br /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">Y no quieres saber ya nada, qué más da; sólo miras atrás y cuentas: 15 años sabiéndote parte de las estadísticas. <em>‘Uta</em>. Y vuelve ese dolor de cabeza, carajo.</span><br /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">Sí, lo recuerdo bien, el día que Barack Obama ganó, yo me sentía de la chingada.</span><br /><div align="center"><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><em>Aquí no hay nadie a quien seguir,</em></span></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><em>aquí que nadie es un huésped fijo,</em></span></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><em>aquí sigo viviendo bien sin mí,</em></span></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><em>aquí sólo quiero estar contigo.</em></span></div><div align="center"><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#990000;"><em>(Aquí</em>, Enrique Búnbury,<em> Hellville de Luxe)</em></span></div>Ruy Alfonso Francohttp://www.blogger.com/profile/17553394675943902907noreply@blogger.com14tag:blogger.com,1999:blog-3611988409075622243.post-40439264331056808002008-10-20T11:04:00.000-07:002008-10-20T11:46:49.237-07:00Cine mexicano<div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:180%;color:#990000;"><strong>México, según el Pato Donald</strong></span></div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><div align="right"><br /><em><strong>Ruy Alfonso Franco</strong></em></div><br />Somos un país de salvajes para Hollywood, así lo demuestra Estados Unidos desde las primeras miradas en su cine, para quien nunca hemos representado mayor atractivo que el petróleo y cuanto puedan sacar de provecho de una nación bastante sumisa como la nuestra.<br /><br />Aparecemos en el cine hollywoodense como indios desarrapados, charros folclóricos o machos violentos; y en un sentido más realista como un país subdesarrollado, como un peligro para los autodenominados “americanos”: por los constantes robos, fraudes, secuestros, narcotráfico, productos chafas, comida y agua contaminada, playas y naturaleza sucia. Somos los mexicanos para Estados Unidos los eternos mojados, gandallas y corruptos, los que siempre estamos dispuestos a mover la panza por <em>one dollar</em>.<br /><br /><br /><p><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5259305064450819874" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0AZe1Wvn7639bvCeTOpQYRSoLaF3yHWiNVDi9cgb3qVqu-SJDtYBhLNnls6RZJ6fwFTZGWDs3hM6LifwXJ0ZbHCk5slsxF3hQZY3or9XuCdEGzHIDw2rNfiH911L9h1P41Wg8hW6iQm6J/s400/Escanear0003.jpg" border="0" /><br />Muestras sobre esa mirada degradante hay un montón, por ejemplo <em>¡Viva Zapata! </em>(<em>Viva Zapata!</em>, EU, 1952), del laureado Elia Kazan. Cinta que por su contenido mereció la atención de la crítica nacional en su momento, pues había ganado un Óscar al mejor coprotagonista (Anthony Quinn, actor mexicano tránsfuga) y cuatro nominaciones más que incluían a Marlon Brando como mejor actor (<em>El padrino</em>, <em>El último tango en París</em>, <em>Apocalipsis now</em>, etc.). Además el nombre de Elia Kazan (<em>Un tranvía llamado deseo</em>, <em>Al este del edén</em>, etc.) y la pluma reconocida de John Steinbeck (<em>La perla</em>, <em>Viñas de ira</em>, etc.) prometían una cinta inestimable, ya no tanto por sus presumibles cualidades artísticas, sino también apetecible para los mexicanos por el tema de la revolución que nuestro cine, desafortunadamente, no ha tratado con toda la objetividad que uno podría esperar y se creía en el mayor ojo crítico del cine extranjero. </p><p>Pero no fue así. <em>¡Viva Zapata!</em> puede compararse con un pinche espectáculo para turistas ignorantes, que saben de México lo que Walt Disney les ha dicho en <em>Las aventuras del Pato Donald</em>.<br /><br />Causa risa el papel de Marlon Brando como un Zapata muy serio y esforzado, sobre lo que René Jordán en la biografía del actor escribió: interpreta a Zapata como “una imperturbable máscara india de piedra. La mirada fija, ligeramente estrábica, como una estatua maya; un semblante inescrutable como el calendario azteca”</span><a title="" style="mso-endnote-id: edn1" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn1" name="_ednref1"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#990000;">[1]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">. O sea, Brando se jodió en el personaje acartonándolo hasta la ignominia, como lo han hecho todos los que en México han querido idealizar a Emiliano Zapata: desde Antonio Aguilar hasta Alejandro Fernández. Es evidente que el rubio actor sabía de Zapata lo que un mexicano del profeta John Smith (nada), así que su actuación linda con el humor involuntario al exagerar la personalidad del héroe, creando al final un personaje folletinesco, trágico hasta el melodrama y mártir como santo ardiendo en las llamas de la inquisición.</span> </p></span><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5259305379900691858" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5s7eOJLvvZvx2X0JkpLQlzY4-zyuEFfta0e5Y1uh4fFRksiIU7pWNie1ecCC-tLkMVSPjNn_LZl8XDWUU7NoZVe53VgmSXU6gP2rHCfqyvKIbRkPivluM7mPyYckVBapYo7FadKLmBq0b/s400/Escanear0001.jpg" border="0" /></span><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5259305467539779490" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhr7fhCgDTwJPaHcRU6sB9xCUIP9rtBBOtfiLkie8ah0_EhYegm2pi6WGwHzAnA9xTAg_lemdhPxd_8DDD-c65iWxDi8JUYT9f1JuLJ7C92_a9zsFXy5yfoh0gPxUmgeqEvRQTW1s8Nv2xR/s400/Emiliano_Zapata4.jpg" border="0" /><br />Elia Kazan, curiosamente, pretendió hacer una película seria, algo más que un mero divertimento para el espectador estadounidense, y eso se observa en el cuidado formal: excelentes escenarios y meticulosa ambientación, emplazamientos de cámara precisos y encuadres significativos, muy artísticos (fotografía que, por cierto, le debe mucho a Gabriel Figueroa —nuestro insigne fotógrafo nacional— por sus cielos arrebolados). Incluso el mismo guión de <em>¡Viva Zapata!</em> se pretendía elaborado y un tanto estricto por su fiel registro de la historia de la revolución mexicana. Lamentablemente es la misma versión que les dan a nuestros niños en la primaria…, hueca en sus conceptos y repleta de idealismos ramplones, por aquello de la eterna lucha del bien contra el mal, en donde los buenos habrán de salir airosos… ¿Pero quiénes son éstos? Según la realidad, los priístas fueron los “buenos” durante más de 70 años, ya que se dicen herederos de esa revolución.<br /><br />¿Resultado del film? Es tendencioso y mentiroso.<br /><br /><em>¡Viva Zapata!</em> proyecta un enorme maniqueísmo, ignorancia de nuestra historia y una franca ingenuidad que llega al idiotismo. Lo que hicieron los gringos aquí fue desarrollar un argumento que se invalida por la superficialidad con que abordan nuestra historia, tal como hizo Mel Gibson con <em>Apocalyptica</em> (<em>Apocalypto</em>, EU, 2006), esperando más bien dar el gran espectáculo. Si acaso podemos aceptar de Kazan su buena voluntad, tan miope como despistada, y guardar para la historia su aportación bizarra del histrionismo singular de un Marlon Brando perdido. Por lo demás el film de marras es un circo:<br /><br />a) Hay un Emiliano Zapata desbigotado. Curioso, porque la imagen que todos tenemos en México del revolucionario es la de un sureño moreno con tremendo bigote. Y en el film Brando aparece con uno muy ralo, tal vez para no cubrir sus rasgos de galán.<br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5259305772843814402" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgemc1qiDGzgryLN96mSW3ahYS0TJBzrUcDcf-SR7Z29UHk-AKCv4M3u1A8y4ZcVQRXO6Pw0XGsDs7lp9eCCv361ZUwxU1Pb2s_0UXNP7Mgz_YuOeadPvDL9qrQ_B7v4PDZ3_W4qBE2Lil3/s400/Escanear0002.jpg" border="0" /><br />b) Hay un Madero (Harold Gordon) caricaturesco. Cierto que el propio Adolfo Gilly en su estudio de la <em>Revolución interrumpida</em>, observa a Francisco Indalecio victimado por su carácter blandengue, impropio para la gesta que acababa de enarbolar. Sin embargo, Kazan no le otorga ninguna virtud, cuando se reconoce de Madero su valiosa concertación para intentar no prolongar la escisión del país.<br /><br />c) Brando a lo <em>Cantinflas</em>. Esta escena es de risa loca: aquí tenemos a un Zapata pretendiendo a doña Josefa (Jean Peteres) como los gringos suponen que hablan los mexicanos, como merolicos, soltando refranes a la menor provocación.<br /><br />El afán monopólico de la industria hollywoodense los ha llevado a producir indiscriminadamente películas estrafalarias dirigidas al mercado latino, hechas, según los gringos, al modo del latinoamericano, usando para ello estereotipos vulgares y clichés humillantes, sin interesarse realmente por nuestras culturas. Al estadounidense, por lo que vemos, eso del respeto al prójimo es un asunto de meros centavos y fundamentalismos tan oscuros como los que ellos critican en el medio oriente: los que no sean igual a ellos son enemigos. </span><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5259306120507802626" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiP864S1ZuOLaWRm0w2cCWo7u02Y111E6wGheZTJqShVMisLFVxAcsqUwUO2MFjCyuhYEuejXiqRiugQ7Gm4nkA6OikF8XSHMqun4M5Asv3o9ppUgLzfrLONEWLmzKehu_X0gRvSDZYv4tj/s400/Los+tres+caballeros+(M%C3%A9xico).jpg" border="0" /></span><br /><p><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5259306286995061826" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0Am66Y1dYOSnqNloCy2aTt14qh45snVfzxmllh_cqAZ-DfSnEiBgTMcxggp7mdisa2G-2SbuPfXncdMRXI6jG7Z1VuUyIjP9MjoSIZG9FCjNsHVXwlN_93RDGJBJoTY27fZ_zRaAlAc_Q/s400/Viva+Zapata.jpg" border="0" /></p><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5259306424597328722" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg85PUKUvuTdlFFil5WbO7-JxKP3OlyUS1yxeZOxjoKsSFWiDEfeRz0B4Iiks_4Gy9-YIzgjwmraMOYBEYc-u_6hheFG7PF10B6idQ-GoXbxhjCdBJ2gcLSry5usUqAj8SJIIY6pX4RqWlN/s400/Born+in+east+LA.jpg" border="0" /><br /></span><a title="" style="mso-endnote-id: edn1" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref1" name="_edn1">[1]</a> Jordán, René. <em>Marlon Brando, historia ilustrada del cine</em>, Editorial Iesa, 1977, Esp., 148 págs., p.39.<br /><br /></span></span>Ruy Alfonso Francohttp://www.blogger.com/profile/17553394675943902907noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-3611988409075622243.post-20784301706454555892008-10-13T15:47:00.000-07:002008-10-15T10:10:41.176-07:00Narcocine<div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:180%;color:#990000;"><strong>Bestia soy</strong></span></div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><div align="right"><br /><em><strong>Ruy Alfonso Franco</strong></em></div><br />¿Qué fue primero? ¿La bestia o el cine?<br /><br />Llámelo usted curiosidad o destino, pero la primera película de ficción hecha en México se llamó <em>Un duelo a pistola en el bosque de Chapultepec</em> (1896), de los franceses Bernard y Veyre, basada en un hecho real sobre dos diputados que se batieron en el bosque de Chapultepec. Edison había filmado un corto dos años atrás en Estados Unidos, <em>Pedro Esquirel and Dionecio Gonzales, mexican duel</em> (1894), presentando “quizás a los primeros mexicanos mostrados en película: dos hombres que se enfrentaban en un duelo a cuchilladas. Esta imagen del mexicano violento fue, desde entonces, el estereotipo impuesto por el cine norteamericano al referirse a México”</span><a title="" style="mso-endnote-id: edn1" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn1" name="_ednref1"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#990000;">[1]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">.</span><br /></span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5256777237601944946" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcyUn2dZt7ZT_GWmODLBp92vMJgPPaPKhsvhrZ_Aq9nvvU8cj2Nn9Sj09q9nS2wQxspf91odxY9PuFarnNYNSbZKMEfOmHnccLvzLivbJ81DasjYPXuLfGaCBb2qs_1lhJlFf-VNNidvF3/s400/Desperado..jpg" border="0" /><br />Y adivine, el primer gran éxito del cine mexicano —mudo— fue <em>El automóvil gris </em>(1919), filmado por Enrique Rosas en 12 episodios, también basados en la realidad pues “cuenta las aventuras de una famosa banda de ladrones de joyas que se hizo célebre en la ciudad de México hacia 1915”</span><a title="" style="mso-endnote-id: edn2" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn2" name="_ednref2"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#990000;">[2]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">. La serie se hizo popular porque, entre otras cosas, exhibía el fusilamiento real de los bandidos.</span><br /></span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><br />Hace cerca de 20 años escribí en <em>El Sol del Pacífico</em> (hoy <em>El Sol de Mazatlán</em>) sobre la narcocultura en estos términos: “El sinaloense tiene fama da bronco y tal vez lo sea cuando no hay un arraigo cultural rico en expresiones. (…) En el cine la cosa es muy clara: los gustos de la mayoría de los porteños por el cine violento y vulgar, en especial por los churros sobre narcos, son tan acendrados como su espíritu carnavalero. O si no, ahí están los corridos, que ya no hablan de amores funestos, sino de las agallas de muchos <em>Lambertos Quinteros</em>. En los cines y en los videoclubes locales la demanda de filmes sobre narcos es tan portentosa como su afición por la cerveza <em>Pacífico</em>. En nuestro Estado no es de extrañar que el narcotráfico haya procreado una subcultura <em>sui géneris</em>, caracterizada por la prepotencia y los excesos de quienes están envueltos en este oficio. Las ­relucientes camionetas del año, las joyas en puños y pescuezos, las botas y ese aire de vaqueros mal encachados, es prototipo de ­una moda que se agudiza en las cantinas, en las rancherías y, natu­ralmente, en nuestro jacarandoso Carnaval. Claro está, la banda y ­el acordeón son el acompañamiento insustituible para las andanzas del narco o sus imitadores”.<br /><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5256777514418329810" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgshgBobcenQUEVh0Vyubtj1j0aH0b91gome69RSwzSa40GS4zlrx1aQ-IYv9n7TM4acKiZQCnc5fAIlMTKAiNaY5skIFPJbBMsRKo4hfF4v-e6lRIZOZIL3M4b9Y6AUgZty_rvNzL98ghK/s400/Jefes+de+jefes.bmp" border="0" /><br />Casi veinte años después es desalentador comprobar que lo que preocupaba a muchos entonces, es hoy una triste realidad: el narcotráfico, su cultura y la expansión de las actividades delictivas que abarcan la piratería, la extorsión, secuestros y asaltos, está enquistado en nuestra sociedad y pareciera que no hay nadie que pueda detener esta descomposición social, ni siquiera las autoridades responsables, pues es un hecho que la corrupción en éstas y en las fuerzas de seguridad —que han terminado pasándose al narcotráfico—, hace casi imposible la contención del caos imperante.<br /><br />Pero lo más evidente y demoledor es que la sociedad misma ha terminado por aceptar el modo de vida de los narcotraficantes, gracias principalmente al cine y la música imperante que los ensalza e idealiza, generando una conducta cínica y la ausencia total de respeto a las formas institucionales, así como el empobrecimiento de los valores otrora tradicionales (educación, honradez, civismo, etc.). Y es que si hemos de señalar co responsables en el crecimiento del narcotráfico, habrá que decir que han sido los medios de comunicación los que han contribuido decididamente a su engrandecimiento, pues indirectamente provocaron la narcocultura al permitir que se escuchara en la radio y exhibiera en el cine y televisión, sin muchas restricciones, los narcocorridos y tramas recogidas de narcos afamados que los mitificaba más que cuestionarlos.<br /><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5256777887221139810" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjukIZMpQUa8_WGz1RP4iIRSCre-8I5JgKN-BrGvApDR6tEJzcQrkBA612ocT1GjOPihmhhW8cJssaTuMO62HWJgeq79HoPfRIUHnhyIByWn9XUD6pcrMKUhvp8h6pORaWO6I-4P7FX7Sx1/s400/Sistema+narco.jpg" border="0" /><br />El atractivo de la violencia en el cine para un espectador cautivo, por ejemplo, tiene que ver con su medio social, con su cultura regional como pieza del sueño insatisfecho, cubierto en parte por las hazañas del héroe en pantalla (no en balde el blasón del cine: “fábrica de sueños”). La forma más obvia y simple de atracción hacia el film violento es, sin duda, el sentimiento de emoción por las trepidantes aventuras de los buenos contra los malos. Lo que significa que a mayor porción de violencia (muerte, destrucción, sangre, dolor, sadismo y masoquismo), mayor satisfacción ante la sensación de poder que se supone genera el control sobre los demás a través de la intimidación y dominio absoluto que las armas, en este caso, pueden otorgar.<br /><br />Casi todo espectador espera que la cinta por ver sea emocionante y con mucha acción como sinónimo de diversión garantizada, cosa que también aprovechan los productores de estas películas que las convierten en más que una moda, en una forma da expresión y una válvula de escape a esas necesidades primitivas, siempre ocultas del individuo; lo que casi convierte, irónicamente, a estos comerciantes mercenarios en psicólogos por intuición, más por interés que por ­afán terapéutico. Los excesos en el cine marchan junto a la sociedad en un obvio reflejo ­del tiempo y sus necesidades, las películas de terror son un ejemplo perfecto: son muy efectivas cuando el mundo pasa por conflictos armados, desastres financieros o calamidades naturales, porque la gente prefiere mil veces el terror fantástico a su cruda realidad.<br /><br />Si a esto agregamos la ambigüedad hoy existente —en la era de la información, con menos gente aparentemente inocente— de quiénes son los buenos y quiénes los malos, podríamos atestiguar con estupor cómo los públicos identificados con los narcotraficantes (por su regionalismo, su cultura y hasta sus fines y motivos) califican como hazañas sus fechorías. Así que tenemos en la violencia, por un lado, la bestia oculta ­en nosotros, morbosa y sedienta de sangre, alimentada, por otra parte y necesariamente, por las circunstancias del momento, tan espléndidamente utilizados en el cine. El morbo vende muy bien.<br /><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5256778277499513650" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXljAoR2WoYuVZusJTLfPWaepAyOeaIgt9UJvw_2BEhl5IRy133lWrziJjn57NsSlpK2YsEBFRqUgBSV8-MWEU7lUibV-ETkv969Pbg-VRlIzoprvulKLqYwic5uyI-I5q8bn5s8KD6Z_B/s400/El+hombre+de+las+pistolas+de+oro.jpg" border="0" /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5256778450538914018" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnJNh4GZKZKEkMk8GkFH9NLoEZDY37OpwI_zXq08FdnEw1UNeYF67eVFWLdf_vGAR3CoaCgeyQE-vEIhHO5bSS32LgMOlgV9vU6esKJxL0IiLXeExkQTEp9NkZarerhYMAD4_OEmNuUXLq/s400/Santo+contra+Cerebro+del+mal.jpg" border="0" /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5256778692790599746" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkTuGpYIueUlCWa2M-vbmhVd0EmF5BHrgtLmRQJumjzSdBYXSVSLc37W-oWOj_sNhlntpObyV2SCv-qPk_o7cHhEEQiB82x0tTJloy4ZZ41hV3xZ9REBrUjRNu56bBpkxH3faAIB05QopL/s400/Soldados+de+juguete.jpg" border="0" /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5256778902266259506" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXQy173bnR9KRySOM4uC_minm57ic_eo6_8P5kw_nlFBIUQu8dpwxyKvmKelkPK1AqVKbf-clf8rudzCqGZZJ-9BVh9auC3gudY4YareEn67MHl7tm0uD-zzh1x5OH-Lqoe0NEDwDmoNv-/s400/Small+soldiers.jpg" border="0" /><br />Y mire lo que son las cosas, en 1989 Enrique Serna publicó un artículo en <em>unomásuno</em>, ironizando sobre un cineasta colombiano que fue detenido por la policía en México por el contrabando qua éste realizaba en latas de películas hacia Estados Unidos. Lo curiosos del caso es que el realizador se dedicaba a hacer películas de narcos, en una probable simbiosis oficiosa en la que entraban, obviamente, sus intereses pero también cierta satisfacción obscena al poderse expresar “artísticamente”.<br /><br />A estas alturas a la mejor dicha anécdota no tiene nada de curiosa si comprobamos que una buena parte del público —sobre todo joven— comulga con las cintas violentas de este boyante subgénero del cine de narcos, ya tan extendido en México, tanto, que cantantes y músicos de los llamados “banderos” han muerto por presuntos vínculos con la mafia. Si bien en un inicio Sinaloa como Sonara fueron ejemplos únicos de tal fenómeno en los 70, la verdad es que ahora gran parta de los mexicanos ven en el trá­fico de drogas una actividad riesgosa, sí, pero bastante remunera­da, la fórmula mágica para salir de pobres de una vez por todas; y a los narcos como modernos centauros. Sus corridos son odas al machismo de sus metralletas y sus cruentos enfrentamientos o ajusticiamientos verdaderas gestas dignas de rememorarse, según el sentir popular… El punto es que esta productiva actividad en el país ha creado costumbres, creencias y mitos en torno, impuesto obviamente por el poderío que alcanzan las inauditas riquezas que resultan del tráfico de drogas y, claro, por su truculencia inherente que a más de alguno fascina y subyuga.<br /><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5256779170822247618" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqL2YwOTD3Rj1FDibp1L7g2fU_ArEa45rXO4lQQpb-CyIpL7OqTpCDSfRwNoZ4xD7sklydxhgqmvoutrtEUW2qHOeVAkGROvIuDgodEoAvxESGNJd2Vdib82OTCR_QAe8Q0pKaJ1HuirTe/s400/Reino+de+narcos..bmp" border="0" /><br />¿Habremos da hacerle caso a esa bestia que al parecer todos llevamos dentro?<br /><br /></span><a title="" style="mso-endnote-id: edn1" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref1" name="_edn1">[1]</a> <em>Inicios del cine de ficción en México</em>, http://cinemexicano.mty.itesm.mx/ficcion.html<br /><a title="" style="mso-endnote-id: edn2" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref2" name="_edn2">[2]</a> Ídem.