miércoles, 23 de abril de 2008

Mira nomás

Ruy Alfonso Franco

La colocó cuidadosamente en el tocador de su recámara compuesta de muebles de palo rosa, gasa en cabecera, esquineros y ventana, en un ambiente de terso durazno. Miró detenidamente el paquete, pausando a propósito el momento de abrirlo, gozando anticipadamente el contenido esperado. Dio vueltas a la caja de cartón del tamaño de una de zapatos, todavía con el papel rugoso del envío aéreo. Por fin se decidió a abrirlo.


Rasgó delicadamente el papel acanalado y descubrió una caja comercial de brillantes y sugestivos colores, con imágenes del producto a todo tambor, descripciones maravillando su eficacia e indicaciones rápidas de uso fácil, sellos operativos y notas precautorias: derechos reservados, observancia sanitaria y, claro, el infaltable aviso de rigor: “este producto no contiene baterías”.


Detuvo la inspección, miró la puerta sólo para cerciorarse de que tuviera el seguro puesto; ahora cantaba quedito en el estéreo Ani DiFranco, Wishing and hopping.
Quitó despacio la tapa para descubrir el producto envuelto en celofán, perfectamente acomodado en un nicho de caucho rojo con el molde de la figura, como se acostumbra en estos casos. Eran tres piezas solamente y una de ellas era un aditamento que extendía sus funciones, regalo de la compañía para dar completa satisfacción a su distinguida clientela, más un disco DVD.


Se miró al espejo y sonrió, sus hermosos ojos castaños ahora estaban iluminados, uy. Pasó por su delineada ceja la punta de su índice y el anular con cortas uñas nacaradas; la enarcó jugando a femme fatal y se vio acariciando la caja, pensando. Funcionó, no despertó sospechas en su mamá; fue bueno que Mireya recibiera el paquete, así no tuvo mucho que explicar, mami está acostumbrada a la escandalosa de mi amiga, ni atención puso.


Fue al baño, orinó pensando en Paúl; suspiró, ¿por qué las cosas eran así?, lo quería, lo amaba, él lo sabía. Bajó la manija del agua, se lavó las manos y sus ojos se aguaron. Antes de salir secó una lágrima rebelde y acarició sus mejillas consolándose, qué remedio.


¡Ay!, Calamaro. Corrió a subir el volumen porque cantaba Hace calor y bailó haciendo tubo…


Mi corazón, mi corazón
es un músculo sano pero necesita acción;
dame paz y dame guerra,
un dulce colofón
y yo te entregaré lo mejor.

Tan dulce como el vino,
salada como el mar,
princesa vagabunda,
garganta profunda,
sálvame de esta soledad.

Cogió el celular sin dejar de contonearse, disparó la cámara al espejo donde también en shorts bailaba, una, dos, tres y cinco veces. Luego se acostó sexy en la cama y siguió haciendo clic: una como Belinda, otra como Hannah Montana, ahora como Paris Hilton, muy zorra. Miró el techo, sonrió con ilusión; contempló la caja, sonó su celu.


—¿Ya?


—No, ¡jajajajaja!


—¿Y qué esperas idiota?


—Oh, qué impaciencia, espérate. ¡Te hablo! —y colgó sin dejar que Mireya dijera mu.
Volvió al tocador. Sacó de la caja el DVD anexo, qué prácticos. Puso el disco en la computadora y aparecieron los créditos de la compañía sobre una pareja atractiva en minúsculos trajes de baño, invitando a mirar las bondades del producto. La rubia curvilínea lo traía en manos y exhibía alegremente, el muchacho atlético sonreía plástico. Un cucu avisó de alguien en el msn, era Mireya.


chika loKA dice: ya?


princesa_bonita23 dice: nop


chika loKA dice: ke pezada ereeeeeeeeees


princesa_bonita23 dice: te haBLO el pau???????????


chika loKA dice: zip


princesa_bonita23 dice: ke te DIJO —En la pantalla la pareja desnuda ahora fornicaba.


princesa_bonita23 dice: esperate mi mAMa me aBLa —cerró rápido la ventana y paró el CD donde la rubia hacía sexo oral. Pegó la oreja a la puerta, pero no, mamá no venía. Mejor guardaría la caja, ¿pero dónde? ¿En el closet entre las garras?, ¿debajo de la cama junto al cartón de revistas viejas? Volvió a correr el video, el forzudo gringo le metía a la chica de pechos grandes el producto por detrás.


Giró de pronto la cabeza hacia la puerta, ahora sí, escuchó a su madre abajo.


—¡Raúl, hijo! ¡Ya está la comida!

6 comentarios:

adrichabat dijo...

Deciamos ayer... Si ese es su consuelo pues que le aproveche el gustito... Lo que si esta mas femenina su recamara que la que yo tuve por muchos años... y que amigas tan chismosas jajaja
saludos en la libertad adri

Edgar Paul Palacios Reyes dijo...

muy buen cuento... genial, algo asi me esperaba je je je

Ruy Alfonso Franco dijo...

Gracias Adri, digamos que ahora con tanto metrosexual suelto cualquiera puede confundirlos, jejejeje, pero luego ya ni se sabe quién es quién...

Caguas, gracias por el comentario. Lo cierto es que me divertí mucho escribiendo el relato, aunque de esto ya hace un buen tiempo (es 1988, creo).

Abrazo afectuoso amigos míos.

viviana dijo...

Ruy¡¡¡Excelente tu relato, me sorprendiste pues si bien sugieres mucho acerca del contenido de la misteriosa caja, lo de "Raúl, hijo"
sí me me hizo cambiar la lectura de golpe. Lo narras con tanta naturalidad, y con tanta ternura describes el pudor del muchacho y su amor por su amigo,así como también su amistad con su compinche y amiga Mireya...
Tu personaje es un tierno adolescente que está iniciándose en el camino del amor, de su elección sexual, de su identidad.
Profundizas en todos esos aspectos de modo tan natural sin dar mayores datos sólo con acciones, pensamientos y palabras del protagonista.
Le desearía a tu personaje que logre el acercamiento y contacto físico y emocional con otro ser humano y no con un producto de plástico, no por moralina ni prejuicios, sino por el vacío que debe provocar, supongo, no poder compartir el placer con un objeto.
Vuelvo a felicitarte. Si lo escribiste en el 88 en este momento está más que vigente.

Ruy Alfonso Franco dijo...

Qué maravilla que te haya gustado Viviana y es mejor todavía tu lectura atenta lo que me llena de satisfacción.

Tienes razón en cuanto a lo de los adolescentes, el amor y su sexualidad, ya de por sí complicada a esa edad. Ahora si es el muchacho además gay, caray, se complica todo.

El relato lo escribí hace muchos años, influenciado por una serie de autores que entonces leía con fruición ---sobre todo del cine--- y me tenían realmente emocionado con las posibilidades de un cuento donde las cosas no son lo que parecen. De hecho realicé un cortito en video en 1995 con una historia también sobre gays, con la misma intención de explorar esa posibilidad creadora: hacerle ver una cosa al público y al final suceder otra.

Realmente estaba yo fascinado con el tema. Lo del mundo gay, bueno, creo que a todos nos llena de curiosidad tratar de entender su sexualidad, sus sentimientos, y si cuando escribí el relato no tenía amigos honmosexuales, cuando hice el corto tanía varios; excelentes personas.

Ruy Alfonso Franco dijo...

Ah, un detalle. El relato Mira nomás lo escribí en 1988, pero recientemente le hice ajustes y lo actualicé para publicarlo. Digo, en aquellos años todavía no era popular la internet ni estaba al alcance de las mayorías.