<br /></span>Ruy Alfonso Francohttp://www.blogger.com/profile/17553394675943902907noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-3611988409075622243.post-8022382341498587952008-09-29T09:49:00.000-07:002008-09-29T10:28:26.022-07:00La crítica cinematográfica<div align="center"><span style="color:#990000;"><span style="font-family:verdana;font-size:180%;"><strong>Felices juicios</strong></span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"> </span></span></div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"><div align="right"><br /><span style="color:#990000;"><em>Ruy Alfonso Franco</em> </span></div><br /><span style="color:#990000;">Ahora que mi hijo mayor incursiona en la crítica cinematográfica en la radio y que el puerto bulle de algún modo de pasión por la realización cinematográfica, que se hacen muestras y concursos de cine independiente y amateur, y que son los jóvenes quienes pugnan por un mejor cine en Mazatlán participando en cursos y cine clubes, sería oportuno observar lo que implica la cinefilia cuando se exige del amante del cine algo más que asistencia devota; lo que significa el ejercicio de la crítica cinematográfica. </span><br /><br /><span style="color:#990000;">Es decir, no basta con referir que “a mí gusta mucho el cine” y por eso ya estamos capacitados para criticar —o hacer cine—. </span><br /><span style="color:#990000;"></span><br /><span style="color:#990000;"></span></span><br /></span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5251491521711629442" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijUFxpjaLE5aZ_dyeVpkwJdOPOPHZMdh_xy-JlKnWRGN1gcWdbpwgT0zxcNPtcBCbW6sJZuThAkSDlb5d6WXIyHdi4EESKalGBJKXXVPb8PPhLL-YuQdNBpo1MfdgomWxOUrItdsAGKOaA/s400/hunters.gif" border="0" /><br />La crítica cinematográfica tiene mucho de subjeti­vo por aquello de la apreciación personal, lo cual es totalmente cierto, téc­nicamente hablando. Sin embargo, la subjetividad no radica únicamente en los enfoques, sino también en la forma con que se aborda el objeto anali­zado en un ejercicio periodístico que, se supone, debe ser especializado. Pero no siempre es así. </span><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"><br /><span style="color:#990000;">Este problema, como la oferta insuficiente de buen cine en provincia, el escaso o nulo conocimiento sobre la materia de muchos cinéfilos, fanáticos más bien del cine comercial, y la cerrazón pública al cine de arte o no convencional, son en parte algunas de las batallas que hay que salvar quienes asu­men por amor y pasión la tarea de difundir la cultura cinematográfica. Pero es la formación del crítico la que más debe preocupamos, porque de la calidad de su trabajo dependerá el éxito que sobre la opinión pública tenga, como sus consecuentes beneficios al atraer hacia el mejor cine un mayor número de adeptos. </span><br /><span style="color:#990000;"></span><br /><span style="color:#990000;"></span><br /><span style="color:#990000;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5251491406778975842" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2YHW-zl7mO6A5Gbbzxx8K4JP-8WUlfS-hBWA4SE29Etx8q5ToSCzPjCIy0vncgDzW4iq1sfCHc3pQLbbYoSETFSvDnF1h2jvnFeRqIDGm5pnDdnLdgdPXEcy-m8wRsAUN3GnJHFUjxLV6/s400/flowerchucker.gif" border="0" /><br />En el análisis fílmico que refleja “las premisas básicas de la crítica litera­ria”, encuentra, dice Bernard F. Dick, “que la crítica de un medio requiere el conocimiento de lo que puede y no puede hacer ese medio, y que este conocimiento se obtiene aprendiendo la teoría detrás del medio”</span></span><a title="" style="mso-endnote-id: edn1" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn1" name="_ednref1"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#990000;">[1]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">. No basta, pareciera decir, ser un fanático del cine, porque no se trata de escribir cuánto nos gustó o no cierta película, sino de cumplir una función social al informar, orientar, instruir, incluso divertir, como bien señalan los manua­les de periodismo. </span><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"><br /><span style="color:#990000;">“Crítica también puede equivaler a revelación. Esto sucede si se aportan principios fundamentales que no existen en el medio en el que surge; si llegan a descubrir, para el creador y para el público, una parte de la verdad artística o social que se halla oculta, o bien si con claridad y precisión se logra hacer un balance de las aportaciones del objeto criticado y las sitúa, aclarando su importancia, dentro de la corriente general e histórica del de­venir estético” </span></span><a title="" style="mso-endnote-id: edn2" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn2" name="_ednref2"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#990000;">[2]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">, señala conciso Alberto Dallal. </span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"><br /></span></span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"><br /><span style="color:#990000;">Con estas mínimas precisiones, debe darse al escrutinio el trabajo que muchos críticos terminan por hacer, elucubrando probablemente inútiles banalidades, presunciones eruditas para impresionar —al ego— o, en el mejor de los casos, creyendo que si entienden a Ingmar Bergman, Wim Wenders o a Akira Kurosawa, igual dominarán la metafísica, la pintura, la li­teratura y todas las demás artes que cretinamente creen ilustrar. </span><br /><br /><span style="color:#990000;">Cierto “que la crítica periodística importante requiere que sus creadores posean una visión cultural amplia y una actitud analítica abierta a la com­prensión” </span></span><a title="" style="mso-endnote-id: edn3" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn3" name="_ednref3"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#990000;">[3]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">, sugiere Dallal. Pero eso no los hace <em>todólogos</em>. “Especialización o especialidad se refiere concretamente a la parte de una ciencia o arte a que se dedica una persona; cosa que alguien conoce o hace particularmente bien”, enuncia el <em>Diccionario Larousse usual</em>. </span><br /></span><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span><br /><span style="color:#990000;"></span><span style="font-family:verdana;"><br /></span><span style="font-family:verdana;"></span><span style="font-size:130%;color:#990000;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5251491794750928162" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRcCKTxMRha_U9MwvXviBfbw2HTVEoT1UCN0ouBPO-kjyrAKZMwvwFdg8dkHpj2XSWBchVYPBPjppaPnPTZrdSyEtYbF_rqPlcDu4Y-BHkwdlPsBUORnuv3hgEg3vQsJQGpF7zoK_acr-L/s400/feeling5.jpg" border="0" /><br /><span style="font-family:verdana;">Y es que tal vez el hecho de propinar un juicio duro o halagador sobre la obra y su creador haga sentir un poco dioses a los críticos necios, porque construyen y destru­yen a placer; lo que les hace olvidar sus evidentes limitaciones. Nery Córdoba en <em>El ensayo, centauro de los géneros</em>, llama a la refle­xión sobre dicho estilo y la superficialidad de muchos periodistas, colum­nistas de pluma casquivana improvisando juicios en donde “se juzga, se absuelve o se condena. Las dudas ya no dialogan con las certezas; los pre­tendidos ensayos son más bien reestrenos de afirmaciones, opiniones que pasan como verdades incuestionables...”</span></span><a title="" style="mso-endnote-id: edn4" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn4" name="_ednref4"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#990000;">[4]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"> En ese sentido los críticos suelen caer en la complacencia, ni duda cabe. Las necesidades del medio y sus tareas habituales los obligan a escribir de prisa, abusando de la memoria, confiados en sus habilidades. De modo que se investiga po­co y se <em>reinventa</em> mucho. </span><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"><br /><span style="color:#990000;">Y por supuesto, ni hablar de los fanáticos que sólo leen revistas comerciales de cine sin leer literatura seria y ven exclusivamente cine gringo. </span><br /><br /><span style="color:#990000;">Las deficiencias del crítico cinematográfico (profesional o no) saltan a la vista cuando su crítica es una anécdota mí­nima o es su ensayo tan erudito que se aleja de los mortales. Lo peor del asunto es que no hay una fórmula mágica para hacer al crítico bri­llante y oportuno, grato y confiable. Sólo, si acaso, aquella recomenda­ción del viejo bibliotecario que no únicamente cuidaba los libros, también los leía y rezumaba una humildad avasalladora; el escritor debe prestar atención a cuatro cosas: tener algo que decir, contarlo, saber hacerlo y quedarse callado después. </span><br /><br /><span style="color:#990000;">Así pues, queridos jóvenes cinéfilos, aparte de aprender siempre un poco más del cine, de su lenguaje, técnicas y estética, también es conveniente ser prudente frente a la opinión de otro que destroza o alaba en exceso una película, así como objetivo frente a la calificación o descalificación de un film nomás porque no tiene mucha acción o es el estreno esperado del verano... Por eso habrá que buscar con paciencia más información y escuchar o leer otras opiniones, siempre abiertos hasta en­sanchar los criterios, el gusto y nuestra no siempre bien ponderada, sensa­ta, decisión. </span><br /><span style="color:#990000;"></span><br /><span style="color:#990000;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5251491625430959346" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNWVwjip2xa08FYyQ139UJttWBd0SmkVIXp0NujxRTk1vz7FZcyJox1bcEQIawg9kLHC9AqM3kv7KSv5nSG7zLJDwVViVZ16xt6tGiO9jgsIWpweTh816L428gd2WnlSp3xC88hn5A644_/s400/media.jpg" border="0" /></span> <p align="left"><br /><span style="color:#990000;">Como diría, parafraseándolo, el extinto Bob Ross: Felices juicios. </span></p><p align="left"><br /></span><a title="" style="mso-endnote-id: edn1" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref1" name="_edn1"><span style="color:#990000;">[1]</span></a><span style="color:#990000;"> DICK, BERNARD F., Anatomía del film, p.14l y 142.<br /></span><a title="" style="mso-endnote-id: edn2" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref2" name="_edn2"><span style="color:#990000;">[2]</span></a><span style="color:#990000;"> DALLAL, ALBERTO, Periodismo y literatura, p.16.<br /></span><a title="" style="mso-endnote-id: edn3" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref3" name="_edn3"><span style="color:#990000;">[3]</span></a><span style="color:#990000;"> ídem.<br /></span><a title="" style="mso-endnote-id: edn4" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref4" name="_edn4"><span style="color:#990000;">[4]</span></a><span style="color:#990000;"> CÓRDOBA, NERY, El ensayo, centauro de los géneros, p.12. </span></p><p align="right"><br /><span style="color:#990000;"><em>Viñetas: Bansky</em><br /></span></p>Ruy Alfonso Francohttp://www.blogger.com/profile/17553394675943902907noreply@blogger.com19tag:blogger.com,1999:blog-3611988409075622243.post-46155238279250153272008-09-21T06:52:00.000-07:002008-09-24T05:11:52.525-07:00¡Ya basta!<div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:180%;color:#990000;"><strong>Ira güey, neta</strong></span></div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"><div align="right"></div><div align="left"><br /><span style="color:#990000;"><em><strong>Ruy Alfonso Franco </strong></em></span></div><div align="right"><strong><em><span style="color:#990000;"></span></em></strong></div><div align="right"><strong><em><span style="color:#990000;"></span></em></strong></div><p align="right"><span style="font-size:85%;color:#990000;"><span style="font-family:verdana;"></span></span> </p><p align="right"><span style="font-size:85%;color:#990000;"><span style="font-family:verdana;">“Desde la perspectiva neoliberal, los niños mexicanos ya no necesitaban formación cívica: la globalización había llegado y su destino era ser consumidores más que ciudadanos. No debían cuestionar su condición: los homenajes patrios eran el mejor camino para mantenerlos ordenados, sumisos ('niños eternos separados por la distancia del brazo y por el ‘guarden silencio'), y dispuestos a escuchar discursos políticos sin significado. Estaban obligados a seguir siendo mexicanos sin ser ciudadanos, ni de su país ni del mundo.</span> </span></p><p align="right"></p><div align="right"><span style="font-size:85%;color:#990000;">“Es inútil enseñar historia, dijeron los tecnócratas, y se acabó el conocimiento de las culturas prehispánicas. Hay que fortalecer las competencias básicas —dijeron—, aritmética para ser buenos trabajadores y escribir para firmar pagarés bancarios. Más aún, hay que entrenar a los niños para llenar bolitas en los exámenes porque la globalización económica no necesita poetas ni literatos. La educación cívica tampoco es necesaria —dijeron—, y desaparecieron los libros de civismo, pero se mantuvo la apatía ciudadana con muchos homenajes patrios en los que la bandera era transportada por soldados mientras México se ponía en venta: ferrocarriles, teléfonos, carreteras, líneas aéreas, bancos, educación”. (Educación cívica sin civismo, Hernando Hernández, </span><a href="http://www.elrincondehernando.blogspot.com/"><span style="font-size:85%;color:#990000;">http://www.elrincondehernando.blogspot.com/</span></a><span style="font-size:85%;color:#990000;">)</span></div><p align="left"><br /><span style="color:#990000;">Tanta violencia, la saña con que se cometen los crímenes, la impúdica ostentación del poder de las armas, la prepotencia de asesinos, asaltantes, policías municipales, estatales y federales apabullan a cualquiera. No bastó con la violencia de las películas, series de televisión, canciones, noticieros policiales, ni el pútrido fútbol a toda hora, ni el lenguaje popular agresivo para desahogar frustraciones, propias y ajenas. No. Había que demostrar quién es quién en este país de ciegos, sordos y mudos.</span> </p><p align="left"></p><p align="left"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5248483283728650274" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEium0JJKyPmpst9yK6U-N0sgaj8ljM6ROpTvnBFnCAjU7BRf5eFSellFG1Oc30yw6dJljnbg-UrqSoYz3LDSD0_3NNOZh5JF0fyt8U7map2HTVzCwvLIMfJPzJ8PTOW2hDWoSy2UzL3rEZf/s400/Empleo+seguro..jpg" border="0" /> </p><p align="left"><span style="color:#990000;">Por eso me da risa cuando Felipe Calderón y su corte juran y aseguran que mantienen a raya a los villanos, pero es mentira: todos los días, a lo largo y ancho del país aparecen más ejecutados, secuestros o asaltos. Y como siempre, estos <em>neopolíticosadministradores</em> de Harvard todo lo quieren resolver con más agentes y dinero, mientras la sociedad es la que queda entre el fuego cruzado, con todo y sus marchas blancas ingenuas, veladoras y rezos, y el protagonismo ridículo de algunos idiotas buenos para nada.</span><br /><br /><span style="color:#990000;">Señores, no nos hagamos tarugos, sabemos perfectamente quiénes son los culpables de todo este caos: son los políticos mercenarios, los empresarios monopolistas y las ineptas autoridades corruptas. Un pueblo ignorante les ha facilitado manipular a sus anchas y han buscado afanosamente mantenerlo postrado con un sistema educativo nefasto y elitista, con salarios humillantes y una legislación siempre a favor de los que más tienen. ¿Por qué extrañarnos que la delincuencia sea ahora incontrolable, si sus principales socios se encuentran trabajando en oficinas del gobierno, según se ha denunciado multitud de veces en los medios de comunicación y libros especializados en los últimos 40 años? </span></p><span style="color:#990000;"></span><p align="left"><br /></p><p align="left"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5248483475992343522" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFLo9DWYf4mpRw-HpsImW_MuTlKSrG8V7wz190ZDq2H7EOnjdpUGFTPHyHiCappa1m3F0gh0Kc459_tOjSDZmATonMldzBZ2CyMYy9rG2dkXtD9ckXC-3atmFAr46alFNH-HTr9246jKVu/s400/promesas-del-este-wallpaper-01.jpg" border="0" /><br /><span style="color:#990000;">La corrupción por ellos propiciada —gracias a su infinito valemadrismo— es hoy ley tácita en todo mexicano, que lo aprende desde niño cuando desde su propia casa observa a sus padres corromper o dejarse corromper inevitablemente; en las escuelas porque maestros y autoridades educativas están más preocupados en aparentar eficiencia cuando la enseñanza es mediocre; porque los sindicatos son antes que nada una agencia de colocaciones y una maxipista de tráfico de influencias; porque los políticos buscan afanosos puestos de elección popular para enriquecerse a costillas del erario; porque los gobernantes mienten descarada y sistemáticamente; porque los verdaderos negocios se hacen en lo oscurito y bajo la mesa; porque a nadie parece interesarle, de veras, la educación como única solución para acabar con todo eso, cifras negras a nivel internacional lo evidencian: ocupamos desde hace 40 años los últimos lugares en aprovechamiento educativo.</span><br /><br /><span style="color:#990000;">¿Qué de raro tiene, entonces, que los narcotraficantes hayan impuesto ahora su impronta, si al fin y a cuentas es el único remedio para salir de jodidos miles de mexicanos que viven muriéndose de hambre en pueblos percudidos?; si con la corrupción completan su magra quincena o gasto diario policías mal armados, tránsitos asoleados, inspectores cebados, supervisores mosqueados, jefes de oficina aburridos, secretarias parlanchinas, maestros amargados, obreros desilusionados, empleadas domésticas explotadas por patronas gordas, almacenistas fóbicos, médicos de picaporte, abogados centaveros, reporteros sudorosos, ingenieros atolondrados, contadores grises, mecánicos incrédulos, albañiles abstemios, electricistas con pie de atleta, amas de casa un poco tristes, estudiantes aterrados por pasar y otros tantos que no vinieron hoy.</span><br /><br /><span style="color:#990000;">¿Qué nos sorprende que se haya ido perdiendo gradualmente el respeto que otrora se tenía a las autoridades, si fueron éstas las primeras que le perdieron el respeto a todos?; si vamos al IMSS una enfermera, médico o afanador cualquiera nos tutea sin medir segundas o terceras edades; si un alumno soberbio se pone al brinco con el maestro; si cinco tipos con cachucha arriba de una camioneta con torreta, placas de policía y armados provocativamente inspiran más miedo que confianza; si el funcionario de cuarta pone trabas a todo esperando que le llegues al precio; si para encontrar trabajo en verdad no importa tanto la preparación, sino a quien conozcas dentro para acomodarte gracias a las palancas de amigos o parientes; si estudiar mucho no impresiona a nadie, pero si metes goles o noqueas recio te ponen altares; si ser honrado es sinónimo de pendejo y "no avanza el que no tranza".</span> </p><p align="left"><br /></p><p align="left"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5248483650585754610" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYS5_qJmhFV-_4dvCqNynnelOrJZbVYONGxLtkz-1OspPkIgSEilgNcaqm2y2w1PtLtA9qIhRZdH4HYy8XKWcGJBYFQZnbQcN5c1mP-2xrhiiXOF_QP_B58XDVRXQidIKBpvRCDHikI1Ot/s400/Pa%C3%ADs+petrolero..jpg" border="0" /><br /><span style="color:#990000;">¿Qué nos asombra que ocupemos últimos lugares en aprendizaje, si los propios profesores son tan ignorantes como sus alumnos?; si gracias al papá maestro el hijo pudo acomodarse dando clases sin estar del todo preparado; si estudiar la universidad es un lujo; si el máximo de palabras que puede hablar un universitario apenas llega a 300, cuando deberían ser mil; si el mexicano apenas lee medio libro al año; si sólo leen unos 15 millones de mexicanos; si sólo el 2% de los egresados ejerce su carrera; si eres un <em>nerd</em>, un <em>matado</em>, un aburrido si estudias; si en el barrio valen más los madrazos que las palabras; si Cuautémoc Blanco es más conocido que Vicente Leñero; si los patrioteros no saben quién es Josefa Ortiz de Domínguez; si los ridículos le ensartan su banderita al carro sintiéndose patriotas pero mueren por un dólar, dicen <em>ok</em>, adoran <em>MacDonalds</em>, anhelan visitar Disneylandia y su trasero dice <em>made in USA</em>; si los bobalicones de la <em>Academia</em> cantaron cursis el himno nacional cuando jugó la selección contra Canadá. </span><br /><br /><span style="color:#990000;">¿De qué sirven las leyes si éstas protegen a los delincuentes y a gente de dinero?; si agarran a narcos y secuestradores pero al rato los sueltan; si por matar a alguien apenas reciben unos años; si cuentan que en las cárceles hay más inocentes pobres que culpables ricos; si las principales autoridades están coludidas con los facinerosos; si los abogados se aprovechan descaradamente de sus clientes; si los jueces se venden; si el Fobaproa y los afores fueron un artilugio jurídico a favor de los banqueros; si todos los días se cometen actos inconstitucionales: cobros de impuestos indebidos o excesivos, alza criminal de precios a la gasolina y alimentos básicos, retenes, retención de licencias o documentos del carro, intereses sobre intereses.</span> </p><p align="right"><br /></p><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5248483985619891138" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-G9MG5FMC3rPhSvejEOCChFNMnBxgz1eXJrnWWbvZVJpVZkfQ1SWPtpOpIfYU4-3FwOYwjEAOEXI39VFAWcq22iqnraVzpxjB3cI13L6XyL_FrwTPGIT0bj0ObyLRV2lPwa9oeGtviLrF/s400/Reforma+energ%C3%A9tica..jpg" border="0" /> <p align="left"><br /><span style="color:#990000;">¿Qué nos escandaliza que hasta en los deportes olímpicos seamos una vergüenza si el mexicano promedio no tiene disciplina, es flojo y desordenado?; si siempre llegamos tarde a donde sea que vayamos; si nunca cumplimos a tiempo nuestro trabajo o compromisos; si la educación no está entre nuestras prioridades pero sí en demostrar cuán chingón soy, aunque sea de palabra o con hechos ridículos: bautizos, quince años o bodas, por ejemplo, son la gran oportunidad de “echar la casa por la ventana”, nomás <em>pa’</em> que vean vecinos y parientes que sí puedo; andar enjoyado es cosa de estatus, traer ropa acá es primordial, llevar lentes para el sol como signo de distinción es vital, tanto como traer bolsas de <em>Fábricas de Francia</em> para que vean que <strong>yo</strong> sí puedo; si para un estudiante universitario el sinónimo de éxito es “casa, carro y vieja”; si somos los reyes del ya merito, del espérame tantito, mañana te pago, <em>ai’ pa’lotra</em>, <em>pos</em> ni modo, qué se chingue, me vale madres, aquí mis <em>güevos</em>, mis chicharrones, ni madres, <em>pa’</em> qué voto si de todos modos gana el mismo, si Dios quiere, es que Dios así lo quiso. </span><br /><br /><span style="color:#990000;">Para qué nos defendemos, si con un <em>güey</em> en la punta de la lengua, blasón de nuestra ignominia, está todo dicho.</span> </p><p align="right"></span><br /><em>Ilustraciones: Revista El chamuco y los hijos del averno</em></p>Ruy Alfonso Francohttp://www.blogger.com/profile/17553394675943902907noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-3611988409075622243.post-54146003107150209302008-09-14T06:15:00.000-07:002008-09-14T07:34:33.809-07:00¡Ya basta!<div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:180%;color:#990000;"><strong>Narco’s style</strong></span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"> </span></div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"><div align="right"><br /><strong><em><span style="color:#990000;">Ruy Alfonso Franco </span></em></strong></div><div align="right"> </div><span style="color:#990000;"></span><br /><span style="color:#990000;">Todavía recuerdo el techo de la casa de mi tía Adela a donde subíamos a dormir toda la familia. Para mi primo José y yo, que éramos los chiquillos, las noches calurosas del Mazatlán de fines de los 60 simplemente eran de juego. Pero también veía con enorme curiosidad a algunos vecinos dormir en las banquetas o porches de sus casas, entonces nadie temía que los fueran a asaltar, secuestrar o a matar en medio de una repentina balacera, con todo y que estábamos en la Francisco I. Madero, uno de los barrios más pobres del puerto. </span><br /><br /><span style="color:#990000;">Ahora todos vivimos en la zozobra, ricos y pobres, hombres y mujeres, ancianos y niños, porque el estado de violencia que vive México es tal, que ya no cabe aquí ni siquiera la exageración. A diario los narcotraficantes matan gente, culpable o no; los secuestros se han vuelto una industria en jauja; las extorsiones se practican incluso desde las cárceles; y cada vez son más jóvenes los delincuentes, pues van de los 17 a 23 años en promedio, según las páginas policiales. Es tan grave el deterioro social en el país, que nada de raro tiene que muchos conozcan a algún <em>narco</em> en persona, sea por el descaro con que éstos se exhiben o sencillamente por intuición, porque de pronto en la colonia fulanito levantó un caserón de la nada, todos traen unas camionetotas y andan enjoyados hasta las patas. </span><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5245870431074339490" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiA8fcjwtelMBCUx37PID1HdbXOVofpi5bZx1zIrP6rsvxNX6juSkV5qSO-e_LX9J9kzGrSBi69mTq67BdEuhX5TbK4YldEGXlOD-xDu2Ehwhhahgz8mkR3XANPIQxS1H10yIhyphenhypheniPPNAtuN/s400/Violencia..jpg" border="0" /><br /><span style="color:#990000;">Atrás quedó esa época en Mazatlán donde lo más violento eran los <em>mongoles</em> (esas pandillas de inicios de los 70) y la noción del narcotráfico se reducía a Manuel Salcido <em>El Cochiloco</em>, del que pocos conocían su paradero; donde los corridos aún hablaban de hombres bragados en el México rural, que con machetes o pistolas dirimían sus diferencias, casi siempre por amores amargos; donde la música norteña eran tipos con tejana, bajosesto, redoba y acordeón cantando con voces de pito ahogado: </span><br /><br /><span style="color:#990000;"></span><br /><div align="center"><em><span style="color:#990000;">Por mis canciones sabrás </span></em></div><div align="center"><em><span style="color:#990000;">cómo me la ando pasando </span></em></div><div align="center"><em><span style="color:#990000;">rumbo de amores distintos </span></em></div><div align="center"><em><span style="color:#990000;">ando en el mundo probando. </span></em></div><div align="center"><em><span style="color:#990000;">Ya ves mancornadora, </span></em></div><div align="center"><span style="color:#990000;"><em>a qué te supo ese trago</em>; </span></div><br /><span style="color:#990000;"></span><br /><span style="color:#990000;">donde las balaceras eran tan extrañas como casi ignotas las AR15 y Culiacán se llevaba las palmas por bronco, porque por ahí cantaban canciones raras a tipos oscuros <em>Los Tigres del Norte</em> y <em>Chalino</em> Sánchez, pero pos ni en cuenta; donde los jóvenes nos diferenciábamos por ser <em>rockeros</em>, románticos/fresas/<em>poperos</em> o <em>cheros</em>, y qué esperanzas que una muchacha se fijara en alguien con sombrero y guaraches con la camisa de fuera, porque el adolescente promedio quería ser como John Travolta y los de la UAS como el <em>Che</em> Guevara, pero ni por accidente como Rigo Tovar. </span><br /><br /><span style="color:#990000;">Hoy rifan el estilo <em>bandero</em> y el <em>narco’s style</em>, que viene siendo casi lo mismo; las chicas te dicen <em>güey</em> y <em>no hay pedo</em>, aunque las más salvajes agregan <em>vete a la verga</em>. A cambio recuerdo de aquella época <em>Contrabando y traición</em> como algo inusitado en la radio porteña, porque a los plebes nos llamaba la atención que cantaran: <em>iban las llantas del carro</em> / <em>repletas de yerba mala</em>… y lo pegajosa que era la rola de los <em>Tigres</em>. Entonces ésa era la “violencia” que conocíamos. </span><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5245878353990644418" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoGcElZ8mviE5fgLEi3xw-e5GDEmEdpzNURdMuRs6bMcMtGjrFE8tDCTx9d8SDLP9DIbPdxOaFZDxtvHOWZMlGSs7ZNKQaMwN8a5SDFwHnokWBId27CprsLRx3LzCxITrsqJMKyHAgt3-r/s400/1598234640_13b444fc5b.jpg" border="0" /><br /><span style="color:#990000;">El cine mexicano estaba atascado entre medias, tacones dorados y salones rojos en donde lucían Sacha Montenegro, Isela Vega, Jorge Rivero, Andrés García y <em>La Corcholata</em> (Carmen Salinas); los hermanos Almada eran pistoleros de pueblos fronterizos en un viejo oeste muy bizarro, ya en un franco <em>chili western</em> tardío, o chinos —a fuerzas— peleando al estilo <em>kung fu</em>, intentando imitar las cintas hongkonesas tan populares entre la chamacada; y el cine más serio hablaba de tragedias censuradas en <em>Las poquianchis</em>, <em>El castillo de la pureza</em>, <em>Canoa</em> o <em>El apando</em>, donde la violencia emergía de historias reales de nota roja, sí, pero de gente vil que no tenía nada que ver con nosotros, pensábamos al santiguarnos. En la televisión eran impensables las malas palabras y sabíamos del caso extremo de <em>Chucho</em> Salinas, Héctor Lechuga y Manuel <em>Loco</em> Valdés que llegaron a vetarlos en Televisa por burlarse de <em>Bom-Berito</em> Juárez. </span><br /><br /><span style="color:#990000;">La violencia cinematográfica creíble era cosa de Hollywood y sus cintas de mafiosos italianos en Nueva York, demonios abusando de lindas nenas, tiburones asesinos en playas turísticas, terremotos en Los Ángeles, California o espadas láser en guerras galácticas con naves hiperveloces estallando espectacularmente. Cierto, Rod Stwart, Alice Cooper y Ozzy Osborne escandalizaban a las multitudes por sus desplantes en el escenario; cierto, ya habían atrapado a Paul McCarthy, John Lennon y a Osborne por traer drogas, y sabíamos que Jim Morrison, Janis Joplin y Jimmy Hendrix habían muerto por sobredosis. Pero eran los pinches gringos locos. En México los más <em>heavys</em> eran los del <em>Three Soul in my Mind</em>, Javier Bátiz y chance los <em>Dug Dugs</em>, pero pos nosotros los morros ni en cuenta. </span><br /><br /><span style="color:#990000;">Cuesta trabajo asimilar cómo es que caímos en la barbarie en serio, cuando a mediados de los 70 los adolescentes éramos tan ingenuos que aún jugábamos en la calle trompos, valeros, canicas, tacón, cuartas, hombre, hasta los <em>encantados</em> con tal de estar con las muchachas. La mayoría se persignaba al pasar por una iglesia, no decíamos majaderías frente a los adultos, les cedíamos los asientos en el camión a los ancianos y nos poníamos muy guapos si íbamos al cine. Las fiestas eran tardeadas que terminaban a las siete y los adultos empezaban las suyas a las ocho de la noche; las drogas, aunque existían, sabíamos poco o nada de ellas, porque por esos años sólo los más perdidos terminaban fumando mariguana, tragando pastillas o inyectándose heroína, que era de pleno lo peor. La cocaína muchos ni sabíamos que existía. </span><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5245877111783507090" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVUeVA158aUHZ4y0z3MnAQM_X3bOqrGMlMl7o2Dg6EZboXfkTjka00sOE9wFa8FzQ6u7RUNJJUED_1hEB6AZr9ts7KK5lICwS2_fB9ngPVlQFYdCoK9dxWz8AGzUiCMfE5oUpJlyF1p58J/s400/Vuelo+a+granel..jpg" border="0" /><br /><span style="color:#990000;">Había pleitos entre pandillas que empezaban a crecer por una méndiga película que nos llegó a fines de los 70, que hablaba de los cholos chicanos y que junto a <em>Los guerreros</em> (Walter Hill, 1979) causaron revuelo entre los plebes más azotados. Fue que se puso de moda en los barrios jodidos del puerto los <em>Dickies</em>, <em>convers</em> y las franelas a cuadros que portaban chavos con cara de matones, muy acá. El rap no hacía su aparición y los locos escuchaban a todo volumen en las esquinas viejas canciones de <em>Los</em> <em>Creedence</em> y <em>Queens</em>. Cierto, me asaltaron dos veces al pasar las vías del tren cuando regresaba de la preparatoria en la tarde y después que salía de la universidad ya noche; cierto, conocía a los raterillos pues crecimos en la misma colonia, pero ya andaban muy perdidos que ni si quiera reconocían a los vecinos; cierto, seguido se perdían tanques de gas, ropa de los tendederos, grabadoras y hasta comida de las casas; seguido había pleitos, gritos y hasta pedradas de calle a calle, al igual que inundaciones cada que llovía, picaduras de alacranes por vivir entre la tierra y techos de lámina, desnutridos con panzas de bule y borrachos casi todos; el gremio trabajador se componía de meseros, cantineros, músicos y putas en <em>el Siete</em>, y los demás eran albañiles, pescadores, mariguanos o asaltantes, vecinos todos. ¿Pero qué barrio pobre de esta sufrida América Latina no tiene semejante joda? </span><br /><br /><span style="color:#990000;">Y con todo, la violencia cruenta se dilucidaba entre gatilleros, pero jamás contra el pueblo indefenso. </span><br /><br /><span style="color:#990000;">Lo más violento de esa época, recuerdo, era la existencia del PRI en el poder y sus raterías, la impunidad obscena con que se dirigían líderes sindicales, políticos y gobernantes, y la constante amenaza de éstos contra los críticos del sistema, de la que periodistas, intelectuales y artistas sufrían fatídicamente, pues a muchos los encontraron asesinados en canales, barrancos y lagunas. La violencia más común de la que supe de joven a través de la revista <em>Proceso</em>, fue la que recibían a diario campesinos despojados de sus tierras, indígenas humillados y votaciones populares fraudulentas; el abuso contra los más pobres, carestía y derechos civiles violados a manos, siempre, de gobernadores miserables y presidentes pérfidos. </span><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5245879145971035506" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj43_4HhCqUtXwXWZ6iS1HdEpFJa_MXw2AquZL3DagVfBeLtxuZDMYCe2HihA8xrENZWgnSb1HfzWMLchefcdcD_LsYq2Wr8TdqqMo7xx5M_JSw5nXRNuooVNxturWjPDJceX_GkVhOJUxr/s400/Prilandia..jpg" border="0" /><br /><span style="color:#990000;">Y con todo, la violencia cruenta nunca fue tan cínica. </span><br /><br /><span style="color:#990000;">¿Pero ahora? Seguimos soportando aberraciones contra el pueblo, a los políticos estúpidos y ahora a los panistas con doble moral, ignorantes y perversos; a Felipe Calderón inepto y mentiroso, al ejército transgresor, a la policía corrupta, a los narcos y remedos, balazos y pobreza. </span><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5245879520771060194" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhuuDtKuO1HUofhMVghxh4b6dzdUU9SdOHglkVgVEIZFxF2DuSbCUoyYsrWp032Zqogvxtfdt0z5gv6RQsGJ2wZvYkY7-bDlMwyee58-i6ZJsQXUcbKEejtJQ_uwSlLT-WKk-KXrjsfu1Tw/s400/Lucha+perdida..jpg" border="0" /><br /><span style="color:#990000;">Violencia y miseria. <em>Uta</em>, así está cabrón. </span><br /><br /><span style="color:#990000;"></span><br /><div align="right"><span style="color:#990000;"><span style="font-size:85%;"><em>Viñetas: Revista El Chamuco y los hijos del averno</em>.</span></span></div><div align="right"><span style="font-size:85%;color:#990000;"><em>Ilustraciones: RAF</em></span></span></div>Ruy Alfonso Francohttp://www.blogger.com/profile/17553394675943902907noreply@blogger.com18tag:blogger.com,1999:blog-3611988409075622243.post-17852955769079292512008-09-07T08:33:00.000-07:002008-09-07T08:59:33.905-07:00Pintura<div><div><div><div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:180%;color:#990000;"><strong>Los árboles de Víctor </strong></span></div><div align="center"><strong><span style="font-family:Verdana;font-size:180%;color:#990000;"></span></strong> </div><div align="right"> </div><div align="left"><strong><em><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#990000;">Ruy Alfonso Franco </span></em></strong></div><div align="left"><br /> </div><div align="center"><span style="font-family:verdana;color:#990000;">Nunca pensé sino en salir del mal paso </span></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;color:#990000;">y ponerme a vivir como si fuera necesario.<br />Hundido un poco o lo bastanteme </span></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;color:#990000;">dí un par de años para largarme</span></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;color:#990000;">¿Y mientras tanto? </span></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;color:#990000;">El pulso sin descanso. </span></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;color:#990000;">El pulso sin descanso.</span></div><div align="center"><span style="font-family:Verdana;color:#990000;">(<em>Planeta sur</em>, Enrique Búnbury) </span></div><div align="center"> </div><div align="right"><span style="font-family:Verdana;color:#990000;"></span> </div><div align="right"> </div><div align="right"> </div><div align="right"> </div><div align="right"> </div><div align="right"> </div><div align="right"><span style="font-family:Verdana;color:#990000;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5243305090554455730" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHnGUEWpcztKDg2hogz4-Oaag6sfG86BjEO2huQO7wcZeuc1MQ2KFcWalueZ_HQ-RwsPE3QEslVXUQG4Nfl6QJyv46CuIB1I9LlE1PAGRJaMM-QlRGAPKj8hMdSLYdsC50oXKyGsd-o0mR/s400/DSC05929.JPG" border="0" /></span></div><div align="right"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"> </span></div><div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">El recuerdo más remoto que tengo de Víctor es de una tarde cualquiera sentado con audífonos escuchando a <em>Queen</em>, al iniciar la clase en un aula de la Facultad de Ciencias Sociales, de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Luego de uno o dos semestres más bien insulsos, de Víctor no supe más salvo de su enorme seriedad, y otra tarde, un par de años después, se paró inusitadamente con su enorme seriedad a la puerta de mi casa, con unos cuadros debajo del brazo: estaba ahí para invitarme a una exposición de pintura y dibujo en los pasillos de la escuela por no recuerdo qué motivo. </span></div><div><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span> </div><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5243305338559816290" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDtfy1otjJckkPJDv_H-zRTW6nNHQo8lInoJA9ZDa-xXHPGiV_S73k3gzpFih4WJSyjFYj9efVzBN-Bvy7E9sl0yH3SZsXUNZzSpqeSgxdEUt1HZCIWSBNVrjmDMyW8L-q3rTcz3ENVVd6/s400/Exposici%C3%B3n+004.jpg" border="0" /><br /><div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">De entonces a la fecha han pasado unos 12 o 14 años, una película, varios cortos, <em>videoclips</em> y colaboraciones mutuas en tantos proyectos como la inspiración, la afinidad, el capricho y la amistad profunda nos ha permitido. De entonces a la fecha Víctor pasó de ser un alumno de enorme seriedad y muda existencia, a un entrañable amigo de explosiva creatividad, de varias exposiciones colectivas e individuales, de cuadros maltrechos en sus inicios a otros de gran expresividad; de admirar a Víctor por su enorme seriedad, paciencia y fidelidad, a descubrir en él a un apasionado artista con fogoso talento que enciende a quien se acerca. </span></div><br /><div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">De entonces a la fecha vi que su enorme seriedad era una coraza contra los intrusos de su mundo particular y que en éste hay de todo menos el ostracismo con que los demás lo suelen pensar; que tiene un sentido del humor asesino y que sus sentimientos están en constante ebullición, que cuando se queda mirando a la nada sin hablar ni parpadear, no es que esté redimensionando su personal filosofía, sino que se apaga sencillamente antes que perder el tiempo en naderías. De esos instantes, tal vez, luego surgen cuadros de apabullante introspección, de colores que estallan y pasman, de líneas geométricas que adivinan carreteras arteriales del corazón, de guiños, de ojos grandotes, de trazos rudos y pincelazos discretos que arrebujan el alma. </span></div><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5243305465092290994" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjttU8waWQp8b9tAUQlIXNsbtzR4W9U9Ok0JEd7RdVoaHy6rfCZtiOLgfOuFeCdrYD5WMS4CYYc_g673eyMU50b73e5DPce-a-YPPgbH15GBdLKIeVC8m_bHMTGsG-BpadqQEx3SEfDZW9w/s400/DSC05918.JPG" border="0" /><br /><div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">De entonces a la fecha me consta que Víctor Higadera es un artista que ilumina con sus cuadros delirantes; que Víctor Higadera crece como un árbol fuerte de frondosas ramas e idílicas raíces que salen de sus entrañas; que llena de orgullo trabajar a su lado, de encontrarlo en el camino, de saberlo roble, de verlo raíz, de cubrirse con su ramaje fraterno. De entonces a la fecha Víctor Higadera está hoy aquí con sus árboles amigos, a festejar la naturaleza de la existencia, de los profundos vericuetos de sus heridas y alegrías, las de todos que ven en sus cuadros rotundas huellas, con queso y añejo. </span></div><div><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span> </div><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5243305815689522770" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJGKkD5oPkQevWr1Ph2WO3K-1BGt0Q2wFeGHr5QRvc9-0AEKmMvvhW4Vlwt6VJQtf8q-bLlQipQwBV6TppdHYJPQneR5ic6GNvztdk11aiiRzjTjbxcKwiLVAqoCUERzjki7zv5izXtuiD/s400/DSC05960.JPG" border="0" /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5243306010765670274" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEij6B5rMg1k3VN7NUmedX7YNxH-zsGpBiX0rzDddwvuJ5JShmivMo445LyzrEM_CmwA9dj6oVjrAUmO9WuQ2AUXn0tgGYXARi6qY_eNpyX2zrfwnJE-vOMexTJ6XUpgkMahdYrUv1LuFfrI/s400/Exposici%C3%B3n+001.jpg" border="0" /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5243306298878427442" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLMxfWpKH3qFTAphQYzvaX1-W4bxZ3418b21AVW7nPWgg1wBbJHU5J_r8OU-aQAe2Xsf8J_NBUlGsURgFgDlsfNBwoCEP9vGMTlPv2b-Rv2-Z-0PxNsb2mcUlM78h6uaTOOZfprs31JVC8/s400/Exposici%C3%B3n+013.jpg" border="0" /></div><div> </div><div align="right"><em>Pinturas: Víctor Higadera</em></div><div align="right"><em>Fotografías: RAF<br /></div></em><div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span></div></div></div></div>Ruy Alfonso Francohttp://www.blogger.com/profile/17553394675943902907noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-3611988409075622243.post-27027577728495809292008-09-02T15:29:00.000-07:002008-09-03T05:11:29.824-07:00Cine y cultura<div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:180%;color:#990000;"><strong>Cine: aprendizaje para la libertad (II)</strong></span></div><div align="right"><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><em><strong>Ruy Alfonso Franco</strong></em></span></div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"></span><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">Cuando el sistema social mundial se moderniza, dice Ianni</span><a title="" style="mso-endnote-id: edn1" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn1" name="_ednref1"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#000099;">[i]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">, el mundo empieza a parecer una aldea global. Y el signo por excelencia de la modernización parece ser la comunicación. La aldea global es una expresión de la globalización de las ideas, patrones y valores socioculturales mundiales, universo de signos y símbolos, lenguajes y significados que debemos comprender. El que no lo haga está perdido y a merced de quien los domine, porque está claro que los medios de comunicación están gobernados por imposiciones políticas, culturales, religiosas y económicas. Son empresas, corporaciones y conglomerados que compiten en los mercados por clientes y audiencias. Incluso McLuhan compara a “la tecnología como una extensión del cuerpo —cita Ianni— (en donde) la red de comunicación es una extensión del sistema nervioso (y la televisión) nuestros ojos, el teléfono nuestra boca y oídos. Nuestros cerebros son los de un sistema nervioso que se extiende por todo el mundo”</span><a title="" style="mso-endnote-id: edn2" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn2" name="_ednref2"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#000099;">[ii]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">. En otras palabras y a decir de Parsons, la sociedad es un sistema de interdependencias compuesto por un conjunto de patrones estructurales que incluye controles para la acción social. </span><br /><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span><br /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5241562856956229122" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWxDbGhGcfT2MhkeWzERjZnLigNlZQrZChduoLh-TPy1I5sYR1O7ydqzWaXrRKnbuK0xlkDY7vXBTaZE1Zi9xoknMl6bN3d1lP28go5NMLrUJPg1wjuqg7taLu4TWICCf_8UUvNk2rKAQQ/s400/Foxilandia+renacido.jpg" border="0" /><br />Estos elementos incluyen las relaciones, los procesos y las estructuras de dominación política y de apropiación económica que se desarrolla más allá de toda frontera, desterritorializando cosas, gente e ideas, realidades e imaginarios. Y en la base de la aldea global está la información y las técnicas electrónicas que componen la vasta y laberíntica máquina universal que opera multitud de mensajes y está presente en todos los lugares como un sistema de signos y símbolos. Simultáneamente, este sistema se transfigura en un texto complejo, un hipertexto, un conjunto de nudos ligados por conexiones (nudos que pueden ser palabras, imágenes) manejados por un grupo de especialistas que a su vez promueven políticas. El político, sin embargo, mantiene la preeminencia en la definición de los objetivos de la <em>acción</em> y por lo tanto, domina la conceptualización de los <em>fines</em>. He aquí la gravedad del caso: una tecnología global en manos de un grupo dominante. Al lado del líder y del partido o encima de ellos, se colocan los <em>medios</em>, emblema de un intelectual colectivo de amplias proporciones difundido por el mundo y que influye en mentes y corazones, explica Ianni.<br /><br />Contra esto, es preciso dar a la educación dos metas importantes: por un lado, la formación de la razón y la capacidad de acción racional, sostiene Touraine apoyándose en Weber; por el otro, el desarrollo de la creatividad personal y el reconocimiento del otro como sujeto. El primer objetivo es el conocimiento y el segundo es el aprendizaje de la libertad, si cada uno de nosotros se construye como sujeto y nos damos leyes, instituciones y formas de organización social cuya meta principal sea proteger nuestra demanda de vivir, precisamente, como sujetos de nuestra propia existencia. Sin tutelas ideológicas de instituciones como el Estado y mucho menos de los medios de comunicación. </span><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5241562616614690194" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhxKVVHQceK6VklC4UFlqo5IkTYPeR2WvSccDVZ79EyJJb1h-dEyY20vDmGrGoPfj6WoRNfk105uXosHuqAH8xLX2bs7sXqhni00qp0xWyp_5OhbMAVOwsnk-cVWl_rzoo5DBGkC5tO3HX/s400/Evoluci%C3%B3n+suspendida.jpg" border="0" /><br />De ahí la vital importancia de comprender la forma y el fondo de los <em>medios</em>, en este caso del cine. Y la historia, apreciación y realización cinematográfica serán no sólo necesarias, sino estratégicas para comprender el alcance y difusión del mensaje. Porque al final estamos todos recibiendo una cantidad impresionante de imágenes, que no es sinónimo de calidad; y aunque veamos hoy más cine vía televisión, “esta proliferación de la imagen, considerada como un instrumento de información, (más bien) acentúa la tendencia del hombre moderno a la pasividad”</span><a title="" style="mso-endnote-id: edn3" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn3" name="_ednref3"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#000099;">[iii]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"> <span style="color:#990000;">si mantenemos una actitud indolente. La extensa oferta de películas en salas, videos y en más de cien canales de televisión, contribuye a la cinefilia de los públicos sin duda. ¿Pero hasta qué grado el incremento de opciones en cintas violentas, vulgares y pornográficas contribuyen al desarrollo cultural del individuo? La declaración del extinto jerarca de Televisa, Emilio Azcárraga Milmo, nos da luz al respecto cuando advirtió que su programación estaba “diseñada para los jodidos”</span></span><a title="" style="mso-endnote-id: edn4" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn4" name="_ednref4"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#000099;">[iv]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">. Es decir, el consumo en tales circunstancias simplemente resulta deplorable, pues el individuo queda copado entre su propia decisión y la estrechez intelectual del <em>hombre-masa</em> que decide los <em>fines</em> de los <em>medios</em>. </span><br /></span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><br />Porque de algún modo, explica Weber</span><a title="" style="mso-endnote-id: edn5" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn5" name="_ednref5"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#000099;">[v]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">, la función del individuo no es mecánica después de todo, ya que éste tiene voluntad para transformar a la sociedad con su acción social. Por eso Weber se pregunta por qué los individuos obedecen, a qué o a quién; y sugiere que para entender sus razones, primero habría que estudiar sus actos ambiguamente relacionados, puesto que en cada una de esas acciones se aplica un sentido unido a las causalidades. Esto nos sirve tanto para entender la conducta de la sociedad, como comprender lo más racionalmente posible el fondo de una película con Brad Pitt. </span><br /><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span><br /><br /></span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5241563527254345730" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYRS9cECnlO6Zb38tVrS4baLiDtMZvolGCSPqyXciTDuqEn6lAqFdgG4T6xeAGP9qjbL9SXj8we_Ae74seOXVbkVGYKCch7PAiZ_Qd8giRbNI2ixZKHfE9mV8IiiIHnH6nZMjL8xZM1PBC/s400/Viva+Sinaloa!.jpg" border="0" /><br />Más irónico Ortega y Gasset expresa su teoría sobre la conducta y voluntad de las masas: “Lo característico del momento es que el alma vulgar, sabiéndose vulgar, tiene el denuedo de afirmar el derecho de la vulgaridad y lo impone donde quiera. Como se dice en Norteamérica: ser diferente es indecente. La masa arrolla todo lo que es diferente, egregio, individual, calificado y selecto. Quien no sea como todo el mundo, quien no piense como todo el mundo, corre el peligro de ser eliminado. (Porque) todo mundo es sólo la masa”</span><a title="" style="mso-endnote-id: edn6" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn6" name="_ednref6"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#000099;">[vi]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">. En este sentido, más películas no desarrollarían evidentemente al máximo la sensibilidad cultural de la sociedad, mientras la demanda de las masas aparentemente defina la programación de salas y televisión, convirtiendo esto en un círculo vicioso. Si esa demanda se sustenta en el desconocimiento del lenguaje cinematográfico y en las “sugerencias” de los medios, estaremos asistiendo a un estancamiento intelectual, producto de ese autismo cultural referido. </span><br /></span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><br />Es fácil entender que sean los <em>medios</em> quienes eduquen y controlen a discreción, formando individuos lerdos con nula participación política, que renuncian al derecho de exigir y criticar. Sobre todo cuando el cine y el consumo general de imágenes exigen una mayor comprensión racional, que permita clasificar y decodificar la compleja estructura y sentido de los múltiples mensajes que llegan a través de esa red tecnológica global que son los medios de comunicación; de esos signos y símbolos que buscan “contactar, sorprender, seducir, convencer</span><a title="" style="mso-endnote-id: edn7" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn7" name="_ednref7"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#000099;">[vii]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">. </span><br /></span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><br />Sin embargo, las imágenes, el cine, así como enajenan tienen la doble y reaccionaria virtud de liberar si se les sabe ver. Pero la errónea y quizá involuntaria valoración de las masas sobre el cine y la sospechosa indiferencia de educadores y dirigentes de la cultura, han levantado una barrera entre el raciocinio y los impulsos primarios. ¿Será que tal “desconfianza (...) hacia las formas modernas de la imagen, no es más que la proyección hacia lo que se nos asemeja y por lo tanto se nos escapa”?</span><a title="" style="mso-endnote-id: edn8" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn8" name="_ednref8"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#000099;">[viii]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"> <span style="color:#990000;">Víctor Hugo ya señalaba del reflejo y la sombra una “cosa inaudita; es dentro donde hay que mirar al exterior. El profundo espejo sombrío está en el interior del hombre... Más que la imagen es el simulacro y en el simulacro está el espectro”</span></span><a title="" style="mso-endnote-id: edn9" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn9" name="_ednref9"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#000099;">[ix]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">, dando por sentado el temor de confrontar realidades que no deseamos y prefiramos evitar. Quizá en parte esto sea el motivo de la bizarra complicidad de las masas contra todo aquello que le refiera su real existencia. </span><br /><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span><br /><br /></span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5241564251568987058" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjB8tEHO3eGxRcK2dXBOdPubutnk_Utxyw6l6irNWoZ5sCAxDhtP6YWpZpQukm-Hx702BPHQJf6Ox2Gg2UsWLs9zF1XX7C85YgMECgjWH_V33OOg3VKPDQYxCy8eaYu2jn2qzBqLC5n2Xha/s400/B.+Ghon+1.jpg" border="0" /><br />Por eso ver cine equivale para las mayorías pasar un buen rato, diversión simple; y pocos le atribuyen mayor riesgo excepto por cintas obscenas o poco recato ante ciertos símbolos patrios y religiosos, cuando son un atentado moral, un ataque intolerable a los principios sociales siempre resguardados, si bien es cierto de una sociedad curiosa pero incapaz de “abrirse” ante lo desconocido, como diría Octavio Paz. Los espectadores pueden rechazar <em>La última tentación de Cristo</em> de Scorsese por cuestionar el dogma de fe y aceptar sin remilgos las cintas virulentas de Stallone personificando al reaccionario <em>Rambo</em>. </span><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5241564753298849970" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjs2rGOnBUXEzjexzuAt624F1dkF4SRKlO3Ed7JVCXFkN5DTC9_QjC0N8YRlPJcwRfI3WJMMJr7VZiXY6wpc-Gfvri7ZEDFbutoEYMmB58ZPPoe0WNO_WgIMVtMA_9iNPrPoxOPck3mo-L8/s400/B.+Ghon+2.jpg" border="0" /><br />Visto así, el cine no es de ningún modo un inocente espectáculo para divertir, sino un portentoso escenario de reflejos de compleja estructura de códigos decantados, útil para quien los descifre.</span><br /></span><br /><a title="" style="mso-endnote-id: edn1" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref1" name="_edn1">[i]</a> Ianni Octavio. <em>Teorías de la globalización</em>, Siglo XXI, 1997, México.<br /><a title="" style="mso-endnote-id: edn2" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref2" name="_edn2">[ii]</a> Idem, p.77.<br /><a title="" style="mso-endnote-id: edn3" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref3" name="_edn3">[iii]</a> Thibault-Laulan, op. cit., p.30.<br /><a title="" style="mso-endnote-id: edn4" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref4" name="_edn4">[iv]</a> Albarrán de Alba Gerardo. <em>Noroeste</em>, 21 de abril de 1997, p.12A.<br /><a title="" style="mso-endnote-id: edn5" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref5" name="_edn5">[v]</a>, Weber Max. <em>Economía y sociedad, esbozo de sociología comprensiva</em>, FCE, 1981, México.<br /><a title="" style="mso-endnote-id: edn6" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref6" name="_edn6">[vi]</a> Ortega y Gaset, op. cit., p.106.<br /><a title="" style="mso-endnote-id: edn7" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref7" name="_edn7">[vii]</a> Thibault-Laulan, op. cit. p.28.<br /><a title="" style="mso-endnote-id: edn8" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref8" name="_edn8">[viii]</a> Idem, p.13.<br /><a title="" style="mso-endnote-id: edn9" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref9" name="_edn9">[ix]</a> Hugo Víctor. <em>Contemplación suprema</em>, citado por Thibault-Laulan, op. cit.<br /><br /><div align="right"><em>Viñetas: RAF</em></div>Ruy Alfonso Francohttp://www.blogger.com/profile/17553394675943902907noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-3611988409075622243.post-34739954463676728432008-08-25T10:10:00.000-07:002008-08-25T10:59:46.113-07:00Cine y cultura<div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:180%;color:#990000;"><strong>Cine: aprendizaje para la libertad (I)</strong></span></div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"><div align="right"><br /><em><span style="color:#990000;"><strong>Ruy Alfonso Franco</strong></span></em></div><br /><span style="color:#990000;">La tendencia es tomar al cine no como recurso cultural artístico, sino como un complemento lúdico destinado al ocio, para no pensar —se cree—, porque el ejercicio del pensamiento se asocia al trabajo ¡y el cine se ve para disfrutar, no para trabajar! </span><br /></span><br /></span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"></span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"><br /></span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"></span><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5238514516799567826" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIj6kqCYkymNtUHBs5kMhaVM8i03RHv33OWNQ0YCwz23Z9sVJhYw-WnYhTWY9jUmGnEQfHeAR-lJXCuFzW2GpY_vX2IxUSXYQikE6d38zsGzdLX9uICdzrc1CsaIcVKd8Hb0MwhE8VUP6l/s400/Superman.jpg" border="0" /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">La escasa programación de cine de arte o de contenido social en salas y televisión, da una idea de cuáles son las preferencias de las mayorías: cintas en donde las estrellas son, según el género, los efectos especiales o los actores y actrices populares, nunca el intelecto del director. Salvo casos excepcionales como Steven Spielberg, realizador de cintas sentimentales y fantasiosas en las que se explotan los valores humanos de manera muy obvia, como fundamento moral de su discurso (amor y felicidad es igual a éxito-riqueza). El guión, la fotografía, la edición y demás elementos artísticos que reúne la obra, valiosos cada uno en su conjunto (pues conforman la unidad artística) son olímpicamente soslayados. En la idea de que al cliente lo que pida, la industria satisface la demanda de las multitudes con sus temas favoritos. “Lo que significa asegurarle un mínimo de confianza en el mensaje, un mínimo de pasatiempo, un mínimo de felicidad, un mínimo de comprensión. Mínimo que a la vez es un máximo” (según la costumbre publicitaria de ensalzar “lo nunca antes visto”, “el estreno del año”, “como usted lo quería ver”, etc.), puesto que los mensajes tiendan “a reforzar una vida cotidiana favorable al orden vigente”</span><a title="" style="mso-endnote-id: edn1" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn1" name="_ednref1"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#990000;">[i]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">, dice Daniel Prieto cuando revisa el contenido de los mensajes en función de los intereses privados. </span><br /></span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"><br /><span style="color:#990000;">Porque de los males del desmesurado dominio de los <em>mass-media</em>, está la dependencia ideológica (de “entretener”, pasan a “orientar”), la malformación educativa, la inmovilidad física o mental; la sugestiva sensación de que estamos enterados de lo que, se supone, “debemos” saber y “entender” para llegar a la feliz convicción de que tenemos “lo mejor”; cuando indecisos no hallamos qué de la abrumadora comercialización consumir, ya que los “mejores” productos del mercado invaden los espacios más íntimos. Surge entonces, demoledor, el autismo cultural, entendido aquí como el ensimismamiento del individuo en los objetos y en sus asuntos más que en los demás; totalmente vulnerable por su condición de aislamiento en la que queda el espectador frente al <em>medio</em>. </span></span><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"><p><br /></p><p><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5238514426411019234" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglRRPaQMt4lJ8pPqvpGK8o4ZgtRhIMvy1VULLezsQLcqA92HuKmC_U2aN8JeFdp_9rFdx3sjKI1EqQSzgzVk_aYsvW9yA0iBqwdT1fR6XX-JEeEPvhnNWific5WdNcJeuwPY-A5AAyY9kr/s400/2380980512_7b74d4f91a.jpg" border="0" /><br /><span style="color:#990000;">De la soberbia que endilgaba Ortega y Gasset al “hombre-masa” liberado del siglo XX, pasó el individuo a la indiferencia e insensibilidad en el siglo XXI, atrapado por la tecnología que lo aletarga, paradójicamente. Vivimos, por un lado, en un mundo de mercados cuyos productos nos atraen más por su utilidad que por la pertenencia a una cultura o sociedad; o nos replegamos en una o varias identidades, étnica, sexual, nacional o religiosa. Para superar esto, dice Alain Touraine</span></span><a title="" style="mso-endnote-id: edn2" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn2" name="_ednref2"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#990000;">[ii]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">, es necesario, centrar nuestra vida social y cultural en el sujeto personal (informado y consciente), reencontrar nuestro papel de creadores, de productores y no sólo de consumidores; esto debería ser lo relevante del consumo cultural, el desarrollo intelectual, aunque nos cuesta percibir el espacio del sujeto entre las masas que lo enmarcan y amenazan con aplastarlo. Pero el mayor peligro es el totalitarismo, la búsqueda de la homogeneidad cultural; una <em>recomunitarización</em> de la sociedad, dice Touraine</span><a title="" style="mso-endnote-id: edn3" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn3" name="_ednref3"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#990000;">[iii]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">, es una sociedad de masas regulada únicamente por el mercado, en donde el sujeto libre no tiene cabida. </span></p><p> </p><p><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span></p><p><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">La “libertad” queda determinada, de facto, a la libertad de consumir los distintos productos para masas. </span><br /></span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"><br /></span><a title="" style="mso-endnote-id: edn1" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref1" name="_edn1">[i]</a> Prieto Daniel. <em>Diseño y comunicación</em>, Universidad Autónoma Metropolitana, 1982, México, p.57.<br /><a title="" style="mso-endnote-id: edn2" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref2" name="_edn2">[ii]</a> Touraine Alain. <em>¿Qué es la democracia?</em> Fondo de Cultura Económica, 1995, BA, Argentina.<br /><a title="" style="mso-endnote-id: edn3" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref3" name="_edn3">[iii]</a> Touraine Alain. <em>¿Podemos vivir juntos? iguales y diferentes</em>, Fondo de Cultura Económica, 1997, Argentina. </p>Ruy Alfonso Francohttp://www.blogger.com/profile/17553394675943902907noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-3611988409075622243.post-33163833093927582382008-08-19T07:01:00.000-07:002008-08-19T07:48:10.924-07:00Cine y cultura<div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:180%;color:#990000;"><strong>Si no entendemos lo que vemos, </strong></span></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:180%;color:#990000;"><strong>jamás conoceremos al cine</strong></span></div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"><br /><div align="right"><span style="color:#990000;"><em><strong>Ruy Alfonso Franco</strong></em></span></div><br /><span style="color:#990000;">Lo que más pasa inadvertido —los fines del cine—, lo que menos interesa a los espectadores —el arte—, es lo que vuelve a este <em>medio</em> algo más que un simple “pasar el rato”. Y lo que en apariencia compromete sólo los gustos del individuo, reducidos al género, artista o tiempo disponible para ver filmes, nos lleva a la ineluctable consideración del hecho: si no entendemos lo que vemos, jamás conoceremos al cine. </span><br /><span style="color:#990000;"><br />Pero entenderlo está en chino para muchos y eso hace responsable a la minoría culta.<br /><br /><strong>a)</strong> Porque el desconocimiento del lenguaje cinematográfico (su gramática: signos, significados y significantes, símbolos y códigos), impide al individuo comprender la intención oculta en el fondo de la película, pues la estructura del cine responde a una configuración semiótica que debe ser descifrada, de lo contrario el espectador sería manipulado. Y puesto que toda acción social constituye una intención significativa, señala Parsons</span></span><a title="" style="mso-endnote-id: edn1" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn1" name="_ednref1"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#000099;">[1]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">, eso explica la influencia de las imágenes intencionadas sobre el espectador, que al recibirlas contribuyen a conformar su personalidad. De modo que el cine, como los otros medios, va construyendo las características de su sistema conductual. </span><br /></span></span><br /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5236233817721660818" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi62odEAH_xZ4oj0J328t5paQ7DWFXbb-VeBXyzhfX3SavgihxB9PptieUHxq3oJXv-jYTI7XGmKugDIksowNEjUBCXhdtv-wzJM2jb-VyQ9ermLxH5bLXa94-jayO0VFfisQJ0qax2mhLr/s400/DSC05741.JPG" border="0" /><br />Dicha orientación puede surgir <em>por motivos o necesidades diversas</em>, lo que le da energía a la acción (<em>la intención subjetiva</em> de Weber). Significa que los individuos actúan impulsados por motivos o valores, confeccionando un <em>sistema</em>: el <em>sistema cultural</em>, formado por ideas y creencias, por símbolos y patrones de normas o conductas; el <em>sistema de la personalidad</em>, la profundidad de las normas sociales vigentes del grupo; y el <em>sistema social</em> o la estructura social. Los <em>actores</em> (individuos) existen en relación con dicha estructura social, ocupando un <em>status</em>, un papel en función de otros. Su relación será <em>funcional</em> cuando el organismo controle y regule a los individuos a modo de conservación del sistema. Claro que esta funcionalidad puede presentar rupturas o disfunciones (como diría Merton), cuando el comportamiento del individuo choque con las normas vigentes y entonces el propio sistema se encargaría de sancionar al infractor, legal o moralmente a través del sentimiento de culpa o vergüenza, reclamando respeto a los <em>valores sociales</em> estatuídos, tan socorrido en el cine melodramático que actúa como adoctrinamiento: esto es bueno y esto es malo.<br /><br />Por eso llama la atención la endeble posición de los públicos, empeñados en ver películas como un simple reducto del ocio, cuando “la acción humana”, que es “cultural, puesto que los significados y las intenciones relativas a los actos se constituyen de acuerdo con <em>sistemas simbólicos</em> (incluyendo los códigos que operan en patrones)”</span><a title="" style="mso-endnote-id: edn2" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn2" name="_ednref2"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#000099;">[2]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">, se vuelve un complejo lenguaje de diversas lecturas que conviene estudiar. Más que nada por la <em>intención subjetiva</em> del director de la película, el productor, el guionista, los actores. </span><br /></span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><br />Y hablar de lenguaje significa vérnosla con dos rasgos, según nos advierte Saussure: uno psicológico que compete al emisor (director-productor-actor) del mensaje (retroalimentado por el receptor-espectador con su respuesta: sus reacciones frente a la pantalla, la preferencia por un determinado género o estrella, sus fantasías, etc.); y otro psico-físico: la fonación, el acto mismo de “hablar” (la música-palabras-sonidos del emisor en el momento de interpretar y ambientar la historia). El primero responde a la intención subjetiva de los realizadores del film: qué nos dice (el fondo), y el segundo al cómo nos lo dice (la forma). Los dos rasgos son significativos, pues en su conjunto —por la simbología empleada, obligados por la sintaxis necesaria al relatar una historia completa en un par de horas— constituyen el mensaje mismo.<br /><br /><strong>b)</strong> Porque la pasividad intelectual frente a una obra que nunca es insignificante por los mensajes que de ésta se desprenden (el discurso), remite a un estado de inconciencia. Situación que se presta por las condiciones parahipnóticas generadas al mirar la película en una necesario aislamiento, provocado por la fijación de la retina sobre una luz intermitente en la pantalla. La sujeción emocional surge al ver vidas parecidas o deseadas a la nuestra, por ver satisfechos nuestros deseos insatisfechos en los personajes que presenciamos, extensión de nuestras aspiraciones.<br /><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5236237120970609234" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKloi3md553qZ_uUMzTguS1pZav5XoytVIRGxR-RAI445g8DmuCGpJZ1zc-elMem2DTocDQdkuJ-b-6LVDiK1uiQplUX2uq7EakgtKEoyQWMimNxEjv_px3XQA4fOA00ZqqMUNXAabIEGU/s400/nina4_12.jpg" border="0" /><br />De modo que el abandono irreflexivo frente a la película, motivado primero por el desconocimiento del lenguaje cinematográfico y segundo, por la creencia —casi a ciegas— de que el cine es otro modo más de diversión y tal vez el mejor medio para evadirse de las “presiones” y “obligaciones externas”, opina Sue, conduce al individuo a poner escasa resistencia ante el film, entregándose al espectáculo sin pensar si la historia es burda. Pero el espectador se convence de que la película es “muy buena” si los artilugios técnicos de la producción sobresalen espectacularmente (<em>Titanic</em>). Comúnmente este tipo de cine es el más criticado por los expertos y, sin embargo preferido por los públicos porque encuentran ahí un lenguaje menos complejo, más accesible que el cine conceptual. Mas tal sencillez no implica un discurso libre de intenciones; antes bien, la renuncia voluntaria de los individuos a discutir cede espacios a los responsables de la obra, quienes la ofrecen “digerida” bajo la idea de darle al espectador todas las “facilidades” para que degusten el producto sin problemas. Esto termina por controlar indirectamente las voluntades indecisas, lerdas o sumisas del colectivo.<br /><br />En todo caso los parámetros de decisión para un espectador poco preparado, estarían en virtud de la popularidad de la estrella del film, la sencillez de la historia y la reiteración del argumento. Es decir, la aceptación de la cinta dependerá de los estereotipos y estándares mejor planteados. Por lo que un director y guionista “deberán intentar una difícil síntesis de lo estándar y lo original: lo estándar se beneficiará del éxito pasado y lo original será la clave del nuevo éxito, aunque lo conocido implicaría el riesgo de cansar y lo nuevo de no gustar. No por nada el cine busca a la <em>vedette</em>, la estrella que una al estereotipo con lo individual; el mejor seguro de la cultura de masas, y particularmente del cine”</span><a title="" style="mso-endnote-id: edn3" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn3" name="_ednref3"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#000099;">[3]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">. En tal caso, la formación de estereotipos se producirá en la medida que la cultura personal sea más reducida y el poder crítico sea más limitado; cuando el individuo se conduzca con ideas preconcebidas o prejuiciosas. </span><br /></span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><br /><strong>c)</strong> Porque la alienación inconsciente, el arrobamiento involuntario del espectador ante las seductoras imágenes (más profunda cuando mayor es nuestro desconocimiento del medio), por supuesto, será consecuencia de los dos primeros rasgos, lo que reduce del individuo la posibilidad de una mejor apreciación artística del objeto; pero también atrofiará la sensibilidad cultural, por la indiferencia ante la causa y razón de lo que nos rodea. “No es el arte un fenómeno al que el hombre deba acercarse en actitud superficial, porque no se desprende (cuando es auténtico) de experiencias superficiales. En tanto que expresa al hombre en su realidad más honda y en sus inquietudes más determinantes, la aproximación que reclama ha de ser cuando menos respetuosa. Así, para llegar a la comprensión del arte, se impone necesariamente una formación que lo permita”</span><a title="" style="mso-endnote-id: edn4" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn4" name="_ednref4"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#000099;">[4]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">. </span><br /></span><br /><br /><p align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5236237972014972914" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTIqo4XzAPNk9e437dq8fAlzWXRkmnZ0Q3VTYIar7X0bSaC3kj7jahhPk9Hw_4RdInySHc1bp6Ug8NRopweW9I_KEGWCrL7554eNxnzlAaOpffm25htSqE14va9NDh82-icpBVQaOv1bgB/s400/(O).jpg" border="0" /></p><p> </p><p>Y es que el arte induce a pensar en función de nuestro acervo para completar un círculo vital: la información favorece la sensibilidad, ésta la apreciación de las artes que a su vez estimulan sentimientos e ideas, generando, a su vez, una mayor sensitividad cultural. En tal virtud, “el arte, lejos de ser un lujo o un juego es uno de los puntos extremos en que el hombre intenta realizarse, por la práctica del pensamiento y de la creación libre que aquel permite”</span><a title="" style="mso-endnote-id: edn5" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn5" name="_ednref5"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#000099;">[5]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">. Aquí el cine (y los demás medios), como fenómeno cultural que es, no está desvinculado a los problemas económicos, políticos y sociales del mundo, sino que es de donde emerge la sustancia que fundamenta al arte. De ahí la imperiosa necesidad de reconsiderar el aprecio en que tengamos al cine, como un simple objeto de diversión o como lo que es en realidad, una manifestación cultural sensible por cuanto significado guarda. </span><br /></span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><br />Lo cierto es que no podemos soslayar el efecto que los <em>mass-media</em> ejercen sobre la sociedad, a través de los cuales se trasmiten mensajes con sentido específico. Por lo mismo, Charles y Orozco recomiendan “que los sujetos, individuales y colectivos, tomen distancia de los medios de comunicación y sus mensajes, que les permita ser más reflexivos, críticos y, por tanto, independientes y creativos; esto es, que se les permita recobrar y asumir su papel activo en el proceso de la comunicación”</span><a title="" style="mso-endnote-id: edn6" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn6" name="_ednref6"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#000099;">[6]</span></a><span style="color:#990000;"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;">. </span></span><br /></span><span style="color:#990000;"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"><br />Pero para llegar a este estado de gracia, se debe educar primero a la sociedad para la recepción de <em>medios</em> y del arte, sobre todo. En serio.<br /><br /></span></span><a title="" style="mso-endnote-id: edn1" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref1" name="_edn1"><span style="color:#000099;">[1]</span></a><span style="color:#990000;"> Parsons Talcott. <em>La sociedad, perspectivas evolutivas y comparativas</em>, Trillas, México, p.15.<br /></span><a title="" style="mso-endnote-id: edn2" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref2" name="_edn2"><span style="color:#000099;">[2]</span></a><span style="color:#990000;"> Idem, p. 16.<br /></span><a title="" style="mso-endnote-id: edn3" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref3" name="_edn3"><span style="color:#000099;">[3]</span></a><span style="color:#990000;"> Notas de clase.<br /></span><a title="" style="mso-endnote-id: edn4" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref4" name="_edn4"><span style="color:#000099;">[4]</span></a><span style="color:#990000;"> Posada V. Pablo Humberto. <em>Apreciación de cine</em>, Alhambra Mexicana, 1984, México, p.36.<br /></span><a title="" style="mso-endnote-id: edn5" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref5" name="_edn5"><span style="color:#000099;">[5]</span></a><span style="color:#990000;"> Thibault-Laulan Anne-Marie. <em>La imagen en la sociedad contemporánea</em>, 1976, España, p. 21.<br /></span><a title="" style="mso-endnote-id: edn6" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref6" name="_edn6"><span style="color:#000099;">[6]</span></a><span style="color:#990000;"> Charles Creel Mercedes y Orozco Gómez Guillermo. <em>Educación para la recepción. Hacia una lectura critica de los medios</em>, Trillas, p. 21.</span><br /></span></span></p>Ruy Alfonso Francohttp://www.blogger.com/profile/17553394675943902907noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-3611988409075622243.post-32295473836399831532008-08-11T09:39:00.000-07:002008-08-11T11:04:58.886-07:00Cine y cultura<div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><strong><span style="font-size:180%;">El lúdico cine, algo más que simple ocio</span></strong> </span></div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><div align="right"><br /><strong><em>Ruy Alfonso Franco</em></strong> </div><div align="left"> </div><div align="left"><br />Después de la televisión y la radio el cine es el medio que más se consume líricamente, por así decirlo —en directo o a través de la TV—, ya que no se requiere saber algo específico para verlo como sucede con el medio impreso, que exige comprensión gramatical. No haría falta, de primera intención, conocer la estructura cinematográfica ni su contexto social y mucho menos observarlo como fenómeno cultural, lo que hace al cine aparentemente muy accesible por su lenguaje universal, que es el de las imágenes. </span></div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><div align="left"><br /></div><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5233319693982638514" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsOMqhPTScxlhjrlQJx_4tBgitk5A1o7ujLt_-nOS3HU21G4kbf-2XcIt-vqOISs3V-akskqDwLcPNqR6ta0f7hKtYwq0UN0h0ypuDaQIosyW2hbgmTE5M_xDUOY6SLlEEGvHlh6CkXlD3/s400/DSC01960.JPG" border="0" /><br />Basta asumir al cine como ocio para que las imágenes en movimiento transcurran catárticas, liberando impulsos refrenados ante el éxtasis de las emociones conjugadas en pantalla, arrobando al espectador con el embrujo de las representaciones.<br /><br />En este sentido, parece absurdo pretender de los espectadores un conocimiento particular sobre el ente cinematográfico cuando, presumiblemente, la única condición que impone este medio es el ánimo dispuesto frente a la mágica imagen (que “desde sus orígenes más lejanos... ha estado siempre ligada a lo misterioso y a lo sagrado”</span><a title="" style="mso-endnote-id: edn1" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn1" name="_ednref1"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#000099;">[1]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">). Aspecto cubierto en la cultura de masas cuando se promueven vehemente los símbolos, mitos y estereotipos cercanos a los valores de una sociedad que siente, del cine que los reproduce, un estímulo para las tensiones del día, un refrigerio después del trabajo o un bálsamo para las frustraciones existenciales. Pero es entonces que los atributos culturales de la imagen en sí, el reconocimiento universal del cine como un lenguaje de símbolos, hacen imposible menospreciarlo aun si lo vemos como pura diversión. Sobre todo cuando la misma publicidad reza que “el cine es cultura”, un sentido más complejo que el atribuido por el vulgo. Pero con el concepto de cultura veríamos que, en virtud de ello, el espectador tendría que ser más prudente ante las imágenes que consume de manera tan despreocupada. </span><br /></span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><br />El antropólogo Malinowski define a la cultura como obra del hombre y como medio a través del cual logra sus fines, es decir, con un fin instrumental o funcionalmente. Por lo que no hay actividad humana, individual o colectiva que podamos considerar como puramente fisiológica (“natural”) o no regulada. De modo que “los seres humanos viven de acuerdo con normas, costumbres, tradiciones y reglas que son el resultado de una interacción entre los procesos orgánicos, la actividad del hombre y el reacondicionamiento de su ambiente”</span><a title="" style="mso-endnote-id: edn2" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn2" name="_ednref2"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#000099;">[2]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">. Todavía más, la cultura incluye algunos elementos que permanecen aparentemente intangibles, fuera del alcance de la observación directa, y cuya forma y función resultan muy evidentes: las ideas y valores, los intereses y creencias. Precisamente, por este último rasgo de la cultura, porque el cine forma parte de ella, es que la sociedad debería reconsiderar su idea sobre las películas; que no son tan inocentes como parecen. </span><br /></span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><br />El cine como sinónimo de ocio es pura diversión, y ésta, en términos de Sue, es un “encontrarse a gusto, vivir de acuerdo consigo mismo, sin frenar las inclinaciones naturales”</span><a title="" style="mso-endnote-id: edn3" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn3" name="_ednref3"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#000099;">[3]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">. Sólo en el cine, como en ningún otro medio, las fantasías cobran vida porque al fin y al cabo no es más que un juego para los públicos, de ahí su contundencia. </span><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span><div align="right"><br /></div></span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5233318468792036226" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwtmoL43SiUEDGizEXmH6idR2X83kaKxK3Xk4v6wiOJgy4hcJHR2BxtiVFFEHGOfETkPQmHy-QqS3gtdH3-kkISWujSZxKlR2vdNdQlU9ePNwuda_naDNCNVvc8vibdRjYL1S9DEeRoeGL/s400/Hasta+eso,+p%C3%BAblico+hab%C3%ADa+(MdF)..JPG" border="0" /> <p align="left"><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">“<em>Aristóteles había señalado ya la importancia del juego al establecer que tiene una función catártica. (...) De esto resultaba un fenómeno de liberación por medio de lo imaginario, y de resolución de los conflictos en la representación teatral. Es la misma función que desempeña el teatro moderno, y más aún el cine. El espectáculo permite a la vez liberarse del universo, de lo cotidiano y evadirse hacia lo imaginario; pero también crea la ilusión de que el hombre domina la situación que está viviendo... El espectáculo da la impresión de burlarse de la realidad que nos oprime cotidianamente</em>”</span><a title="" style="mso-endnote-id: edn4" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn4" name="_ednref4"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#000099;">[4]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">. </span><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><br />Sin embargo, dada la trascendencia de tales imágenes por su atractivo visual, su recurso propagandístico y publicitario, habría que ver cine con precaución y moderación. Consumo hasta ahora desbordado e irreflexivo, según se aprecia en la ingente producción industrial de filmes de cuestionable factura que no parecen tener fin porque, se supone, responden a un pedido masivo con características similares: relatos complacientes donde sobreexplotan situaciones simplistas y recurrentes de amor-odio y éxito. Lo que evidencia la pobreza cultural del solicitante de gustos tan uniformes y limitados, que parece no mortificarle.<br /><br />La justificación revolucionaria de igualdad y derechos al pueblo le han hecho pensar, que las “bondades” de la industrialización le pertenecen y lo han vuelto un insolente, cuando su educación superficial y aun especializada (pero limitada a una parcela del conocimiento) no le permite asumirse depurada y creadoramente. El tiempo libre del trabajador, el ocio —como el cine—, dice Ortega y Gasset, la apertura popular a la otrora restringida educación, el asenso social y económico, el modo de vida ahora organizado desde una perspectiva global, le permite al hombre moderno, ya con herramientas, posesionarse de lo que considera por derecho y naturaleza de él. Es un libertino que invade todos los espacios antes vedados y exige satisfacción. </span></p><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><div align="left">Lo que en la post revolución industrial era un orgullo, la evidencia de una sana modernidad igualitaria, se convierte, dice Ortega y Gasset, en la condena del siglo XX. Por eso es su aplastante crítica sobre el resultado “de la copulación entre el capitalismo y la ciencia experimental”</span><a title="" style="mso-endnote-id: edn5" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_edn5" name="_ednref5"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#000099;">[5]</span></a><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">, que reside no tanto en los avances científicos, sino en la delimitación de la llamada especialización del conocimiento que ha producido tan sólo técnicos, “el prototipo del ‘hombre-masa’”, “un bárbaro moderno” que ha tomado por asalto el poder. Al menos así lo manifiesta la vulgaridad de sus obras. Por ejemplo, los medios de comunicación. En este contexto surge el cine, un aporte científico convertido en un burdo producto industrial, con todo lo que esto implica: un producto de y para la cultura de masas. Un medio que pese a su infinita posibilidad artística, termina utilizado para satisfacer gustos limitados. Y puesto que dicho instrumento terminó convertido en recurso de la elite de un grupo de hombres-masa, con una también limitada concepción del universo, suena lógico que éste y otros medios respondan a sus intereses y reflejen sus aspiraciones y, por supuesto, su cultura. </span><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span></div><br /><br /></span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5233318221206847650" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoTkfkQC2LR-oZQawMJLmpZuJlxKe8ISbiwVn-L8Rv130-xqxkyBMG0Fft_OYAISuA77XVY2CH7o69fBTD8nW_3hEwLaSzWDMOlGiz9RAojbtz99Cm3hEjSmsYlwpnqZvQ6JR21SoWH4cv/s400/El+para%C3%ADso+en+tierra+prometida+(AF)..JPG" border="0" /><br />Pero si el cine industrial tuviera la suficiente calidad técnica (como lo demuestra Hollywood), queda aún la preocupación de sus fines, la intención subjetiva (<em>la conducta racional con arreglo a fines y a valores</em>) de todo individuo de la que nos advertía Weber y que subyace en toda acción social, en este caso en las películas, ya sea como productos ideológicos o como mercancías en venta. Siempre en deuda con la esencia creadora del séptimo arte, pretexto primigenio sin el cual pierde validez el cine, porque queda una tosca mercantilización que desconoce al arte, la máxima expresión del pensamiento humano que defiende la pureza ideal. Esto provoca una contradicción, porque la industria requiere del arte para crear y éste necesita recursos para los instrumentos más costosos de cualquier disciplina artística, por la diversidad de elementos y gente para hacer un film, que por muy elemental que sea utiliza materiales caros, distinto al lápiz del escritor o a las pinturas del pintor.<br /><br />Claro que esta contradicción no ayuda en nada a los espectadores confundidos para determinar la frontera entre el llamado cine de arte y el comercial. Lo que hace todavía más complicada la apreciación cinematográfica, pues estaríamos hablando de la necesidad de entender la esencia del arte; muro contra el que se estrellan las miradas no preparadas. Y es que una película, sin ser una joya estética o comprometida con su entorno social (trípode en que se sostiene el arte: estética, técnica y sociología), es capaz de cautivar al espectador exigente, quedando el asunto de las diferencias instrumentales en mera sutileza. Cuestión de fines. Las imágenes de una obra así pueden confundir: convencer al espectador bisoño de estar viendo la mejor película de su vida (<em>Titanic</em>, de James Cameron), o divertir al cinéfilo el ingenio de Hollywood para vender banalidades (<em>Batman</em>, de Tim Burton).<br /><br />En tal estado de cosas, cabría preguntar en qué condiciones queda el espectador frente al cine que desconoce pese a la familiaridad con que lo ve; y cuál sería en este sentido, la relevancia del consumo del cine como cosa cultural. </span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5233320888339008754" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjw5Cmezzi8TTZyRuRs2ZMUaApuSOgVWAJ0T5Dx6pZl-l3PV9MC0ewunp0kto1MPZK0BVlD-JLkv5Hcip2qi0pPCKYNd-xnkICe5_wA6nQIW1oj8DXrc6ldZ_vWjJoVDvy8H2zFmT9gOwLB/s400/DSC05426.JPG" border="0" /> <p align="left"><br /></span><a title="" style="mso-endnote-id: edn1" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref1" name="_edn1">[1]</a> Thibault-Laulan Anne-Marie. <em>La imagen en la sociedad contemporánea</em>, Fundamentos, 1976, España, p.13.<br /><a title="" style="mso-endnote-id: edn2" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref2" name="_edn2">[2]</a> Malinowski Branislaw. <em>Una teoría científica de la cultura</em>, Sarpe, 1984, España, p.90.<br /><a title="" style="mso-endnote-id: edn3" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref3" name="_edn3">[3]</a> Sue Roger. <em>El ocio</em>, Fondo de Cultura Económica, Brevarios, 1982, México, p.80.<br /><a title="" style="mso-endnote-id: edn4" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref4" name="_edn4">[4]</a> Idem, p.81-82.<br /><a title="" style="mso-endnote-id: edn5" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3611988409075622243#_ednref5" name="_edn5">[5]</a> Ortega y Gasset José. <em>La rebelión de las masas</em>, Planeta/Agostini, 1964, España, p. 102. </p><p align="right"></span><em>Fotografías: RAF y Aramis Franco</em></p>Ruy Alfonso Francohttp://www.blogger.com/profile/17553394675943902907noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-3611988409075622243.post-10487534819966055632008-08-04T15:42:00.000-07:002008-12-11T01:18:46.498-08:00Cine mexicano<div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:180%;color:#990000;"><strong>Nuestro glorioso cine chafa </strong></span></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:180%;color:#990000;"><strong></strong></span></div><span style="font-size:130%;"><div align="right"><em><span style="font-family:verdana;color:#990000;"><strong><br /><div align="right"><em><span style="font-family:verdana;color:#990000;"><strong>Ruy Alfonso Franco </strong></span></em></div><div align="right"> </div></div></strong></span></em><p align="right"><span style="color:#990000;">“<em>Un ejemplo de cine deseable, del mejor cine que se ha hecho en México, es</em> El violín</span><em><span style="color:#990000;">. Por ello ha merecido una notable serie de premios en los más prestigiados foros cinematográficos.</span> <span style="color:#990000;">Una obra maestra que se conoció antes en el extranjero que en México, donde se filmó. El cine es un vehículo extraordinario para que todo un país se conozca y se reconozca, para que perfeccione su vida en todos los órdenes. Esa es la razón por la cual en </span></em><span style="color:#990000;">Proceso<em> queremos y respaldamos un cine sin anteojeras, un cine que no se vea constreñido, para su producción ni para su distribución o exhibición, por censuras políticas ni económicas, un cine libre de restricciones que no sólo podamos ver, sino en el que podamos vernos. Que sea</em> El violín <em>la película que acabe de una vez por todas con el miedo de saber quiénes y cómo somos</em>”.1 </span></p><p align="left"><br /></p><div align="right"></span><span style="color:#990000;"></span></div><div align="left"></div><div align="left"></div><div align="right"></div><div align="left"></div><div align="left"></div><span style="color:#990000;"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;">Resumiré mi idea de nuestro cine tomando prestadas las palabras del cineasta español Juan Antonio Bárdem, con las que sintetizó alguna vez su concepto del cine español, y que para el caso nos sirven ahora: "políticamente ineficaz, socialmente falso, intelectualmente ínfimo, estéticamente nulo e industrialmente raquítico"<span style="font-size:85%;">2</span>. </span></span><br /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">Por supuesto, hay sus honrosas excepciones, pero esos filmes no hacen la imagen de nuestro cine y sí aquellos populares que nos proyectan al mundo como involuntariamente surrealistas por el cine del <em>Santo, el enmascarado de plata</em>, como muy machos por las cintas de <em>El Indio</em> Fernández, Pedro Infante o Jorge Negrete, o de plano bien nacos gracias a nuestros comediantes gloriosos, o no. En pocas palabras, los mexicanos y el resto del mundo bien pudiéramos tener una idea muy superficial, por ejemplo, de nuestra verdadera identidad gracias a un cine nacional muy pobre en su mayoría. Esto, si acaso, será la certeza. </span><br /></span><br /><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5231019737272890386" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK6bn-8nMJ7rmhFsB9O5qWtiQS5Imv6BVHNJ5dpZQ1s-0D9KRsAUe03s7KjUfRB45I4Qis2xDjaRDyh2HAxzXM6sJCYdJT4UDc-sTJna1JgXO8ViU8zEAjqbAI5HXnUFeY8QQPM4APfnDM/s400/C%C3%ADrculo+vicioso..jpg" border="0" /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">Aunque para un estudio sociológico, psicológico y hasta antropológico, los personajes emblemáticos del cine mexicano (charros, madrecitas, golfos, luchadores, ficheras, narcos, etc.), su pobreza formal y la trivialidad de sus contenidos son una fría revelación de nuestra condición nacional, porque, como luego se dice, "se están proyectando". 0 sea, los espectadores bien pudieran acercarse a la triste realidad a través del cine: somos un pueblo con enormes deficiencias culturales, lo vemos en la mediocridad de sus personajes, en la suciedad de sus calles, en la confección lastimera de sus películas. Incluso, las películas excepcionales de todas las épocas del cine mexicano no son una constante, no son una escuela y no alcanzan el suficiente prestigio para que el mundo nos vea con otros ojos, sin tener en mente al clásico indito debajo de un nopal, por mucho que luego cierto cine se empeñe en la sofisticación del artificio. </span><br /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">La idea que los públicos pudieran hacerse de nuestro cine tendría que emanar de aquellos filmes que les llegan con cierta regularidad a través del video y la televisión, más que en las salas (en donde escasean las películas mexicanos). ¿Y qué vemos? No son, evidentemente, las películas de Rafael Corkidí, Mitl Valdez, Oscar Blancarte, Carlos Reygadas o Francisco Vargas Quevedo, perfectos desconocidos para Televisa, Televisión Azteca o Cablevisión, entre otros destacados cineastas contemporáneos condenados al ostracismo por voluntad gubernamental, por abulia empresarial y la indiferencia pública. No vemos ese cine que pudiera redimensionar la imagen que de nosotros mismos tenemos, que fuera una manifestación natural generalizada junto con las demás artes; que no fueran excepciones y propuestas aisladas, sino un objetivo nacional que coincida con un proyecto permanente de educación para el arte y en el arte, desde la educación primaria, con un alto compromiso social, respeto y apoyos incondicionales. Porque el mejor cine como las artes puede reflejarnos con honestidad, lo que mucho ayudaría a conocernos mejor y forjar gradualmente nuestra conciencia crítica. Todo lo contrario a lo que en realidad sucede. </span><br /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">Hombre, que lo que el cine mexicano preferido proyecta y acepta es, desde un Alfonso Zayas en pelotas siguiendo a rubicundas <em>vedette</em>, pasando por unos decrépitos Hermanos Almada o Jorge Reynoso como posibles héroes de un México bizarro, hasta llegar al paroxismo de la "excelencia" con <em>Tizoc</em> o <em>Cantinflas</em>, verdaderos monstruos consagrados por la imaginaría popular a sugerencia de Televisa y franca ingenuidad del “respetable”. Con este panorama, lamentablemente, es fácil intuir las consecuencias de un cine así y quiénes son los principales perjudicados: los públicos. Es decir, a lo largo de más de 80 años el cine siempre comercial en México ha contribuido a formar públicos flojos, nada críticos ni reflexivos, si pensamos que este medio masivo influye en la formación o deformación de la conducta social. Por supuesto, el problema no es exclusivo de los medios, en todo caso habría que pensar en ese deficiente sistema educativo que prepara mano de obra barata y no seres inquisitivos, preocupada como está la elite en defender sus intereses. </span><br /><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5231020009512715090" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSZ136erZYooRvL0910dPXel5SpiAoipBOLQy8BOJf3B7V8xMUFoOX_U4mpxX4XscMxFBKjLmLmfVEFfTPJLJgQcLsbQCI3xsXXeJ0qP_GwvF5_4RDlyD0uPTj5yg9-ovJUpn1xTkBTXY8/s400/Cine+mexicano.jpg" border="0" /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">Desde que a nuestro insigne Fernando de Fuentes en 1936 se le ocurriera aquella simpática cinta <em>Allá en el rancho grande</em>, marcó sin querer el derrotero cinematográfico de México. Aquel creador del primer cine de propuestas con cintas como <em>Vámonos con Pancho Vill</em>a o <em>El compadre Mendoza</em>, comprometidas socialmente y de estilo propio, curiosamente, contribuyó al cimiento de la hasta entonces inexistente industria del cine con el inusitado éxito del charro bravío, parrandero y cariñoso, mitificando de paso nuestros supuestos valores patrios: "no nos rajamos" porque "nos vale madre". Siempre con la complaciente mirada paternal del Estado que prefiere alentar "sanos" divertimentos como el cine “de balazos” y sexy-comedias, cualquier superficialidad antes que permitir se denigre la imagen de nuestro glorioso ejército mexicano, por ejemplo, matando a cientos de estudiantes en 1968 y todavía decir que en nuestro país hay apertura y derechos garantes cuando en <em>Rojo amanecer</em> se nos permitió imaginarnos la masacre final, pero no dejaron que los soldados actuaran en el film recreándonos cómo estuvo que se jodieron a tanto chamaco hace 40 años. </span><br /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">¿No quisieran ver ustedes una cinta donde los héroes sean los indígenas chiapanecos enfrentando a la artillería de los valerosos chicos del ejército? Digo, sería lindo ver personificados a Salinas de Gortari y a Zedillo explicando por qué carajos se levantaron en armas en la remota Chiapas y existen todavía grupos guerrilleros, si en 70 años de dictadura priísta y ahora panista el país vive, según informes de gobierno, lleno de paz y prosperidad. Pero no, el cine azteca fuera de escasos intentos de proyectar cierta realidad de manera crítica y artística, incluso, a pesar de la censura —esa palabra que por decreto gubernamental no existe, cuando se le ha dado en llamar "sugerencia" al acto de mutilar ideas y ha redundado en la autocensura, la perfecta dictadura—, ha preferido contar trivialidades melodramáticas e historias vulgares. Lo que es más redituable y más seguro, dicen los pocos empresarios que se atreven a invertir en realizaciones cinematográficas y luego secundan las audiencias embrutecidas, descalificando, por cierto, a las cintas serias que intentan proyectar realidades, acusándolas de groseras y sangrientas. <em>Je</em>, da risa. </span><br /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">De Fuentes dio con la idea de la fórmula que va muy <em>ad hoc</em> con nuestra naturaleza gandalla —oportunista y baquetona—, de ahí que en todo este tiempo el cine nacional se haya concretado a repetir fórmulas, bien sea por flojera o conveniencia; después de todo un público zafio es uno fácil de engañar con cualquier cosa y no reclama, no exige. Un pueblo que no lee, que no asume las artes desde la educación primaria y familiar, con un sistema social y político corrupto como medida, tendría que dar con un cine miserable que a la larga ha provocado la material bancarrota en que se encuentra la casi inexistente industria cinematográfica. De modo que aunado a los problemas eternos de la producción, distribución y exhibición del cine mexicano (que significa que no hay dinero, que la política del Estado, la corrupción y los sindicatos obstaculizan todo y que los exhibidores prefieren películas gringas antes que las nuestras), están el subdesarrollo intelectual de realizadores oportunistas y el públicos (siempre con excepciones, claro). Unos generando a otros y viceversa. </span><br /><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5231020474139267778" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3xpQDEWO18tlfxjDJs2Gl_JTkaSYv0D4sOqBPSTgK2cARkxioNLTB0aGavbWACeMf9VLu7Sgg25nSuG10tuJnBbIGzUb2SrE9cNHtm399csmJDSBG4-z6lqs-nKfsmYyzxaXixUjW16hV/s400/De+todos+modos+Juan+te+llamas..jpg" border="0" /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">Y cuando tenemos a un cineasta, artista o fotógrafo destacado, mejor termina emigrando a buscar trabajo que quedarse a mendigar para hacer una película cada cinco o 10 años con sueldos miserables o hacer telenovelas como única forma de supervivencia. Los contenidos y la imagen que esto tendría que dar al cine mexicano, creo, es algo que debería preocupar más a todos, porque aunque usted no lo crea querido lector, Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro o Alejandro González Iñárritu no son los realizadores del verdadero cine mexicano. Son, si acaso, muy buenos cineastas haciendo cine gringo. </span><br /><br /><span style="color:#990000;">1</span><span style="color:#990000;"> Vértiz Columba. <em>El violín, arma de Don Ángel Tavira</em>, <a href="http://www.proceso.com.mx/noticia.html?sec=0&nta=50210">www.proceso.com.mx/noticia.html?sec=0&nta=50210</a></span><br /><span style="color:#990000;">2. Hojas de cine. <em>Testimonios y documentos del nuevo cine latinoamericano</em>. Volumen II, p. 9</span><br /><br /><div align="right"><em><span style="color:#990000;">Viñetas: RAF</span></em></div>Ruy Alfonso Francohttp://www.blogger.com/profile/17553394675943902907noreply@blogger.com18tag:blogger.com,1999:blog-3611988409075622243.post-49826585296356963212008-07-29T09:49:00.000-07:002008-12-11T01:18:47.127-08:00Educación<div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:180%;color:#990000;"><strong></strong></span> </div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:180%;color:#990000;"><strong>El graduado </strong></span></div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><strong><div align="right"><em>Ruy Alfonso Franco </em></div><div align="left"><em></em> </div><div align="left"> </div><div align="right"></div><div align="right"></div></strong>¿La graduación escolar cuándo dejó de ser un tributo al esfuerzo real del egresado para convertirse en una vulgar muestra de mediocridad y superficialidad?<br /><br />Ahora que padecí el suplicio de asistir al acto oficial de graduación de mis dos hijos, un día tras otro en preparatoria y licenciatura, vi magnificada la vergüenza ajena: desorden, mala educación, engaño, politequerías y consumismo. ¿Y todo para qué? La mayoría de los egresados universitarios no va a encontrar trabajo en su ramo, los sueldos son ridículos y la mayor parte de los graduados padecen serias limitaciones educativas en todos los niveles: primario, medio y profesional, según la <em>Asociación nacional de universidades e instituciones de educación superior</em> (ANUIES) y la <em>Organización para la cooperación y el desarrollo económico</em> (OCDE).<br /><br />Entonces ¿qué se festeja?<br /><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5228488456227798642" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEja6-4VHQffsROjm5KoUZMK3Zk4aJExg08e0bwpmVfY7TIUExA1GF1WQNlvU84S1SF2vdSY1HezM0S-8Zf_U-pb3arhQSgszt8C1HmW25KPaZcf4Ln43BeCV8mWwQmRkYEgb6-8xaMzfJZi/s400/DSC05310.JPG" border="0" /><br />Asistí a la de entrega de documentos de mi hijo menor más por apoyarlo que con ganas, pero me arrepentí a la hora de estar esperando que iniciara el evento y nada: qué desmadre de organización tuvieron en la Preparatoria Mazatlán de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS). Aquello fue sencillamente aburrido, cansado (más de tres horas) y caótico; ni siquiera calcularon bien la cantidad de familiares de los alumnos, metiéndonos a todos en un espacio muy pequeño e insuficiente. La demora para que empezara el evento de marras fue porque egresados y padres no paraban de chismear, fotografiarse o hablar por sus celulares, o porque simplemente no llegaban todos los alumnos. El “festival” indigesto tuvo a su banda de guerra incluida —que sonó muy bien—, himno nacional desabrido, grupo de rock desangelado y ocho insufribles bailables folclóricos tipo primaria proporcionados por el inepto de Francisco Vázquez Couret, de difusión cultural universitaria. Y claro, la kilométrica lista de graduados.<br /><br />Al ver a los chicos relajientos, a las muchachas muy preocupadas por como lucían y a sus padres con cara de “ya cumplimos”, no pude menos que pensar en las frías estadísticas que revelan que en el país lo que menos interesa es la educación, así lo denuncia Denise Dresser: “Las escuelas mexicanas obligan a sus alumnos a memorizar pero no a reflexionar. (…) Los métodos pedagógicos (…) acaban por aplastar el entusiasmo por el aprendizaje en vez de fomentarlo”.</span><span style="font-family:verdana;color:#000099;">1</span><br /></span><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">“…del millón 980 mil egresados de universidades públicas y privadas en los últimos 10 años, poco más de 800 mil —el 40%— están desempleados, en el subempleo o trabajan en una actividad que no se relaciona con su licenciatura”, “subraya la ANUIES en su estudio Mercado laboral de profesionistas en México”.</span><span style="font-family:verdana;color:#000099;">2</span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"> A esto habrá que agregar que el campo profesional está sobresaturado, lo que significa que los egresados de 41 licenciaturas llamadas tradicionales, alrededor de 900 mil nuevos abogados, contadores, arquitectos, médicos, maestros o comunicólogos, por ejemplo, no tendrán trabajo en su mayoría por la escasez de empleo y quienes logren acomodarse se verán obligados a aceptar sueldos raquíticos o empleos que nada tienen que ver con su profesión. </span><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5228490202726128706" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOUI3pIUJ-S6ae8vuwCQ2ZGSAiWTIULVgKkBR1MV5nBxdaLsHtE6CT8HdtXatkY9nEV9LUJ2dpMpIzN7oX0wLQfMB8mRSb1g2k2iMKqlfCySKMrebPDBVyP4OHVh-cXIUAY_nwSaUJGh3S/s400/DSC05333.JPG" border="0" /><br />Aun así los egresados festejaron muy despreocupados su graduación, gastando en algunos casos lo que todavía no ganan: renta de toga, salón, música, comida y bebidas, traje o vestido, zapatos o zapatillas, maquillaje y peinado, recuerdos, fotografía y video, taxis y hasta viajes ex profeso de algunos familiares que vinieron de otras ciudades al festejo, además de los gastos por titulación y lo que ello implica: placas alegóricas, anillo y otras menudencias. Si consideramos que en casi todas las universidades cuesta estudiar, significa que ante la incertidumbre de ejercer la carrera esto no garantiza que los padres del graduado vayan a recuperar su inversión. Y aun así suelen sufragar todavía los gastos de graduación.<br /><br />Todavía más, lo que antes era una celebración exclusiva la graduación de los universitarios, hoy se ha extendido hasta los <em>kínders</em>, primarias y secundarias, lo que evidencia cierta ingenuidad y mucha superficialidad por parte de los padres que no atisban la cruda realidad de la pobreza educativa y el subdesarrollo económico del país que no respalda a los estudiantes a la hora de la hora, como para ponerse a celebrar el incierto camino que México le depara al chamaco a lo largo de 18 años o más de estudios, si es que rebasa la secundaria… Cosa que no sucederá para más del 50% de los adolescentes que prefiere ponerse a trabajar que seguir estudiando, porque en México no existe la cultura del desarrollo intelectual. Y finalmente, porque con todo y graduaciones, con todo y una carrera profesional, políticos y empresarios no le garantizan al graduado un trabajo en su área y mucho menos un salario digno. Y lo que es peor, tampoco le garantizan una adecuada educación, según los pobres resultados a nivel nacional e internacional.<br /><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5228487094676103762" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjo4fabSo1eF8djwrKrjboHC7UQ0UVwPguEOBQdI3H4qThYUZnarVi5fDhMftBvfHvVRZuiQvcaWFoWcc5zfxnmTkAZUmEF7u7wuJGfZuXcZEmf2_U621JJqSS6ixbPFC9liGPCAoe2yqQZ/s400/cagle00.gif" border="0" /><br />Mal preparados y sin oferta de trabajo segura, ¿qué festeja el graduado?<br /><br />En la Facultad de Ciencias Sociales (FACISO) de la UAS hubo una mejor organización al realizar el acto en el teatro Ángela Peralta. El evento brilló con la presencia del grupo de danza del Centro Municipal de Artes y la aparición insospechada de Jorge Abel López Sánchez, presidente municipal de Mazatlán, además de las autoridades de nuestra universidad en una jornada de tan sólo un par de horas y casi puntual. Sin embargo el programa no estuvo exento de la misma conducta desordenada de alumnos y familiares, y la vergonzosa perorata a la hora de los discursos de la supuesta “mejor estudiante” de la FACISO, con su oda al director a nombre, según ella, de los egresados que la veían con incredulidad. Al final aquello se convirtió en un acto de promoción política.<br /><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5228487689819588802" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVvVWmMj7yc5NUdSoGLDRoK7z-4bnwAzqJffdT9RP1tyfDKYuSTlggApzIfdbp8CwrM-pniYp1vGOuPKDVKBMJfzbv0BvQkyexDkgk1ZsR-oXZlwxSLN-o50svGwWcCMOhVk-XWiPVopCJ/s400/DSC05351.JPG" border="0" /><br />En un reciente estudio realizado por la OCDE para medir el nivel de los jóvenes de 15 años en habilidades científicas, matemáticas y de lectura, volvió a colocar a México en el lugar 29 de los 30 países que agrupa dicha institución. Hasta un 70% “de los mexicanos que tomaron parte en la prueba se ubicaron en los niveles cero (nivel que no existía, mismo que se dispuso para el caso México) y uno, lo que significa que están insuficientemente calificados para acceder a estudios superiores y apenas cuentan con el mínimo adecuado para desempeñarse en la sociedad”.</span><span style="font-family:verdana;color:#000099;">3</span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><span style="font-size:100%;"> </span>Entre las 12 peores entidades en México que arrojó niveles cero y uno se encuentra el estado de Sinaloa, además de Chiapas, Tabasco, Campeche, Oaxaca y Nayarit, entre otros. </span><br /></span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><br />Curiosamente, cerca del 80% de los padres a los que se cuestionó sobre la educación que recibían sus hijos se dijo satisfecho, aun cuando el sistema educativo básico no tiene niveles competitivos a nivel mundial, señaló Blanca Heredia, directoria del OCDE en México, por lo que culpó a los padres de no exigir una mejor educación.</span><span style="font-family:verdana;color:#000099;">4</span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"> Lo más grave de esto, es que México lleva desde el surgimiento del OCDE como organismo calificador internacional desde los 60, 40 años obteniendo los mismos resultados en el nivel educativo, ocupando la misma posición 29 de los 30 que existen. Y a nivel superior “México ni siquiera logró mantener la posición 24, sino que incluso cayó a la 28. Estados Unidos pasó del primer sitio al sexto.”</span><span style="font-family:verdana;color:#000099;">5</span><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><span style="color:#000099;"> </span>Pero Corea es todo un caso, pasó del sitio 27 al primer lugar. </span><br /></span><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">Toda esta reveladora información pasó de noche para millones de padres de familia, pues de lo contrario tal vez este país no sería lo que es: una nación burra. Al contrario, las mayorías ven como buena la educación de sus hijos en las escuelas, sin detenerse a reflexionar sobre el enorme subdesarrollo educativo, como bien subraya el Dr. Segundo Galicia Sánchez, investigador de la FACISO: “Los estudiantes universitarios en general leen muy por debajo de su grado de acreditación, están viviendo una etapa de su vida muy transitoria y necesitan prepararse de modo bastante intenso para poder ser competitivos (…). Por ejemplo, un alumno de secundaria lee como de primaria, un alumno de preparatoria lee como de secundaria pero a veces peor y lo que es más, el alumno de educación superior en cada universidad, en licenciaturas como en postgrados, salvo muy raras excepciones prácticamente no sabe leer ni escribir (…). Eso tiene gravísimas consecuencias, (…) sin duda que es por eso que se han obtenido los últimos lugares en las evaluaciones internacionales sobre lectura, matemáticas, ciencias, etc.”</span><span style="font-family:verdana;color:#000099;">6</span><span style="color:#000099;"> </span><br /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">Pero los graduados festejaron felices su momento.</span><br /><br /><br /><span style="font-family:verdana;color:#000099;">1</span><span style="font-family:verdana;color:#990000;"> Dresser Denise, <em>Educación ¿para qué?</em>, Análisis nacional, Noroeste, p.4A, lunes 26 de mayo, 2008.<br /></span><span style="font-family:verdana;color:#000099;">2</span><span style="font-family:verdana;color:#990000;"> Gómez Salgado Arturo, <em>Profesionistas condenados al desempleo</em>, El sol de Mazatlán, p.58, domingo 08 de julio, 2008.<br /></span><span style="font-family:verdana;color:#000099;">3</span><span style="font-family:verdana;color:#990000;"> <em>Reprobados</em>, editorial, Noroeste, p.6A, jueves 06 de diciembre, 2007.<br /></span><span style="font-family:verdana;color:#000099;">4</span><span style="font-family:verdana;color:#990000;"> García Judith, <em>Pobres resultados en educación</em>, El sol de Mazatlán, p.55, viernes 23 de noviembre, 2007.<br /></span><span style="font-family:verdana;color:#000099;">5</span><span style="font-family:verdana;color:#990000;"> Pérez Robles Javier, Pensándolo bien…, <em>Burros educando burros</em>, Noroeste, p.6A, jueves 29 de noviembre, 2007.<br /></span><span style="font-family:verdana;color:#000099;">6</span><span style="color:#990000;"><span style="font-family:verdana;"> Medina Villa Gabriela Nallely y Aguirre Sánchez Maria Guadalupe, <em>Entrevista de semblanza</em>, trabajo final de Redacción Periodística IV, de la carrera de Ciencias de la Comunicación, FACISO, p.2, junio 2008. </span></span><br /><br /><p align="right"><span style="color:#990000;"><span style="font-family:verdana;"><em>Fotografías: RAF. Viñeta: Daryl Cagle</em></p></span></span><br /></span></span>Ruy Alfonso Francohttp://www.blogger.com/profile/17553394675943902907noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-3611988409075622243.post-1679669075559725922008-07-25T06:27:00.000-07:002008-07-25T07:15:50.681-07:00La historia del consumo<p align="left"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><strong></strong></span></p><p align="left"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><strong>Este es un interesante documental que nos habla sobre la cadena de las cosas, el cómo los grandes capitales abusan, pervierten, manipulan y controlan la producción de cosas y conducta social. </strong></span></p><p align="left"> </p><p align="left"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><strong>Frío, crudo y revelador. Después de ver esto las cosas ya no pueden seguir igual. </strong></span></p><p align="left"><strong><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span></strong> </p><p align="left"></p><p align="center"></p><p align="center"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dxXjHpc1Yu-eMW_w7xqp7WebcBXp3rldCql4cuJ7LVXFddcGWggoiy7Yjy9wQHt7u0o-PVAfrMyep5_7gN7LA' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></p><p align="center"></p>Ruy Alfonso Francohttp://www.blogger.com/profile/17553394675943902907noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3611988409075622243.post-36058528545560937882008-07-21T10:49:00.000-07:002008-12-11T01:18:47.519-08:00Canasta de cálidos cuentos<div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:180%;color:#990000;"><strong>Crucita </strong></span></div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"><br /><div align="right"><span style="color:#990000;"><strong><em>Ruy Alfonso Franco</em> </strong></span></div><br /><div><strong><span style="color:#990000;"></span></strong></span></div><div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">Fue amor a primera vista. <em>La Güera</em> vio a Dora perfecta: estatura regular, pechugona, buena cadera, piernuda y güerita. “Estás buena <em>pa’</em> el negocio <em>m’ija</em>”, le relató luego mi madre a <em>Cuca</em>. “¿Qué tan lejos está Los Ángeles, California”, fue todo lo que Dora preguntó a la hora de los arreglos ahí en Coahuila. Y se quedó. </span></div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><br /><div>Los primeros años Dora no pensó otra cosa que recuperar a Crucita, ir por ella a Los Ángeles y traerla a vivir a Piedras Negras. Juntaría dinero, <em>Cuca</em> la cuidaría y serían felices. Ya no dejaría que se la quitaran como cuando nació la niña en Guadalajara, porque mi madre estaba muy chica y no sabía nada a los 17. </div><br /><div></div><div><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5225532736509553954" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVQKZas3M1SrdU1MAJOO6dO4wuWY35UABg7TEW1vEsfLtHrVo7MfiWukUozvgv2fefTyGjA1VcaHYPwIwAGRu69YrAVbHpzX08IXRbv3FziHX7vDwKlOMZ4M63j1UaJoJ7ss6obyhFFtsO/s400/Escanear0003.jpg" border="0" /><br />Cuando vi las fotos de una morena adolescente guapetona vestida a <em>go gó</em>, pregunté quién era y mi madre sólo dijo: “tu hermana”. A cuentagotas supe que vivía con unos tíos en Estados Unidos; que la muchacha no sabía nada de su madre biológica, pero mantenía estrecho contacto con Dora vía carta, haciéndose pasar como la tía querendona. Incluso, hasta sabía de mí, su “primo”. </div><br /><div>Las contadas ocasiones en que fui con mi madre a Mazatlán estando yo chiquillo a saludar familiares, antes de que nos fuéramos a vivir allí permanentemente, recuerdo dos extrañas visitas a una casa vieja pintada de ocre, en el hoy Centro Histórico. Tenía ventanas tan grandes como una puerta, en éstas biombos de fajillas de madera cruzadas y barandales de acero; techo de tejas alto y vigas de madera con paredes manchadas de humedad. “Son tus tíos”, me dijo Dora la primera vez que estuve ante ellos y el viejito pelón, muy sonriente en camiseta de resaque y pantalones cortados en emergente <em>short</em>, con huaraches de plástico y calcetines, me obsequió un <em>Orange</em> de la tiendita que atendían. Mientras, la “tía” Gloria, una señora gordita bonachona con bata como mandil, me alentó con el clásico “¡pero qué grandote estás!”, y luego se fueron a platicar con Dora siglos enteros. </div><br /><div>La tercera o cuarta vez que los volví a ver me resistí a entrar en cuanto vi la calle y reconocí el tendajón. Más de 30 años después sabría por qué me sentí así frente a esos tíos postizos. </div><br /><div>Gloria y Paco, los abuelos de Crucita, eran de Mazatlán y su hijo estudiaba en Guadalajara cuando embarazó a Dora. Al salir la bola éste puso cara de travieso y se tiró a perder, así que mi madre tuvo por su cuenta a mi hermana. Sin embargo, a los meses de nacida Crucita apareció el amigo, cariñoso y conciliador pidiendo ver a la niña: “Se la voy a enseñar a mis papás” dijo y ya no volvió. Dora, entonces, fue a reclamar a Crucita junto con mi abuela, pero no se la dieron. El pleito lo perdió mi madre por sus antecedentes, por lo que terminó resignándose con la esperanza de recuperarla después. Pero convenció a los abuelos de Crucita de que por lo menos le permitieran saber cómo estaría la niña; mas el día que se echó una vuelta a Mazatlán para ver a su hija por la Carnaval, a media cuadra de la Machado a donde se habían llevado la niña, le salieron Gloria y Paco con que ya no vivía con ellos, sino en Estados Unidos, con su papá. </div><div> </div><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5225535888427840738" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuQAsdK264edgH3RQ4rlc65XmbaEKqHsTfftHCUqLt2iBEQVzcvJa0OiB0sYsmM_lzKstcPOqi2GojbUHazTfWM82HyGCxv7vaFI-KXGjIVpN6jf-S4-GQvZLRUsKUOi6sC9ZghGa45KWC/s400/Crucita.jpg" border="0" /><br /><div>Dora murió sin haber recuperado nunca a su hija, cuando en vida soñaba con verla algún día, sin importarle que fuera morena. Y en cuanto a mí, de Crucita no sé más que lo que dicen las viejas cartas que datan, la más reciente de 1984; que ni siquiera estando en Piedras Negras mamá pudo ver a su hija, sea porque no podía pasar al otro lado, porque cuando lo hizo no encontró la casa de Crucita o porque siguió teniendo hijos que atender: 12 para ser exactos, según mamá… Y digo que "según", porque salvo Crucita que vi en imágenes y leí sobre ella, los otros 10 es hora que no aparecen y las 117 cartas no dicen nada de ellos; ni siquiera hay fotos como en el caso de Crucita. Las veces que pregunté mi madre respondió lacónica: “Están muertos”. </div><br /><div>El caso es que yo crecí solo. </div><div></span></div>Ruy Alfonso Francohttp://www.blogger.com/profile/17553394675943902907noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-3611988409075622243.post-31539133139395567312008-07-16T17:53:00.000-07:002008-12-11T01:18:49.870-08:00Diario de familia<div align="center"><br /></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:180%;color:#990000;"><strong></strong></span></div><div align="center"><br /></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:180%;color:#990000;"><strong>De graduados y otras chambas </strong></span></div><div align="center"><br /></div><div align="center"><strong><span style="font-family:Verdana;font-size:180%;color:#990000;"></span></strong></div><div align="right"><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#990000;"><em>Ruy Alfonso Franco </em></span></div><div align="center"><br /></div><div align="center"><em><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span></em></div><div align="center"><br /></div><div align="center"><em><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span></em></div><div align="center"><strong><span style="font-size:130%;color:#660000;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5223781149181064226" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGnoYmT78uIY_Kh4kdzgTHmfiS2kHvO1rzKkrW5WEXHLWpeM88jDo0FhgEAKmsm9nL-6SHM5sclakSZgzFQPLXlFfYPNDhN75xzaXWaIRC5nqyPE5TaplmHmL22TfCNJDJCnjr9tJWP9ca/s400/Para%C3%ADso+en+gris..JPG" border="0" /></span></strong></div><div align="center"><strong><span style="font-size:130%;color:#660000;">Paraíso en gris </span></strong></div><div align="center"><br /></div><p align="center"><strong><span style="font-size:130%;color:#660000;"></span></strong></p><div align="center"><br /></div><p align="center"><span style="font-size:130%;"><span style="color:#660000;"><strong><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5223781538364375906" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-ldLaXoZruF-QE3J6BMv5_kHAuCN9inXOBLBfAvMb0x6ELX-IPDv2h8ewyatQbZnjEhcNaSL1Iu6_INDsYpzD_j6tHg4_Nje5HaKigo4Kis4e6tU8ssb_fj0Yn0rSPd4Kx-HALAVD2B7C/s400/Disertaci%C3%B3n.JPG" border="0" /></strong></span></span></p><p align="center"><strong><span style="font-size:130%;color:#660000;"></span></strong></p><p align="center"><strong><span style="font-size:130%;color:#660000;">Disertación </span></strong></p><div align="center"><br /></div><div align="center"><span style="font-size:130%;color:#660000;"><strong><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5223781816236235250" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0GbjE_XQfx5L3NHPVZBPU3-6mS0t0RSJPB410G_vcXN6pAdP_IV2kiAsggB-KB5BzCdCTHe1URGl7q0EfsJCS4bbN5StgFjm5HZoR-pdHgpqzA4W7T5pOKy_8MrYohCIkAJoXR1P57UlG/s400/Escenario..JPG" border="0" /></strong></span></div><div align="center"><strong><span style="font-size:130%;color:#660000;">Escenario </span></strong></div><div align="center"><br /></div><p align="center"><strong><span style="font-size:130%;color:#660000;"></span></strong></p><div align="center"><br /></div><p align="center"></p><div align="center"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5223781953874389346" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibiXOn_N3SEW60v4IPJVv9jAqSkGYXMn58FwlL28V5KEZWuWRwjVUF1mQbByZcPYKebhHjd3q53FrRJcqERArme5IZg9777u1yq-TlDVMHkj5VPFKj9MfyhaGE-ibz6cXfdb_uuzcjuauU/s400/Bohemia..JPG" border="0" /></div><div align="center"><strong><span style="font-size:130%;color:#660000;">Bohemia </span></strong></div><div align="center"><br /></div><p align="center"><strong><span style="font-size:130%;color:#660000;"></span></strong></p><div align="center"><br /></div><p align="center"><strong><span style="font-size:130%;color:#660000;"></span></strong></p><div align="center"><span style="font-size:130%;color:#660000;"><strong><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5223782143297004978" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3ypEZquQ_KoabziqfTJGz4uJcHv_zLuebcBqAdSlJ4qS6yGK8Hhh0KB5V-aC9jQ1os0uxw7fh9PbA39eF1r0RmLQ_VgkbpjXyxFa8bsq4Xe4Cdz-rBxGMA_GpXWue1sex0jr_gf7uNiCR/s400/Detalle..JPG" border="0" /></strong></span></div><div align="center"><strong><span style="font-size:130%;color:#660000;">Detalle </span></strong></div><div align="center"><br /></div><p align="center"><strong><span style="font-size:130%;color:#660000;"></span></strong></p><div align="center"><br /></div><p align="center"><strong><span style="font-size:130%;color:#660000;"></span></strong></p><div align="center"><span style="font-size:130%;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5223782355586910434" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhd96XzcFyijG4n2mDrhyxQiVK4zCW9ujYCbmlnXaX7TeuZy_NEwP4MV0ZG04NtTTcl9h7KeuY1LAU-uf0YpKJ-aQt2bTfR332QEQXRyyewDZj6esdF0rITg3jh1f18SOlvI27eEiy5Hpz3/s400/Trabajo+luminoso..JPG" border="0" /></span></div><div align="center"><strong><span style="font-size:130%;color:#660000;">Trabajo luminoso </span></strong></div><div align="center"><br /></div><p align="center"><strong><span style="font-size:130%;color:#660000;"></span></strong></p><div align="center"><br /></div><p align="center"><strong><span style="font-size:130%;color:#660000;"></span></strong></p><div align="center"><span style="font-size:130%;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5223782515467777746" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgg84vAmJS1Iwd1QzeBinR2begl-y292reuwVlGBB_2ncJNTYxzAGlQJFY5n0Zm-GdNZEsknlIvDjssu6RJkT-671Ue1ohSgVBfK5IgbHWC2c0qV7kVSGem70yPTvIvM0uxJo1or_J4POp2/s400/Graduaci%C3%B3n+(de+luz)..JPG" border="0" /></span></div><div align="center"><span style="font-size:130%;"><strong><span style="color:#660000;">Graduación (de luz)</span></strong> </span></div><div align="center"><br /></div><p align="center"><span style="font-size:130%;"></span></p><div align="center"><br /></div><p align="center"><span style="font-size:130%;"></span></p><div align="center"><span style="font-size:130%;color:#660000;"><strong><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5223782639574998658" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_dV5XgcEY55aqVJoWalUSVKWsK0X8_ULduPx7wBnXfrf1HUD2IY1yYwEnipyzpWD81KYAr3Rmn0Pl_JzErUVGybgr528WE5Mpo6bXWsnu_CDZpkQtZAsvRGVeQOZsJWVuM18nNBGBHNq_/s400/Esp%C3%ADritu..JPG" border="0" /></strong></span></div><div align="center"><strong><span style="font-size:130%;color:#660000;">Espíritu </span></strong></div><div align="center"><br /></div><p align="center"><strong><span style="font-size:130%;color:#660000;"></span></strong></p><div align="center"><br /></div><p align="center"><strong><span style="font-size:130%;color:#660000;"></span></strong></p><div align="center"><span style="font-size:130%;color:#660000;"><span style="font-size:100%;color:#000000;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5223782758178306082" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGgBn1y3ZoByXQTM52G6COyMyxBOtRnZ_iv5EHt7NIJ7uMYBzbdPvp106e8PjqEQs-KkdbmKCJPhZ_MREH75Ag6ldNZ5XRYq32wm50fR_EwuyIpGWEOa2PxcnbG6MfA8kCXXVBmZRHy55P/s400/Sursum+versus..JPG" border="0" /></span></span></div><div align="center"><strong><span style="font-size:130%;color:#660000;">Sursum versus</span></strong><span style="font-size:100%;color:#000000;"> </span></div><div align="center"><br /></div><p align="center"></p><div align="center"><em><span style="color:#990000;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5223782925468916802" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgA9Hb3UaT4kRBREAdrJHu3uL2YyL4fWLP1NnZIyHhQQW13n0xp6gK3f7ose4ZLsGE-e7qWE6abRW4rBs-e0wsGku8b-wgBCFrCGZTn4PnCfRM54vZ5STnbipizs0UtGBVsg79FUELBfTcn/s400/Discreta+presencia..JPG" border="0" /></span></em></div><p align="center"><span style="font-size:130%;color:#660000;"><strong>Discreta presencia </strong></span></p><p align="center"> </p><p align="center"><strong><span style="font-size:130%;color:#660000;"></span></strong> </p><div align="center"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5224162625314617506" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1Q9bJF_aHKLmXP_f2XcDT07J1Pzs4uTJExtGBV4icPaSXo2-tyHcasG7gpExEXsUjA2FO_um85e6s1aVFKWOgVkxCJlAxH-Sa6yet6w-a6Z-WCsNwS8O7p73hXZzPTKymgYRi1BaV_M-h/s400/Athos+pop..JPG" border="0" /> </div><p align="center"><span style="color:#990000;"><span style="font-size:130%;"><strong>Athos retro</strong></span><br /></span></p><p align="right"><em><span style="color:#990000;">Fotografías: RAF </span></em><br /></p>Ruy Alfonso Francohttp://www.blogger.com/profile/17553394675943902907noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-3611988409075622243.post-12968627607468902242008-07-14T10:04:00.000-07:002008-12-11T01:18:50.101-08:00Canasta de cálidos cuentos<div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:180%;color:#990000;"><strong><em>Chilo</em> Hervest</strong></span></div><br /><div align="right"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"><em><span style="color:#990000;"><strong>Ruy Alfonso Franco<br /></div></strong></span></em></span><br /><div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span></div><div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">El día que el sargento Juan le pegó a mi abuela por última vez, en los cuartos que rentaban para los <em>guachos</em> frente a la Loma Atravesada, en Mazatlán, <em>Cuca</em> empacó sus garras en un cartón, dos bolsas y a Dora de la mano para coger un camión destino Obregón. Allá llegaron con su hermana Ernestina. “¿Lo mataste, <em>Cuca</em>?”, decía mi abuela muerta de la risa, imitando a la <em>Tina</em> cada vez que contaba la historia, porque abrió mucho los ojos cuando <em>Cuca</em> le habló del porrazo que le metió al sargento Juan con la tranca de la puerta: “Mira, <em>pos</em> este, ¿qué se creía?”. </span></div><br /><div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><br /></div></span><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5222919763967513074" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1kydXxEvAJBbvJmHy-Eyevu_HFNxlFYgSDRU65VpogjO3OmPKowUUZNizepj1E-6LLCzet4QxOrPM4uUn8Vfqkjl9BIKH-r39j9YzAQCfp12uA4cPqJzvbAwFZBbXl2jbsjdJ0c4d7uyB/s400/Escanear0004.jpg" border="0" /><br /><div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">El sargento había sido el segundo hombre de mi abuela, que conoció de casualidad en El Guayabo, cuando ella corría despavorida entre los surcos de tierra seca, tratando de ponerse a salvo del que la desgració. Por el camino al ingenio el sargento, franco, cantaba su borrachera a pleno sol del mediodía y ver a esa prieta con los pelos parados, sudorosa y jadeando con una chichi al aire, tuvo su efecto viril, por lo que la pretendió esperando pegar su chicle. Pero lo que pegó fue un balazo con su arma reglamentaria, cuando <em>Cuca</em> acusó al sureño de desgraciado. El síndico comprobó la violación con el boticario, el comandante de la partida de <em>cuicos</em> justificó el hueco en la panza del jornalero y la guarnición de la plaza le rindió honores a su glorioso elemento, con una borrachera fenomenal de tres días en Villa Unión. De ahí salió Juan crudo por mi abuela.<br /></span></div><br /><div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">Mi madre entonces tenía nueve años y me contó que cuando mi abuelo Isidro <em>Chilo</em> Hervest se enteró, ya mi abuela le daba vuelo a la hilacha con el sargento Juan en Mazatlán. Y claro que se encabronó, y hasta quiso ir por ella para llevársela a La Palma Sola de las greñas, pero su hermano Germán se lo impidió diciéndole: “Total, ahí está la Carmen”. Así que agarró su Ford y se fue a ponerle una fonda a su nueva conquista en la 5 de Mayo, <em>cerquita</em> del Palacio Municipal. Medio garañón, el <em>Chilo</em> Hervest no se casó con ninguna, pero a todas atendió por igual y de los cinco hijos conocidos que tuvo a todos registró con su apellido y mantenía, hasta que estos se iban con sus madres a hacer mejor vida, con quien sí se casara con ellas.<br /></span></div><br /><div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">De esos años mi madre siempre recordaba gustosa la guapa figura de mi abuelo, con su bigote güero recortado, a caballo por entre las cañas saludando a sus peones de El Guayabo; en El Roble, cuando pasaba al ingenio azucarero o en su camioneta con ella a un lado, volándole el pelo sobre el Río Presidio camino a la vinatería de la Rosales, en Mazatlán. Luego Dora viviría de los recuerdos, repitiéndome hasta el cansancio cuán gran hombre había sido su padre. Tenía mamá por eso el retrato en grande de mi abuelo junto al del papa Juan Pablo II, copias en chico de la misma —por si se perdía alguna—; recortes viejos de periódicos con <em>Chilo</em> Hervest tirado entre las mesas de aquella cantina aciaga, muy mal herido; más álbumes negros de fotos negras, de tías reinas del carnaval y hasta la de un tío, alto funcionario municipal.</span></div><div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><br /></span><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5222920007584508818" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgv0tg1esxgzg5lfG7RxvjWG2PK7wrA1wt3iTSSDvYylvwIRV5rvz8Su_PaBpMdiv1ou4c2tsKd-nakyVrJrE9lwFxzdIYiiH4U_BbEz-ROwBrOXZA9WnTbq_eDYhyphenhyphenbARQ8_Hre-ohBJSCK/s400/Escanear0001.jpg" border="0" /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">Incluso a mí me tocó parte de la herencia testimonial: una tarjeta de presentación de Isidro Hervest ensangrentada, que me dio mi tío Isidro, hermano de mi madre, una ocasión que le visité en su oficina de empresario frente al mercado Pino Suárez. “Ten, es de tu abuelo, la llevaba ese día”, me dijo el tío conmovido, pasándome la estafeta de la honra. Ya había escuchado a los mayores hablar con reverencia de Isidro <em>Chilo</em> Hervest, de cómo su bonhomía le había granjeado el respeto de muchos, “desde Escuinapa hasta Culiacán”. Pero una disputa de tierras le llevó a la capital del estado para resolverla por la vía legal y no volvió. El coronel metido a político Luis Rodolfo Osuna, se dice, lo mandó matar. La leyenda romántica de esta tragedia bucólica consignó, para la historia, asesinatos atroces posteriores por venganza. </span></div><br /><div><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">Para mí el abuelo <em>Chilo</em> era, sin embargo, una finca de dos plantas en forma de herradura, con una alberca abandonada en un patio lleno de breñas; pisos de madera crujientes en el segundo piso al que subíamos mis primos y yo por una escalera podrida, a escondidas de la tía <em>Tany</em> Hervest porque “¡se van a caer!”. Arriba estaba en un cuarto enorme semi vacío, de grandes ventanales, un piano destartalado que era nuestra delicia: manoseábamos al pobre sin pudor. Abajo, junto al patio vetusto, una bodega retacada de damajuanas de tequila con ese olor de cantina que mareaba, pero que igual aguantaba con tal de irme con mi tío <em>Nacho</em> Hervest a repartir en su camioneta gringa el alcohol. Entonces el calor no me importaba como hoy —que me desmaya— y hasta corría en calzones con mis primos a la playa de los <em>Monos Bichis</em>, a zambullirme maravillado en el mar, tan fresco y tan salado. Si había el desagüe de aguas puercas junto a <em>La perla</em> populosa en Olas Altas, nos valía.</span></div><br /><div><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span></div></div>Ruy Alfonso Francohttp://www.blogger.com/profile/17553394675943902907noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-3611988409075622243.post-65007263036953076732008-06-30T10:56:00.000-07:002008-12-11T01:18:50.736-08:00“me calaste hondo y ahora me dueles”<div align="right"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><strong><em>Ruy Alfonso Franco<br /></div></em></strong></span><br /><br /><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">I</span></div><br /><br /><p><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">Días más tarde, cuando Lucía buscó a su hermana Mariana la suerte ya estaba echada; fueron confidentes desde antes que surgiera en sus vidas los hermanos aquellos de Guamúchil, cuando adolescentes, era natural que le confiara hoy sus pesares. Le contó a Marianita que su matrimonio no era lo que todos creían. Que 17 años no valían más que los hijos que tenían, que si había aguantado todos esos años era por ellos, a quienes adoraba. Que siempre estaban de pleito porque aquél no soportaba si ella desobedecía, que controlaba todo, que era insensible, dijo Lucía quebrantada. “Pero siempre cumplí con él, Mariana; lo atendí, lo obedecí, le serví. ¿Dónde quedó el gran amor que decía tenerme, a ver, dónde?”</span></p><br /><br /><p><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span></p><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5217737887170940850" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitC-VeYkJR36B6Aq2N1Sr8oq-rdul20M-AlDVaz_SWPya9TF-Yf3os0RFyyBdl40qvPjmKzI5K1lzzkumn2urDeQMruQd4u46octfGGCBQBZENzVN9sPKlJGG0DKY57u3zY16oqdwxnzaB/s400/Mila+en+rojo+(dos)..JPG" border="0" /><br /><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">—Ahorita, para no ir muy lejos, me engaña con una, estoy segura —remató molesta y se echó a llorar. Marianita, afligida, escuchó a su hermana desahogarse, pero concluyó que también tenía culpas: “no puedes cambiar de caballo a mitad del río”, le espetó esa frase que había leído en el periódico entre políticos. Y Lucía lo hizo seis meses antes de casarse: había engañado a Anselmo con el que ella consideraba era el amor de su vida, sólo que no le cumplió, se fue dejándola con la pena y una boda que festejar con su novio formal; el correcto y taciturno Anselmo.</span><br /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><br />—No sabes cómo me arrepiento de haberlo engañado, Mariana.<br /><br />—Y... ¿sospechas con quién te engaña?<br /><br /><div align="center">II</div><br />El sábado del convivio, una tarde caliente a finales de agosto, Marianita estuvo desde temprano con Lucía en su casa preparando el ceviche, el aguachile, las salsas y guacamole, marinando los cortes, guisando frijoles puercos. En tanto la cerveza se helaba bajo la enramada con tejas del basto patio de color ocre, mosaico campestre café oscuro y bardas estilo California, donde también estaba el asador empotrado junto a una cocineta funcional y sillas de plástico verde dispuestas para la ocasión. Lo bueno es que estaba nublado. Cuando llegó la mayoría la carne jugosa crepitaba olorosa sobre el carbón, junto a las cebollitas cambray, los chiles bravos se toreaban y las quesadillas al lado de los vampiros dorados estaban a punto. En el modular Enrique Búnbury cantaba deprimido <em>me calaste hondo y ahora me dueles</em>, acerca de un pobre infeliz que juraba que <em>ninguno de esos idiotas te supieron hacer reír</em>. Comieron como pelones de hospicio, bebieron cual sedientos beduinos y murieron atacados de risa por el ocurrente Graciano Jiménez, de ahogo por el lépero Beto Rentería, agotados por agarrar de torta a la melindrosa Chuyita Ruiz porque tenía un novio de 1 metro 50, quien rebatía airosa “que al cabo su cosa de 25 centimetros alcanza para el 1.75” y las paredes retumbaban por la algazara, más que los dos o tres truenos que se dejaron sentir.<br /><br />Por si las moscas, Lucía sugirió “pasemos <em>pa’</em> dentro”.<br /><br />Tres cartones de media a continuación más dos litros de tequila reposado, una de vodka etiqueta negra, seis coolers de frutas y media de rompope —“qué chingados”—, por ahí de las cuatro de la mañana con un aguacero estival, Lucía despertó a medias preguntando por su cerveza. Para cuando la tormenta amainó, con Lucía acostada por fin en su recámara, habiendo recogido el tiradero, asegurado puertas y ventanas, Marianita y Anselmo salieron al día que empezaba, tan nublado que parecía anochecer. Una llovizna pertinaz los acompañó camino a casa de la cuñada, atravesando canales surrealistas de una ciudad anegada. Fue Anselmo quien preguntó si de verdad quería terminar la velada. Ella lo miró maliciosa él se relamió goloso los labios.<br /><br /><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5217738534802394274" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7TMhdKvtwmT1qvbIdjMIQS9HIiyHXKExk6viawVIcIt-APs6seuBL0LsX60X6PcddkWvGWIr4_o8Aq9GYqiYGRiZr6-a_O7eibhjysSgLrsd-c7uxDTopnYjhPskkORwi0ohmUVWqjz-M/s400/Mila+en+rojo..JPG" border="0" /><br />En la habitación copularon como Dios manda. Anselmo no dejó recodo sin hurgar, Marianita echaba porras con murmullos excitantes. Si antes tuvo alardes de pudor frente a antiguos amantes; si a su propio esposo, el ingeniero Gómez Barbosa, le tuvo vedado partes de su geografía erótica, con Anselmo se entregó rendida. Levantó anhelante el culo y esperó decidida el embate. Valieron la pena esos años perdidos; lloró satisfecha al limpiarse y besó al héroe con ternura.<br /><br />Pero antes, la noche que Marianita se reencontró con Anselmo en el <em>Aracataca Bar</em>, a mediados de junio, ésta celebraba con su amiga Lety la separación definitiva del ingeniero Gómez Barbosa. “Se lo chupó la bruja”, dijo Marianita y brindó de corazón. Anselmo llegó como una bocanada de aire fresco, apenas acariciado por el tiempo que lo nutrió de interés. Si cuando joven se veía desvalido, con los años sus ojos tristes devinieron en manantial pacífico. Menos pelo, embarnecido, pero con las mismas manos tersas que prometían develar misterios. Después Marianita descubriría que debajo de esa mansa armonía había corrientes intensas. Diez años en México trabajando para una trasnacional le dio a Anselmo los recursos para instalar un despacho en sociedad con Beto Rentería, y venirse con la familia a vivir aquí “desde hace un año, más o menos”, con viajes constantes al extranjero para una empresa china que encontraba en el puerto el centro ideal para emprender, desde ahí, su expansión nacional.<br /><br />—¿Y la familia? —quiso saber Marianita. Anselmo no dejaba de admirar en las mujeres, de esa aparente dispersión constante, la eficiente atención que podían lograr en medio del caos. Sonrió, brindó a su vez por “los vientos alisios que del pasado llegan, mi querida amiga” y la sacó a bailar <em>cachete con cachete, ombligo con ombligo</em> que la banda local ejecutó con donaire.<br /><br />Lo demás lo fue reconstruyendo Marianita entre orgasmos, cada que los delirantes coitos lo permitían. Al tercer encuentro posterior a esa noche del bar, Marianita respiró ahíta al venirse los dos en un estertor animal, escurriendo contenta su simiente que, por ahora, nomás a ella inundaba. “Nos estamos separando”. Anselmo estaba vacante; para Marianita era suficiente, qué importaba el pasado.<br /><br /><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5217739107886625778" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimCllElmmNu63-JIpZerbE80mnGoS7xo3vvsKNBetjLGth4eLHvnPp7VEeW-5FLceEeFMZCOIJEhDlnFcHpC5W5sckReLxZzrzxxvrSkBuvx-WqENZ3WpNbqIdfHBkyZDqTQ2qUdfZczC_/s400/Carmen+02.jpg" border="0" /><br /><div align="center"><br />III</div><br />Precisamente, esto es lo que desesperaba a Lucía. A como pintaban las cosas se estaba agarrando a un clavo ardiendo.<br /><br />Luego de la carne asada, últimos intentos para retener a Anselmo a su lado, Lucía no veía de veras mayor interés en él. ¿De verdad había dejado de amarla? Mucho se había arrepentido Lucía ya de aquel error. “¿En qué estaba yo pensando?”<br /><br />—En la calentura —le había dicho Marianita con sorna. Y Lucía se afligía. Admitirlo era tanto como decirse a sí misma puta. Quinientos años de catolicismo en México no habían pasado en balde. Esa culpa siempre joroba a cualquiera.<br /><br />Las dos o tres reuniones ulteriores con Anselmo no cambiaron las cosas entre ellos. Marianita sólo escuchaba en silencio la desazón de su hermana, que doblaba hasta lo imposible una servilleta de papel para, compulsiva, volverla a desdoblar. Así que mejor optó por desanimarla, a sabiendas que ese camino no garantizaba desfacer el entuerto, pero lo deseó. Por las dos.<br /><br />—No me ha perdonado, ¿verdad? —susurró Lucía desde el hueco en su estómago, con gotas de sal aferradas a sus pestañas. Marianita no encontró el modo para advertirle que también a su romántico recuerdo el tiempo se lo jodía.<br /><br />—Hay cosas que nadie perdona... Y quién sabe si a Anselmo le interese pensar en eso. A lo mejor se volvió joto. Ay, yo no sé por qué estás empeñada en vivir con él, ni que no hubiera más hombres. ¿Luego no dices que ya no te quiere?<br /><br />¿Cuánto dices que te costó el brasero?<br /><br /><div align="right"><em><span style="font-size:100%;"></span></em></div><div align="right"><em><span style="font-size:100%;"></span></em> </div><div align="right"><em><span style="font-size:100%;">Foto e ilustraciones: RAF</span></em></span></div>Ruy Alfonso Francohttp://www.blogger.com/profile/17553394675943902907noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-3611988409075622243.post-3098056372637072622008-06-26T18:22:00.000-07:002008-12-11T01:18:52.656-08:00Policonía asmática<div align="center"></div><div align="center"><br /></div><div align="left"><span style="font-family:verdana;font-size:180%;color:#990000;"><strong>Serie íntima</strong></span></div><div align="center"><br /></div><div align="center"></div><div align="center"><br /></div><div align="center"><br /></div><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5216613885878013122" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzAmwzJQbhv_eB8J-EECGBHPpTW99y5R8OaMPn4S0Tli-_B-oQjrVwWIL-9px6nhAK3bmRybsZRylhDkQEsfSxFZZ85w5JA3nEnBZdjAe3Wgv9kkOt6fX7lI11H6x9XP826b9YYuLGaFDL/s400/Armon%C3%ADa..JPG" border="0" /><br /><p align="center"><span style="color:#ff6600;"><strong><span style="font-family:verdana;font-size:130%;">Armonía</span> </strong></span></p><p align="center"><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5216611835914237810" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyjJnyj_XotM4l0mt9oO64RWKmkuxY_I2Grat18PaI2iUcNVW2p41GptdJD8Nm0JPdv8ZH3mwO5pNAkPAENqwizAxQdNNsXarHXrpRbxdSj02a1J9tuT4kNB_XY_G3tEy_c9yjPYpoB2bU/s400/Viva+la+playa,+aunque+no+nos+guste+(2005)..jpg" border="0" /> </p><p align="center"><span style="font-family:Verdana;"><strong><span style="font-size:130%;color:#ff6600;">Razón</span></strong> </span><br /></p><p align="center"><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5216373749877182946" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEis2KazzeNOXgPy6bGlQ1LSeo_KZiibUdy1xxKKVL-ePureBDbSH0e-hhovNGhcgarJpm34AnKgdWLP-9U-2tdMOQkG4DOgNGRkANV56gl8LtmypH8SOEDLUFmG1df6uycT2040dlDUBrGX/s400/DSC03921.JPG" border="0" /></p><p align="center"><strong><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#ff6600;">Paisajes encontrados</span></strong><br /></p><p align="center"><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5216620970972332434" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjO4bTwwRydWoiRy5csZdi7eqw1de6rFrIkjQihMmxi1J9QHIlW34ao4YIV5fAPphNCINh35j0Zqv0WlsLNu4xKx4SS-RcvyGfpIeQKaPLjBV70SeiPpD8ZCoa2UqSsPG57LRpbVJcTPMi2/s400/Copia+de+DSC00542.JPG" border="0" /> </p><p align="center"><strong><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#ff6600;">Pétalo </span></strong></p><p align="center"><strong><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#ff6600;"></span></strong><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5216368740289648626" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9lJ1fdvOUDHdolocydN7rRkO_FGCLyVxfccsCeQ-leqmpYM5AghK-cSsr21D22Y700XjYrTtVtzLwqKJhLZSCi253BcGCI8lyEk8wo7cwEyEXUt_yYHoSzc44QPip5nEpYD0T5A-gb8Xn/s400/Luminicencia..JPG" border="0" /></p><p align="center"><span style="font-size:130%;"><span style="font-family:verdana;"><strong><span style="color:#ff6600;">Luminicencia </span></strong></span></span></p><p align="center"><strong><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#ff6600;"></span></strong></p><br /><p align="center"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5216610502699770722" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHa36ZfDjzfwE4hfcxyRSrSJ7Cx-LByAuRifktBKRiCddFQHe8_tYStcQCjOSse2o6WNMJWtJeUtsFtTtRMgKhI6uoQ0Z96XpGv9GXOa8Y5EmDLeH2BtMX0912ypabxWcdsoEaDotFJ34o/s400/%C2%A1Miau!.JPG" border="0" /><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#ff6600;"><strong></strong></span></p><p align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#ff6600;"><strong>¡Miau!</strong><span style="font-size:100%;color:#000000;"> </span></span></p><p align="center"><span style="font-family:Verdana;"></span> </p><p align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#ff6600;"><span style="font-size:100%;color:#000000;"></span></span></p><p align="center"><span style="font-family:Verdana;"></span></p><p align="center"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5216370750930251954" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgerWvZ9_R1xsQKSLxpheottgDLmjJtL1d7-5_lLMgoHcDTti5GUXqk_A_rKcCnh8b6fTJ-fCLoLk7_q1fZl8JzwyPSIP-Ep5oMfT1kgZc27mbGiooO8spFX3jc4EGY2hk86WYIZFBK5q0U/s400/Ahora+llegas+2007.JPG" border="0" /></p><p align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#ff6600;"><strong>Luces de invierno </strong></span></p><p align="center"><strong><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#ff6600;"></span></strong> </p><p align="center"><strong><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#ff6600;"></span></strong></p><p align="center"></p><p align="center"><br /></p><p align="center"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5216609481280685346" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuanwpHa_ZbeT4H44j8bCTTpbCiua7xCajQsGhp45-BvvW1ZgJF_aA6KtVwQbOQidbSG-fIbx2Tlpo7cHhLKbrgQX_TMgYSiFk5Eds5qzyakYISDKMtEXPFP_VVIVLjeNbaoWlp9aqRr9a/s400/S%C3%AD,+madre,+Bah%C3%ADa+debe...JPG" border="0" /><span style="font-family:verdana;"><span style="font-size:130%;color:#ff6600;"><strong></strong></span></span></p><p align="center"><span style="font-family:verdana;"><span style="font-size:130%;color:#ff6600;"><strong>Tersura</strong><span style="font-size:100%;color:#000000;"> </span></span></span></p><p align="center"><span style="font-family:Verdana;"></span> </p><p align="center"></p><p align="center"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5216366080232645746" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-gfHWwjT9W-W4zeMtq0_xeL14NeGYLhsa0fMXrrXR8tcApCzqjzHoWOdNxr5lc1hTqxj0JAnIA5UKDhkbVv5g2kmAQAR1k68rRFiKRlQfABs2o8FgaaBl9sX0PGrJe608ani5zr0R9TQr/s400/DSC01657.JPG" border="0" /><span style="font-family:verdana;"></span></p><p align="center"><span style="font-family:verdana;"><span style="font-size:130%;color:#ff6600;"><strong><span style="font-family:verdana;">Ciega paciencia </span></strong></span></span></p><p align="center"><strong><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#ff6600;"></span></strong> </p><p align="center"><strong><span style="font-family:Verdana;font-size:130%;color:#ff6600;"></span></strong></p><p align="center"></p><p align="center"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5216628100410071634" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpQ4qt8y741wMdg96xmuli7ytiGv-CjH8Jrre8N447bS5XZlONueLNv4tvgQ42FABi5svnAIX2xP0tkFc7GPvQXir4MuHzFsuLuNhwuUXeM1Sk6zVbNXT3whJvQ-RqPttaEt8yf-ZzbOa1/s400/Considraci%C3%B3n..JPG" border="0" /> <span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#ff6600;"><strong>Eminente </strong></span></p><br /><div align="center"><br /></div><br /><p align="right"><strong><span style="color:#ff6600;"><em>Fotografías: RAF</em></span></strong><br /></p>Ruy Alfonso Francohttp://www.blogger.com/profile/17553394675943902907noreply@blogger.com12